Viaje al país del no se sabe
¿ Se pagará, finalmente, o seguirá el sainete de idas y venidas? ¿Y cómo se pagará, si efectivamente se mantiene la decisión de hacerlo?
El Día de la Bandera, al mostrar que había entrado en razones cuando dijo que la Argentina abonará lo que debe, la Presidenta sacó al país del túnel sin salida en el que ella misma y sus funcionarios lo habían colocado cuando reaccionaron como chicos malcriados ante la decisión de la Corte de los Estados Unidos respecto de los fondos buitre.
Pese a las dudas que resembró la solicitada que el Gobierno decidió publicar en The Wall Street Journal, ahora hay una salida al final del túnel, pero, eso sí, nadie acierta a saber qué hay más allá. Si una llanura fértil o un camino escarpado y lleno de espinas. Desde el lunes 16, cuando la causa volvió a manos del juez Griesa, el país quedó en estado de shock, atrapado en una nebulosa de mil y una preguntas que la repentina madurez de Cristina en Rosario no logra disipar.
¿Cómo saldrá la Argentina de este laberinto en que la metieron la irresponsabilidad y la impericia de este y anteriores gobiernos?
¿Qué costo tendrá la salida, sea una reestructuración de toda la deuda o un festival de bonos con intereses leoninos que acogotarían hasta la asfixia?
¿De qué magnitud es, en consecuencia, la bomba de tiempo que Cristina dejará a quien la suceda en el cargo y en cuánto tiempo explotará? ¿Cuánto costará el dólar a fines de año? ¿Y cuánto, por añadidura, costarán los alimentos, los servicios, la educación y la medicina privadas?
¿Cómo se hará para mantener el imprescindible flujo de importación de energía si escasean los dólares? ¿Y qué pasará con el empleo? ¿Cómo se hará para que el mundo crea en un país cuyo gobierno se enoja con los jueces norteamericanos, tilda de delincuentes a sus acreedores, mantiene el cepo sobre el dólar y tiene una brecha cambiaria del 50%?
¿Alcanzará el giro de Cristina para que las provincias puedan emitir deuda para poder seguir pagando sueldos?
¿Y qué pasará con las jubilaciones si llueven embargos sobre las acciones que tiene desparramadas la Anses?
Al fin, ¿qué será de la Argentina en los próximos tiempos?
Los viejos manuales de periodismo dicen que quien compra un diario quiere que le expliquen, no que lo dejen lleno de dudas. Con más dudas que las que tenía antes de comprar el diario. Y debe ser así. Pero la Argentina suele romper con los manuales.
Hace ocho días que la Corte de los Estados Unidos devolvió el caso argentino de los fondos buitre al juez Griesa y el país es eso: mil y una preguntas que surgen así, desordenadas, a borbotones y que no tienen respuestas serias. Apenas castillos que los optimistas levantan en el aire y un sinfín de especulaciones, algunas cercanas al divague. Pero nadie tiene precisiones sobre cómo será la economía doméstica en el país. Algo lógico, al fin, si se tiene en cuenta que ni el Gobierno sabe cómo podrá hacer frente al problema, salvo reclamar condiciones de negociación justas y equitativas para todos los bonistas y una medida suspensiva de la sentencia. Entonces, todas son vaguedades y generalidades más o menos optimistas, y no van más allá ni los economistas de derecha ni los de izquierda; ni los abogados de Harvard ni los de la UBA. Nadie sabe qué encontrará la Argentina al final del túnel y qué será de ella en consecuencia. Los periodistas, por supuesto, tampoco. Y el pulpo Paul se murió. Sí, la Argentina es capaz de romper con todos los manuales.
© LA NACION
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