Verdaderos protagonistas del cambio
Nuestro país atravesó un proceso de deterioro en la imagen de los empleados públicos que se instaló en el imaginario colectivo. Este estereotipo aparejaba la idea de que era improbable encontrar un empleado comprometido y con vocación de servicio. En la última década, la tendencia se acentuó producto de la desidia política y administrativa, perjudicando aún más a los a trabajadores y deteriorando la calidad de los servicios que brinda el Estado.
La relación de la sociedad con el Estado debe ser de reciprocidad: los ciudadanos contribuyen con sus impuestos y el Estado los transforma en soluciones concretas. Pero el punto a resaltar hoy es que el Estado no es un robot, impersonal, sin cara, sino que es un grupo de personas que, con tecnología y sistemas de gestión, ponen a disposición sus conocimientos y habilidades para servir al país.
Cada empleado, desde su lugar, reporta un beneficio tanto a la sociedad en general como a cada vecino en particular. Todos alguna vez tuvimos que hacer algún trámite que nos pareció innecesariamente engorroso e, incluso, suelen darse casos donde el destinatario de esa frustración es la persona que atiende el mostrador y da la cara por una administración de la que es parte, pero que lo excede. Es injusto responsabilizar solamente a los trabajadores del Estado cuando nunca tuvieron detrás, salvo contadas excepciones, una gestión seria que los respalde, valore y reconozca.
A partir de la decisión política del presidente Mauricio Macri -a través del Plan de Modernización-, el enfoque para generar un Estado al servicio de la gente es totalmente revolucionario respecto de lo que habían sido las experiencias en la materia en los últimos 30 años.
En un año y medio de gestión hemos transformado el Instituto Nacional de la Administración Pública, triplicando la cantidad de vacantes, aumentando en un 60% la oferta académica y brindando formación virtual y presencial según el perfil y la función de cada empleado. Entre 2016 y 2017, 80.000 trabajadores se capacitaron en herramientas digitales.
Asimismo, se van incorporando herramientas, como la evaluación de desempeño como requisito para el desarrollo profesional, la promoción de los concursos públicos y abiertos como única vía de ingreso, y promoviendo la gestión por resultados. En definitiva, una organización que valore la transparencia, la idoneidad, el mérito y la igualdad de oportunidades.
Este año hemos incluido incentivos por presentismo y productividad en la última paritaria estatal, algo inédito en este tipo de negociaciones colectivas para el Estado nacional. Por otro lado, estamos lanzando los primeros 300 concursos de la Alta Dirección Pública, con el objetivo de llegar al 50% de los cargos concursados al final de la gestión. Además, pasaremos a planta permanente, previo concurso, alrededor de 5000 empleados que se encontraban en condiciones laborales precarias hace más de 10 años.
Queremos lograr que la misma relación de reciprocidad que hay entre Estado y sociedad se extienda al vínculo entre Estado y empleado, para que el trabajador pueda crecer profesionalmente, mientras brinda lo mejor de sí por el país. Un triple beneficio: para los empleados, para la los ciudadanos y, en definitiva, para la Argentina.Teniendo en cuenta que hoy se celebra el Día del Trabajador del Estado, deseamos saludar a todos ellos y brindar testimonio sobre el rol fundamental que cumplen en la construcción del Estado del siglo XXI.
Ministro de Modernización de la Nación