Venezuela dolarizada: el ejemplo que no debemos imitar
A pesar de que a partir de una dolarización de hecho por parte de la sociedad venezolana se logró bajar la inflación desde el 660% en 2021 a 305.7% en 2022, según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), Venezuela es el espejo de lo que la Argentina no debería imitar para solucionar la inflación recurrente.
La dolarización es un instrumento monetario muy poderoso, que condiciona y limita el accionar de la política y resulta ser un ancla extraordinario para resolver inflaciones recurrentes. El caso más conocido de América Latina resulta ser Ecuador, que dolarizó su economía en el año 2000 luego de convivir con una inflación similar a la actual de la Argentina (108% en el 2000) y en menos de 24 meses la enterraron hasta el día de la fecha. Recordemos que en la actualidad Ecuador tiene una de las inflaciones más bajas del planeta, llegando al 3.7% la acumulada durante todo 2022 y desde el 2002 su inflación no ha superado los dos dígitos anuales.
Sin embargo, es imposible e imprudente comparar la dolarización que ha resultado de manera espontánea en Venezuela a la que Ecuador lleva adelante hace 22 años atrás. La instrumentación de un proceso monetario tan traumático y disruptivo para una sociedad debe estar coordinado entre todos los agentes económicos que forman parte de la sociedad, además de llevarse adelante bajo un paraguas de medidas legalizadas que acompañen a la reforma monetaria. En el caso de Venezuela, frente a una hiperinflación que llevó al extremo a la sociedad y al gobierno de turno, donde la inflación acumulada en 2019 había sido de 9585% y en 2020 de 2959%, no hubo mas remedio que utilizar otro instrumento monetario para desacoplar esa vorágine inflacionaria. La dolarizacion sin dudas ha resuelto, en parte la hiperinflación, pero al no ser legalizada y carecer de medidas fiscales y laborales que acompañen al programa, resulta altamente improbable que podamos ver una inflación de un digito en los próximos dos años.
Venezuela no tiene nada para festejar, ya que sigue teniendo una inflación altísima, siendo el tercer país del mundo con mayor inflación en el 2022 y con una economía real que simplemente rebota de años de decadencia económica.
La Argentina, tantas veces comparada con la Venezuela de Maduro, debería aprender la lección bolivariana y capitalizar las experiencias latinas para enfrentar y eliminar definitivamente la inflación en nuestro país. La dolarización sí puede ser una opción monetaria para la Argentina, pero el marco legal, las medidas que acompañen y la adhesión de la sociedad frente a un cambio de paradigma económico resultan ser vitales para lograr mejores resultados que los que ha logrado este mecanismo monetario en nuestro país vecino.
Director de la carrera de Economía empresarial de la Universidad Austral