Vacuna universal: ¿el futuro en la lucha contra Covid?
Las vacunas Covid constituyen el principal hito en el control de la pandemia, todas poseen el extraordinario beneficio de prevenir internaciones y casos fatales. Sin embargo, tropezaron con un obstáculo: una menor efectividad ante determinadas variantes de preocupación. Las variantes altamente transmisibles aparecidas recientemente (Delta y Omicron) lograron evadir, al menos parcialmente, la inmunidad preexistente producida por vacunas y han impuesto revacunaciones.
Cuando es detectada una nueva variante debe aguardarse cierto tiempo para saber a ciencia cierta qué efectos tiene en la población y cómo es la efectividad de las vacunas contra la misma, otorgándole así la vanguardia al virus; dado que cuando se rediseñan las vacunas para controlar al emergente, el virus tal vez esté esperando su próximo cambio genético amenazante y disuasivo del inmunizante disponible.
Recientemente, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reveló que durante el período predominante de Omicron, la tercera dosis de la vacuna previno visitas a salas de emergencias yvhospitalizaciones asociadas con Covid-19 ,principalmente dentro de los 2 meses posteriores a su aplicación, pero los porcentajes disminuyeron al cuarto mes de la dosis de refuerzo. Más allá de ese tiempo, los resultados parecen inciertos y poco sabemos de la durabilidad de la protección; por ello, hoy se consideran necesarias las cuartas dosis, especialmente en personas a las que una infección puede llevarlas al hospital.
El SARS-CoV-2 es altamente patógeno para el ser humano y -presuntamente- saltó de especie desde el murciélago, lo cual le agrega cierta incertidumbre a esta historia. Existen una diversidad de virus relacionados con el SARS en murciélagos y otros animales como camélidos, aves, gatos, caballos, bovinos, cerdos, roedores, visones, conejos, pangolines, que potencialmente pueden seguir igual camino y “saltar” a la población humana. Es difícil predecir la ocurrencia -o no- de futuros eventos zoonóticos, pero es clave que la humanidad esté preparada para su mitigación.
El horizonte de la lucha contra la Covid demanda el desarrollo de estrategias universales de vacunación contra varios coronavirus capaces de producir cuadros respiratorios severos. Se necesitan inmunizantes que no solo protejan contra el SARS-CoV-2 y sus variantes genéticas, sino también contra coronavirus que podrían causar futuros brotes y pandemias, incluso coronavirus de animales.
Las vacunas de nanopartículas que se están desarrollando podrían ofrecer una oportunidad única para avanzar en este sentido. Son plataformas muy prometedoras constituidas por cajitas microscópicas de un tamaño menor a 100 nanómetros recubiertas de diversas proteínas virales de la espiga de distintos coronavirus. La expectativa es que este mosaico de antígenos añada anticuerpos para cada uno de ellos, confiriéndose una respuesta inmune universal: más potente, duradera y amplia.
A pesar de los ostensibles avances en la prevención, subsiste la necesidad de continuar desarrollando medidas seguras y efectivas a largo plazo que puedan ayudar a la humanidad de los futuros embates de coronavirus. Hasta el momento, la eficacia de la vacunación ha sido jaqueada por las variantes de preocupación que escapan a las mismas. ¿Podrá el despliegue de las nuevas vacunas de nanoparticulas producir anticuerpos ampliamente protectores que se conserven en el tiempo? Esta respuesta “universal” es esperanzadora en la lucha contra la pandemia.
Profesor Adjunto a Cargo de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral