Unicornios y gacelas para desarrollar América Latina
La solución para todos los problemas muchas veces parece fácil. La repiten los gobiernos de diferentes colores políticos y países. Hay que generar mayor desarrollo económico y social, dicen, como si eso fuera suficiente para terminar con el problema del que pocos hablan: América Latina es la región más desigual del mundo, donde la porción más rica gana 22 veces que la más pobre, según el Banco Interamericano de Desarrollo.
Adicionalmente, la tasa promedio de crecimiento de los países de la región entre 2014 y 2019 fue la más baja desde la Primera Guerra Mundial, según la Cepal (0,3%). Con economías estancadas, no es sencillo que el mercado laboral cobre dinamismo y el ecosistema empresarial incorpore nuevas propuestas.
David Birch, profesor del MIT y una eminencia en finanzas, explicó hace unos años que las que más contribuyen en este sentido son empresas fundadas hace poco tiempo y con rápida velocidad de crecimiento, impulsadas por la tecnología. Las llamó “gacelas”, en referencia al animal de la fauna terrestre que corre a 70 kilómetros por hora. Según la OCDE, ingresan en esta categoría aquellas que crecen al menos en un 20% en tres años de forma consecutiva.
Completó la tipología de la “fauna del emprendimiento” hablando de ratones y elefantes. Las primeras son las microempresas, que son muchas pero que no impactan en la generación masiva de empleo; mientras que los segundos son gigantes, pero se mueven lento.
En el último tiempo, la agenda empresarial y mediática se obsesionó con los unicornios. El exceso de foco en las sucesivas rondas de valuaciones económicas pareciera eclipsar la proyección de muchos emprendedores. Esto es un mero reduccionismo de los actores del ecosistema de innovación y emprendimiento de América Latina. Las mencionadas gacelas suelen estar en una etapa de pleno crecimiento genuino y sostenible, con disponibilidad de caja y un potencial enorme.
Como sucede con el reino de los animales, se precisa de diversidad de actores y componentes en un ecosistema. Eso es fuente de innovación y genera un abanico de alternativas tanto para las empresas como de soluciones para las personas. También es una buena forma de entender el rumbo y los intereses de las sociedades: las iniciativas del sector privado suelen reflejar preocupaciones reinantes. Se suele decir en una categorización teórica general que se emprende por dos razones: por oportunidad o por necesidad.
El foco de las gacelas está puesto en la oportunidad: desarrollan un producto tras un ciclo de iteración e impactan rápidamente. Si a esta ecuación se le sumara el foco en resolver problemas sociales y/o ambientales nos encontraríamos con un cóctel que podría zanjar las “brechas abiertas” de la región, en términos de inequidad y crisis climática.
El gran desafío consiste en construir ecosistemas que promuevan la diversidad de actores y sus participantes a lo largo y ancho de la región con condiciones positivas para que se descubra el velo, haya una evolución y detrás de los unicornios proliferen las gacelas, los animales capaces de solucionar problemas estructurales de la región.
CEO de Impact Latam