Una voz para la infancia pobre en la pandemia
En el contexto en el que nos encontramos resulta importante reflexionar y conocer qué les ha sucedido a los niños y adolescentes a raíz de la pandemia, especialmente de los sectores económicos más relegados; como así también reconocer a los profesionales que los contuvieron y los escucharon, dándoles voz.
La "Segunda Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la Pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana de Niñas, Niños y Adolescentes" de Unicef, nos muestra que ha habido 2,6 millones de hogares cuyos ingresos laborales se han visto reducidos. Con lo cual, más de la mitad, el 56,3% de los niños y adolescentes, de 0 a 14 años, son pobres.
En diciembre de 2019 eran 7 millones los niños pobres en la Argentina. Hoy, un año después, los recientes datos de la UCA revelan que en nuestro país son 8.255.000 millones, un 62,5% más. Es decir, 6 de cada 10 niños estarán por debajo de la línea de pobreza para 2021.
Aun así, este modo de mostrar la pobreza no alcanza para evidenciar las vastas carencias que viven los niños y adolescentes, y cómo sobreviven cuando se les vulnera algún derecho por tener privaciones severas alimenticias, vivir cerca de basurales, no poder acceder a la escuela en zonas rurales o simplemente vivir hacinados en viviendas precarias; sin acceso al agua, luz, ni cuidados de salud, y con vínculos familiares violentos.
Son flagelos que se arrastran desde hace décadas en la Argentina y que la pandemia ha mostrado más descarnadamente, aumentado así la brecha y desigualdad y exponiendo la "multiplicidad de infancias" que existen aún en el país -concepto del sociólogo de la infancia Walkerdine- en el que todas no parecieran importantes para ser resueltas.
Por otra parte, un estudio presentado en el encuentro Infancia en el cambio climático, realizado por la Asociación Sociológica Europea entre abril y septiembre de 2020, y que llegó a 200 profesionales de localidades en zonas rurales y urbanas de todo el país- demostró la importancia que tuvieron los trabajos en red entre organizaciones comunitarias y territoriales abocadas a la infancia y que estos deben seguir potenciándose (Efectos de Covid-19 y el ASPO en Niños y Adolescentes, P. Rodríguez Aguirre).
Estas organizaciones fueron, principalmente, las que ayudaron y contuvieron a los niños, niñas y adolescentes. Profesionales del área educativa, social y de la salud quienes, ciertamente, ayudaron no solo a evitar que los niños perdieran el año lectivo, sino además a que recibieran las vacunas y realizaran sus controles de salud, los contuvieron emocionalmente por los cambios de hábitos y conductas y por el aumento de la incertidumbre, la ansiedad, el aburrimiento, la tristeza, la apatía, la depresión, entre otros.
Un ejemplo de ello es la Posta Sanitaria "Las Lilas" -proyecto de promoción social de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral- donde profesionales de la salud y miembros de la comunidad educativa han desarrollado una intensa labor durante 2020. Allí, se ha mantenido y fortalecido el vínculo con las comunidades de los barrios procurando, aún en estas condiciones de mayor vulnerabilidad, que cada persona se sienta reconocida y atendida integralmente.
Es de rescatar que cientos de niños, niñas y adolescentes vulnerables hayan sido escuchados, principalmente, por los maestros, directivos, voluntarios de ONGs, personal sanitario y profesionales de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia, sobre todo en contextos familiares violentos, donde recibieron no sólo alimentos, sino afecto y motivación para seguir sus estudios, cuando no tenían conectividad o sus padres no podían ayudarlos con sus tareas. Algo no menor, si consideramos lo manifestado por el destacado pedagogo italiano Francesco Tonucci: "los niños/as se han vuelto transparentes e invisibles en la pandemia, en las decisiones que se tomaron en el mundo".
Estos profesionales deben ser especialmente valorados por parte de la sociedad y por la clase dirigente, fundamentalmente en las decisiones que se tomen a futuro en cuanto a políticas públicas de infancia en la Argentina, porque han dado voz a estos niños/as y adolescentes mientras reina la pandemia.
Especialista en Sociología de la Infancia y profesora de Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.