Una señal de radio y una taza de té envenenada
El problema de los tres cuerpos es el volumen inicial y también el nombre por extensión con el que se conoce a una exitosa y multipremiada trilogía de ciencia ficción escrita por el chino Cixin Liu (los otros dos volúmenes, editados en castellano por Ediciones B, se tradujeron como El bosque oscuro y El fin de la muerte). Como ocurre con buena parte de los libros de ciencia ficción "dura", cualquier intento por tratar de resumir en dos o tres frases gancheras lo que ocurre en su largo millar de páginas está condenado al fracaso ("Crimen y castigo pero escrito por Frank Herbert", o pavada similar). Dado que hoy es el día de los Santos Inocentes, vale la pena intentar, incluso con una obra que concluye apenas, con el fin de los tiempos.
Este podría ser el comienzo de la historia, pero por ahora es su final: Lin Qi, el director de Yoozoo, la compañía propietaria de los derechos de las novelas y socia de Netflix en su proyecto de adaptarlas en formato de serie, fue envenenado y, tras una agonía de quince días, murió el día de Navidad en Shanghai. El arma homicida fue una taza de té pu-erh que contenía un agente neurotóxico. El sospechoso del asesinato es Xu Yao, uno de los principales ejecutivos de la división de cine y TV de la compañía, detenido por las autoridades chinas, que aún investigan las motivaciones del crimen.
Quien haya leído El problema de los tres cuerpos probablemente no pestañeará al leer sobre un homicidio quirúrgico y aparentemente sin motivación, entrenado como está para esperar a que el narrador reacomode el punto de vista y revele el significado oculto de un hecho que aparenta ser meramente violento. Esto no significa que otro personaje completará la información faltante brindándole sentido –al modo que lo haría, digamos, Hércules Poirot en una novela de misterio– sino que es posible que, en ese reajuste, pasemos a percibir una dimensión antes oculta, capaz de convertir al asesino, a la taza de té y a la víctima en meras abstracciones geométricas moviéndose en un plano, distracciones en manos de un dibujante aburrido en una tarde de verano. La humanidad, según Cixin Liu, es tanto una aberración de la lógica como es el humanismo una constante inexorable en nuestra búsqueda de sentido.
Por eso mismo, la noticia de que los encargados de la casi rídicula tarea de llevar a la pantalla chica con algún tipo de sustancia a esta historia que atraviesa generaciones, universos, civilizaciones y emociones de todo tipo eran David Benioff y D. B. Weiss, los adaptadores de Game of Thrones, parecía solo poder contestarse con el emoji de la palma en el rostro.
Yoozoo había intentado adaptar en 2015 la historia primero como una película, después como un videojuego y más tarde en una serie (sí lograron llevar a la pantalla a otra novela de Cixin, La tierra errante, disponible en Netflix), pero problemas de presupuesto y eternas discusiones sobre el foco del proyecto terminaron por convencer a la compañía de vender los derechos. Con el cambio de manos, la política también complicó las cosas: en una entrevista recobrada por The Hollywood Reporter, el autor había apoyado la necesidad de "campamentos de reeducación" de los uigures por parte del gobierno chino. Un grupo de senadores republicanos pidió explicaciones a Netflix por "normalizar propaganda del gobierno chino" invirtiendo en la serie.
El problema de cómo nuestra percepción del universo condiciona el modo en el que podemos vivir en él es uno de los ejes de la historia de El problema de los tres cuerpos. El título deriva de un problema de mecánica orbital (el escritor es ingeniero mecánico) convertido en cuestión de vida o muerte para una civilización extraterrestre. La solución al problema puede provenir de una científica que decide contestar al desafío interplanetario en un gesto de venganza contra el Partido Comunista durante la Revolución Cultural pero también de la más humana curiosidad.
Hablando de humana curiosidad: una semana antes de la muerte del ejecutivo chino a causa de una taza de té letal, el 18 de este mes, el observatorio Parkes, en Australia, anunció que estudiaba como parte de su búsqueda de vida extraterrestre una señal de radio proveniente de Próxima Centauri. Es la estrella más cercana a nuestro sol, una enana roja parte de un sistema de tres estrellas conocido como Alfa Centauri, que incluye además al menos dos planetas con posibilidad de albergar vida, a poco más de cuatro años luz de la Tierra. Seguramente, como en la novela, podrán verse desde el cielo de alguno de ellos los tres cuerpos en el cielo.