Una propuesta audaz para bajar el gasto político en la provincia de Buenos Aires
El sistema bicameral de la legislatura bonaerense carece de sentido en términos de representatividad y genera un costo ocho veces más alto que el sistema unicameral cordobés. Con una sola cámara nos ahorraríamos $180.000 millones al año que podríamos destinar a baja de impuestos, obras, salud, educación o seguridad.
La Provincia de Buenos Aires se encuentra en un momento crucial de su historia. Tras años de estancamiento y desidia, es evidente que ya no alcanza con administrar mejor lo que hay; se requiere una transformación profunda y disruptiva para convertir a la Provincia en una región ágil y pujante que lidere la transformación nacional. En términos políticos, las demandas de la sociedad son claras: reducir los costos de la política, mejorar la transparencia del Poder Legislativo y de las elecciones y lograr una representación más efectiva.
Actualmente, la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires está compuesta por dos cámaras con 46 senadores y 92 diputados, sumando un total de 138 legisladores. Es un sistema bicameral, en el que ambas cámaras representan esencialmente lo mismo, lo que carece de sentido en términos de representación diferencial y genera una duplicidad que incrementa innecesariamente los costos de la política, sin ofrecer una mejor calidad legislativa.
Buenos Aires tiene el presupuesto para el poder legislativo más alto de la Argentina, más del doble que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 8 veces más que Córdoba. Durante el año 2023, se destinaron $91.193 millones de pesos a la Legislatura Bonaerense, un monto significativamente superior a los $9.102 millones de pesos de Córdoba. El costo promedio anual de cada legislador bonaerense es de $2.120 millones, 4 veces y media más que un legislador cordobés cuyo gasto equivalente es de $470 millones.
El ejemplo de Córdoba, llevado adelante con la crisis del 2001 como telón de fondo, es ilustrativo y puede servir de guía para esta reforma. El mismo fue implementado tras un primer rechazo de las fuerzas políticas que derivó en un plebiscito que obtuvo un apoyo contundente por parte de los cordobeses. Esto permitió pasar de un sistema bicameral con 133 legisladores a uno unicameral con solo 70.
Implementar una legislatura unicameral en la Provincia de Buenos Aires sería coherente con la tendencia nacional de austeridad y recorte del gasto publico, y con varias provincias argentinas que han adoptado este sistema. La sociedad reclama una reducción en los costos de la política y una mayor dedicación de recursos para solucionar los verdaderos problemas de los ciudadanos. Una legislatura más pequeña y eficiente podría responder mejor a estas demandas.
La reducción de la cantidad de legisladores a través de una legislatura unicameral, bajaría entre un 30% y un 40% el número total de bancas. Este cambio, además de disminuir significativamente los costos operativos, haría más ágil y eficiente la gestión legislativa. En términos presupuestarios y a valores del 2024, se estima un ahorro que podría alcanzar los $180.000 millones de pesos.
De esta forma la Provincia de Buenos Aires podría contar con más fondos para hacer frente a inversiones críticas en infraestructura como la realización de cientos de kilómetros de rutas tan necesarios para impulsar la producción local, mejoras en educación, salud o incluso seguridad (como incorporar 3500 nuevos patrulleros). Es decir, un ahorro que podría destinarse a áreas que impacten directamente en la calidad de vida de los bonaerenses.
El Bicameralismo se relaciona con el federalismo y por eso en el nivel nacional es lógico y se plasma en una doble representación (pueblo-provincias), pero ese no es el caso de la Provincia de Buenos Aires. De 24 provincias, ya son unicamerales 16. Además, una Cámara única daría mayor eficiencia y efectividad, agilidad en la sanción de leyes, mientras que el bicameralismo conlleva mayor lentitud por el doble examen de cada ley.
Asimismo, el unicameralismo implica menos costos operativos, ahorro de tiempo legislativo, y mayor facilidad para expresar voluntad de la ciudadanía. En definitiva, las ventajas son evidentes: mejor representación política, ahorro económico y de tiempos, con un Poder Legislativo más eficaz y con menos gasto político.
(*) El autor es periodista, economista e historiador. Actualmente es intendente de Tres de Febrero.