Una pandemia que desestimamos
Trece organizaciones de la sociedad civil (OSC) lanzaron una campaña ante una pandemia que causa en el mundo más de 8 millones de muertes anuales y altísimos gastos en salud. 44.000 de esos muertos son argentinos y casi 380.000, latinoamericanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) generó en 2003 un convenio marco para enfrentar esta grave realidad. Fue de los acuerdos más respaldados en las Naciones Unidas: 182 países lo pusieron en vigor. La Argentina, aún no.
Esa pandemia es la del tabaquismo, que causa múltiples enfermedades: cardiovasculares, pulmonar obstructiva crónica (EPOC), once cánceres, ACV, neumonía y otras. Las trece OSC se ocupan de ellas y el mencionado Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS promueve acciones para evitarlas.
Senadores de las provincias tabacaleras (Catamarca, Corrientes, Chaco, Jujuy, Misiones, Salta, Tucumán) se oponen al convenio, pues sostienen que atenta contra las economías regionales. Economías que alimentan esa pandemia.
En marzo de 2020, nuestra economía quedó detenida, de un día para el otro, por la pandemia del coronavirus. La del tabaquismo lleva muchas décadas, con millones de fallecidos. La del Covid-19 causó en su primer año dos millones de muertes, un cuarto de los que fallecen por el tabaco. Con las vacunas, el coronavirus no permanecerá décadas, como el hábito de fumar. Es necesario, entonces, ver la gravedad de esta pandemia como lo entendieron 182 países.
Generar una política para sustituir el cultivo del tabaco, como propone la OMS, no implica cerrar las economías regionales de la mañana a la noche, sino implementar políticas de mediano plazo. Dos de las trece OSC –las fundaciones Sustentarte y Sales– decidieron desarrollar un proyecto de sustitución del tabaco en Misiones, pues los cultivadores deberán disminuir su producción por la adhesión mundial al convenio de la OMS. El consumo de tabaco está descendiendo y se prevé para 2025 una caída del 30%.
Misiones registra el 72% de los cultivadores de tabaco: 13.891. En su mayoría son familias rurales humildes; padres e hijos que trabajan en un medio agresivo (lluvias, sequías, inundaciones, tormentas de granizo, fuertes vientos). A las muertes por tabaquismo, se suman las graves enfermedades que contraen estas familias rurales. En su libro Tabacaleros: trabajo rural y padecimientos (2017), Carolina Diez las enumera: envenenamientos, entumecimiento y lesiones en las manos, afecciones de la vista, cansancio por el uso de herramientas, heridas, intoxicaciones, náuseas, alergias, dolores musculares y mareos. Según el investigador Santiago Gómez Lende, la exposición tóxica a agroquímicos y pesticidas les produce afecciones respiratorias severas, malformaciones cardíacas y renales, epilepsia, infertilidad masculina, ceguera, parálisis cerebral, retraso madurativo, discapacidad intelectual y cáncer. Es una labor dolorosa con muertes y hasta suicidios, que esas familias desearían cambiar, pero no se las ayuda. El Fondo Especial del Tabaco, que promueve este cultivo con el impuesto al cigarrillo, aportó en un año $590 millones para atender enfermedades de los cultivadores de Misiones. Un círculo perverso: el fondo creado para promover un cultivo, afronta el gasto de enfermedades que el cultivo genera a sus cultivadores. ¿Es posible que gobernadores y senadores se nieguen a modificar tan grave situación, a contramano del mundo?
Otra de las trece OSC –el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS)– reunió a 40 investigadores latinoamericanos para confeccionar estadísticas que nuestra dirigencia debería atender. Una de ellas mostraba el costo anual del tabaquismo en salud pública: US$3000 millones en la Argentina; US$33.459 millones en América Latina. El precio del cigarrillo es muy bajo en la región, por lo que los jóvenes y los pobres son los mayores fumadores. El porcentaje de nuestros adolescentes que fuman es el más alto de América Latina. En línea con la OMS, el IECS sugiere aumentar un 50% el precio de los cigarrillos, pues nuestro país redujo el impuesto al tabaco, decisión criticada por la Sociedad Argentina de Cardiología y la Fundación Cardiológica Argentina, ya que fumar incrementa las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte aquí y en el mundo.
La campaña de las trece OSC (www.juntoscontraeltabaco.com) ya reunió más de 1,1 millones de firmas para que la Argentina apruebe el convenio de la OMS, pues las muertes por tabaquismo son evitables. El cigarrillo lo produce el hombre.
Director ejecutivo de la Fundación Sales