Una original deriva nietzschiana para Macri
Soy aquel que es impelido a superarse a sí mismo constantemente". En esta frase de Así hablaba Zaratustra, se halla una de las bases del concepto de la "voluntad de poder", que junto a la idea del "eterno retorno", instauró Friedrich Nietzsche. Casi una síntesis del motor que anima al dirigente político (si no se confunde superación con excelencia).
Resulta sencillo así entender porqué algunos expresidentes rechazan presentarse a cargos menores después de haber llegado al sitial más elevado. Pero la Argentina es prolífica en contradicciones.
La antología de paradojas de Menem aporta un buen ejemplo: "Nadie que fue Papa vuelve para ser obispo", le gustaba decir, antes de concluir abrazado a una banca de senador. En su defensa podría esgrimir el axioma jurídico que reza que quien puede lo más, puede lo menos. A este también parece suscribir Mauricio Macri, que en sus días de expresidente disfruta de volver a ser dirigente de fútbol. Cada cual se supera y retorna como quiere. O como puede. Voluntad de poder (a la argentina).