Reseña: Había una vez algo real, de Ivana Costa
¿Por qué creemos en las fake-news?, ¿cuándo advertimos que un evento es real?, ¿cómo buscar la verdad? Cada una de estas preguntas atraviesa el ejercicio periodístico, el contacto intermitente de las redes sociales, la búsqueda de las huellas del pasado en el presente y, por supuesto, una parte importante de la historia de la filosofía.
Ivana Costa es filósofa, pero además tiene una larga trayectoria en el trabajo periodístico. Su actividad como profesora de Filosofía Antigua en la Universidad de Buenos Aires y su dedicación a la obra de Platón se cruzó durante años con el trabajo cotidiano en la redacción del diario Clarín. De esa intersección nacieron muchas de las preguntas, pero también de las respuestas que despliega a lo largo de Había una vez algo real. Preocupada por cierta tradición asociada al posestructuralismo y al giro lingüístico que, en sus términos, relativiza la distinción entre la ficción y la realidad, se dedica aquí a argumentar en favor de la objetividad y de las virtudes de la búsqueda de lo real. En un recorrido heterodoxo que atraviesa a Heródoto, Platón, Maquiavelo, Bartolomé de las Casas, Paul Ricoeur, Friedrich Nietzsche, Richard Rorty y Eliseo Verón, Costa busca mostrar que los modos de hacer ficción siempre son estrategias para buscar lo real. Sin embargo, el objetivo no es nunca sostener una noción ingenua de lo real, sino señalar la necesidad de hacer a un lado el escepticismo en el ejercicio del trabajo periodístico y del historiográfico, pero también en la vigilancia cotidiana que se debe ejercer sobre la circulación de informaciones falsas. El argumento no es aquí nunca lineal ni –mucho menos– meramente erudito, sino que despliega el suspenso generado por cada uno de los problemas de modo tan intenso que impulsa la lectura.
En momentos en que escribir ensayos es confundido con repetir frases efectistas y demagógicas a lo largo de cientos de páginas, Había una vez algo real tiene un valor especial para la supervivencia del género. Y es que logra construir de manera sofisticada un hilo problemático –pero sin costuras a la vista– entre ideas de orígenes diversos que dan forma a un argumento sólido sobre algo que nos interpela a cada momento. Muestra también que muchas veces aún cuando sonreímos ante una foto de Instagram o dudamos en viralizar un video, estamos hablando de filosofía sin saberlo.
HABÍA UNA VEZ ALGO REALIvana CostaMar Dulce234 páginas$ 500