Una llave para ingresar al mundo
Terminada la Cumbre del G-20 , tenemos que repensar qué implica para nosotros la inserción inteligente de la Argentina al mundo y cuáles son los desafíos que debemos trazar para afianzar este compromiso que asumimos desde el inicio de la gestión.
Hablamos de inserción inteligente porque estamos enfocados en construir relaciones estratégicas tanto con los países de la región como con los bloques regionales claves del sistema internacional. Queremos avanzar en acuerdos que permitan ampliar los mercados para nuestros productos locales, atraer inversiones y fortalecer las relaciones bilaterales.
En 2015, la Argentina era uno de los tres países más cerrados del mundo y logramos revertirlo. Venimos trabajando juntos desde el comienzo de la gestión para promover nuestra inserción inteligente al mundo, a través de reglas claras y transparentes. En esta nueva Argentina, donde el elemento central es la confianza, sabemos que la previsibilidad es condición necesaria para recibir inversiones y alcanzar el crecimiento sostenible. Hoy tenemos el desafío de profundizar el fortalecimiento de las instituciones democráticas, que son las que nos han permitido relacionarnos nuevamente con el mundo y recuperar el protagonismo en la discusión global. Venimos de ser elegidos en 2017 para celebrar la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que tuvo lugar en Buenos Aires, y este año asumimos la presidencia del G-20, uno de los desafíos políticos y diplomáticos más importantes en la historia reciente argentina.
Otro de los hitos que marcarán nuestro posicionamiento internacional es el proyecto de acceso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), integrada por 35 países (24 europeos) que representan el 75% de la inversión extranjera directa, el 60% del comercio y el 60% del PBI mundial. Para nosotros esta es una gran oportunidad para alcanzar una voz global. Se trata de una herramienta clave para impulsar el desarrollo económico social, sostenido y sostenible en el tiempo. También es una forma de alcanzar instituciones sólidas, en línea con las buenas prácticas internacionales. La OCDE no es más que un sello de garantía de las políticas públicas. Como miembro de esta organización, la Argentina se convertirá en un actor clave para impulsar la agenda de políticas públicas a nivel internacional en materia de lucha contra la desigualdad, el cambio climático o la falta de servicios básicos. Además será mucho más fácil combatir la corrupción: las empresas y los organismos tendrán mayores niveles de compliance, y esto nos permitirá acceder a cada vez más mercados con nuestros productos y servicios.
Hoy ya estamos avanzando con la OCDE en materia de gobernanza del agua: presentamos los Diálogos de Políticas de Agua (DPA), en los que estamos trabajando para identificar tanto las oportunidades como los desafíos del sector. Se trata de un trabajo conjunto que nos permitirá evaluar cómo fortalecer el marco de gobernanza del agua argentino dentro del Plan del Agua -que pusimos en marcha hace ya casi tres años-. Lo estamos haciendo con el foco puesto en el cambio climático, de manera integrada y coordinada con las provincias, para convertir a las políticas del agua en uno de los pilares para el desarrollo económico de la Argentina. Contaremos con el apoyo de algunos países que han pasado por el mismo proceso, seleccionados por la OCDE, así como con la colaboración de expertos que contribuirán a las recomendaciones y sugerencias para avanzar hacia una gestión integrada de los recursos hídricos acorde al siglo XXI.
Estamos haciendo en cuatro años lo que a otros países le llevó 20. Sabemos que sin inserción inteligente al mundo no hay desarrollo, y sin desarrollo no hay futuro. Este es el camino: seguiremos trabajando para convertir a la Argentina en una pieza clave del mapa global.
Secretario de Infraestructura y Política Hídrica del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación