Una ley para cimentar el futuro
El imaginario popular figura a las academias nacionales como un conjunto de señores, desmejorados capilares y con dentadura alternativa, dados a sosegadas pláticas ociosas sobre temas aerostáticos, a la hora del té. La Academia Nacional de Educación, sin embargo, ha barrido con esa imagen al presentar al Senado de la Nación el mes pasado, un proyecto de ley meduloso y fundacional para el futuro del país -educación de la primera infancia: nutrición y estimulación temprana-, producto de un seminario interno de la institución.
El tema fue abordado por académicos especialistas desde cuatro puntos cardinales -salud pediátrica (Abel Albino), neuroeducación (Ramón Leiguarda), educación emocional (Julio C. Labaké) y sociología (Beatriz Baliant de Tachtatian)- y analizado en conjunto en una jornada de la que participaron legisladores, autoridades del Ministerio de Educación y académicos; la senadora Liliana Negre de Alonso, presidenta de la Comisión de Educación, elaboró el texto del proyecto presentado.
El plan propone la creación, en las localidades en que sea necesario dar asistencia a la problemática de la desnutrición, de centros asistenciales estables e itinerantes dotados de personal especializado (pediatra, nutricionista, psicopedagogo, trabajador social, etcétera); también atender la formación docente específica que amplíe los esfuerzos que hoy realiza el Ministerio de Educación, en el ámbito escolar, para asistir a las madres en su formación como estimuladoras. La autoridad de aplicación deberá trazar un mapa nacional de la desnutrición como diagnóstico actualizado y guía de acción.
El proyecto, que articula disposiciones existentes con nuevas estructuras legislativas, será de una profunda trascendencia para la realidad social, económica, sanitaria y educativa del país. Ayudará a avanzar gradualmente sobre los efectos de la pobreza, erradicar la desnutrición, mejorar la calidad de vida y la educación de nuestros niños.
Las neurociencias destacan la importancia de la atención que se debe al desarrollo del cerebro, con su notable potencia de elasticidad, en la etapa inicial de la vida, en su doble vertiente: la alimentación y la estimulación precoz, que debe integrar varias áreas: motriz, cognitiva, lingüística, emocional, social, artística, etcétera. Del régimen alimentario adecuado y de la estimulación oportuna dependerá en gran medida el robustecimiento del grupo familiar, el normal proceso de desarrollo de los chicos, la inclusión de los niños en la sociedad y en la escuela.
El Instituto Nacional de Formación Docente (Infod) se ha ocupado por incorporar unidades específicas sobre la estimulación temprana en la currícula de formación de maestras para el nivel inicial y avanza en la actualización académica sobre este tema para docentes, directores y supervisores en ejercicio. A la vez ha creado un postítulo en Educación Maternal, destinado a docentes que atenderán niños de los 45 días a los 3 años.
Un largo camino comienza con un paso breve, dicen los chinos. Es el que les corresponde dar a nuestros legisladores con la aprobación de la ley. Como le respondió el campesino al pedagogo Giner de los Ríos, asombrado por la perfecta organización de los sembrados que contemplaba: "Señor: todo lo que sabemos, lo sabemos entre todos". Y completemos: "Todo lo que podremos, lo podremos entre todos".
Ex presidente de las academias Nacional de Educación y Argentina de Letras