Una garantía de seguridad jurídica
Este 2 de octubre se celebra, como cada año, el Día Internacional del Notariado. La fecha recuerda la realización, en 1948, en la ciudad de Buenos Aires, del Primer Congreso Internacional del Notariado Latino, que dio origen a la Unión Internacional del Notariado (UINL), entidad que agrupa hoy a 89 naciones, entre las cuales se cuenta nuestro país y potencias mundiales como Alemania, Francia, China, Japón o Rusia.
A lo largo de las décadas, el trabajo de los escribanos se ha ido consolidando en vinculación estrecha con los ciudadanos y la comunidad. Ese compromiso se reafirma permanentemente, con el fin de contribuir al sostenimiento de la seguridad jurídica.
En momentos como el que estamos atravesando, en el que se advierten con mayor notoriedad los nuevos desafíos y demandas que debe afrontar la sociedad, queda de manifiesto la importancia de la capacitación y actualización permanente de los escribanos, acompañando como siempre los cambios tecnológicos y la evolución de las necesidades de la comunidad, y haciendo uso de todas las herramientas disponibles para garantizar un servicio de excelencia.
La actividad notarial es hoy una de las profesiones con mayor nivel de capacitación y actualización, incorporando las nuevas tecnologías y diseñando acciones que permiten implementarlas en las diferentes incumbencias.
Aunque el paso del tiempo cambie los soportes, mecanismos o instrumentos, siempre permanece inalterable el rol del notario para dar certidumbre y confianza. Se trata, en definitiva, de mantener los valores de compromiso con la ciudadanía y defensa de la seguridad jurídica que se han edificado a lo largo de décadas adaptando la tarea y las herramientas a las demandas de la sociedad actual.
Esta celebración del Día Internacional del Notariado resulta, además, la ocasión propicia para poner de manifiesto una vez más la importancia del sistema de notariado latino, en el que el escribano interviene en el proceso de formación del contrato, acompañando a los ciudadanos, interpretando sus voluntades y asesorándolos respecto a derechos y obligaciones, constituyéndose en la mejor garantía de la seguridad jurídica preventiva y la legalidad de las operaciones.
En todos los países donde operan los mismos principios del notariado latino, al momento de tomar una decisión importante, que a afecta a su patrimonio, a su persona o a su familia, cada ciudadano sabe que puede contar con un escribano, quien estará allí para asegurar de forma absoluta la legalidad y seguridad jurídica de las acciones emprendidas.
El eje central de la tarea continúa siendo, como desde sus inicios, el de darle dichas garantías a los ciudadanos, quienes saben que pueden recurrir con plena confianza a la escribanía.
Esa relación, construida con el paso de las generaciones, es una enorme responsabilidad que el notariado honra con el mayor compromiso. Y hoy, en este 2 de octubre, en medio de una coyuntura desafiante como pocas, se renuevan los esfuerzos para continuar sosteniendo la seguridad jurídica de la comunidad.
Presidente del Colegio de Escribanos de la provincia de Buenos Aires