Una crisis de confianza que traba los consensos
La construcción de consensos va de la mano de la construcción de confianza. Esta característica, tan humana como determinante, se entrecruza permanentemente con el mundo de la política. Este factor no es algo que solo se replique de la sociedad para con sus representantes o instituciones, lugar donde estamos más acostumbrados a ver un abordaje sobre estos temas. Cuando vemos encuestas públicas respecto a la confianza pública, muchas veces están siendo utilizadas para evaluar la salud de la democracia: a mayor confianza pública consideramos que hay un mayor respaldo por parte de los ciudadanos al sistema político. El tópico de la confianza recorre siglos y está presente desde Aristóteles y es un tema recurrente en la ciencia política.
Es, por otra parte, menos común que escuchemos hablar de la confianza entre los políticos. Este punto es el que pudimos observar que entró en conflicto durante las últimas semanas, por dos hechos significativos. Por un lado, la reunión de labor parlamentaria y la sesión en el recinto de la Cámara de Diputados en la que el interbloque de Juntos por el Cambio dio el presente en el cuerpo pero quedó ausente en el registro. Por el otro, en los hechos que terminaron con la quita de un punto de coparticipación a la ciudad de Buenos Aires para destinarlo al "Fondo para de Fortalecimiento Fiscal de la provincia de Buenos Aires", creado por el decreto 735/2020.
Uno de los puntos principales para que exista confianza es tener acceso a la misma información, que esta fluya y sea transparente. Vamos por partes. Hacia fines de abril se procedió a redactar un protocolo para que las sesiones telemáticas, a distancia, de la Cámara de Diputados, sean transparentes hacia afuera y hacia adentro del propio recinto. Este protocolo no sólo debía incluir las sesiones del plenario, sino también las reuniones de comisión y otros estadíos en los que se desarrolla la discusión de los proyectos. En un principio las autoridades de la cámara sólo admitían presentaciones en torno a la emergencia sanitaria. Este se volvió un punto de conflicto. Había otros, como por ejemplo, la presencialidad y cómo debía llevarse adelante el logueo. En otro plano, la discusión giraba alrededor de la interpretación del reglamento, que solo en su artículo 14 consideraba la constitución de la cámara fuera del recinto por motivos de "fuerza mayor". Los antecedentes eran pocos, y había que remitirse 140 años atrás durante el conflicto por la federalización de Buenos Aires cuando el Congreso se mudó al entonces pueblo de Belgrano.
Saldada la discusión por las definiciones y otros detalles, se determinó que un protocolo era el mejor camino para mantener el reglamento sin cambios. Este protocolo fue fruto del consenso unánime de todos los bloques, con autoría transversal, creando así confianza, interdependencia y seguridad. También fue un primer paso. Luego vino el proceso de incorporar las herramientas tecnológicas, familiarizarse, adaptarse a los cambios por parte de los miembros de la cámara. Una curva de aprendizaje similar a la que tuvieron que enfrentar quienes vieron su trabajo convertirse al formato telemático, dónde no todo funciona exactamente igual. Esto genera nuevas suspicacias y conflictos que deben superarse.
Estas nuevas desconfianzas podrían haberse superado cumpliendo lo que podríamos denominar los "términos y condiciones del acuerdo", redactados en el protocolo. Si había algo que no estaba del todo claro, cada treinta días había acuerdo de llevar adelante una refrenda unánime. Cuando llegó el momento de hacer la segunda extensión del protocolo, estalló el conflicto y todas las suspicacias y conflictos que habían sido puestos a un lado tomaron el centro de la escena.
Esta estocada, este castigo a la ciudad por no pertenecer al mismo espacio político, no es una estrategia nueva de quienes gobiernan. Esta política cortoplacista no se plantea la búsqueda y la construcción de consensos, sino romperlos
En política la palabra empeñada es un valor en sí mismo, moverse entre quienes ven en el ardid las reglas de este juego es muy caro para su desarrollo en el largo plazo. Puede resultar simpático tomar ventaja de una crisis para anotarse un punto, pero la carambola debilita el sistema, erosiona los acuerdos y, en definitiva, la confianza de los ciudadanos. Cuando el Poder Ejecutivo le quita puntos de coparticipación para ponerlos en un fondo, hace eso.
A principio de año fue noticia la reducción de un punto de coparticipación que ahora, conflicto policial bonaerense mediante, se manifiesta. Quienes ven federalismo en una medida tomada para cuidar el metro cuadrado del gobierno nacional solo le hablan al AMBA. De esta manera, el distrito que más aporta proporcionalmente a lo que recibe, la ciudad de Buenos Aires, verá su presupuesto severamente reducido. El decreto que determina esto crea un fondo para uso a discreción, "por objeto contribuir a sostener el normal funcionamiento de las finanzas de la provincia de Buenos Aires". Esto como si la mala administración de la provincia no fuera el principal problema de sus finanzas.
Esta estocada, este castigo a la ciudad por no pertenecer al mismo espacio político, no es una estrategia nueva de quienes gobiernan. Esta política cortoplacista no se plantea la búsqueda y la construcción de consensos, sino romperlos. En el corto plazo se generan disputas en el espacio donde debe discutirse el nuevo presupuesto y, en el largo plazo, lejos de avanzar en los acuerdos para una nueva ley de coparticipación, entra el ventajismo y se cercenan los puentes. Esto solo refuerza las posturas extremas, que se alimentan del escepticismo, que ven que todo es lo mismo y así degradamos la cultura democrática.
Resulta extraño cuando desde lo alto del poder se castiga al que se llama amigo, se toman acciones para forzar la grieta, se confirma en su lugar a quien inicia los conflictos en un primer momento y al mismo tiempo se elige "Argentina unida" como frase identitaria.
Son tiempos extraños para quienes creemos en el diálogo, en la transparencia y la búsqueda de un estado eficiente; en la construcción de acuerdos amplios aceptando las diferencias y haciendo de ellas una puerta de entrada a una mejor realidad para todos y no una salida para el que coincide con mis ideas.
Diputada Nacional por CABA, Evolución Radical