Una alternativa política
La sorpresa del resultado de las elecciones del 25 de octubre debería durar unos pocos minutos: la realidad en la que vivimos los argentinos no da para más. Esto fue lo que dijeron los votantes de Buenos Aires, el distrito más importante del país en términos electorales. Allí María Eugenia Vidal rompió todos los moldes, convirtiendo "el trámite" conservador anticipado por el candidato oficialista, Aníbal Fernández, en una pacífica revolución aleccionadora. Y la sorpresa fue mayúscula cuando la diferencia de puntos entre Daniel Scioli y Maurici Macri se desvanecía sin previo aviso.
Lo sucedido, sin embargo, fue suficiente para que la performance de Cambiemos enmudeciera a más de uno, incluso a muchos que compartían la necesidad de un cambio pero que por distintas razones no se atrevían a imaginar soluciones que no vinieran de los partidos o ideologías tradicionales. El relato oficial durmió a los argentinos y de a poco fue matando sus ilusiones y la posibilidad de soñar con un país distinto.
No es casual que el mensaje de Cambiemos haya llegado a la gente, al interior de la provincia de Buenos Aires, al interior del país. Frente a los relatos de siempre, al debate ideológico que pretende continuar dividiendo a la sociedad, a lo nacional y popular definido arbitrariamente, a un Estado al servicio de la política y los políticos, a la falta de ejemplaridad pública, a la soberbia y a la corrupción desvergonzada, al cínico abandono de la Constitución y la división de poderes, a la colonización de poder judicial, a un país condenado a moverse en un eje latinoamericano populista y autoritario, a una pobreza sostenida perversamente para mantenerse en el poder, a la destrucción de las instituciones, al conflicto y el enfrentamiento como lo propio de la política, se escuchó la propuesta de poner la política y Estado al servicio de las personas.
Las ideologías siempre sirvieron de soporte a partidos y gobiernos y lo seguirán haciendo. La rosca política seguirá existiendo. Pero pueden reencauzarse. La propuesta y estrategia de Cambiemos, en el discurso y en la acción, sale del segmento tradicional izquierda derecha y pone a las personas en el centro de la política.