Reseña: La paciente silenciosa, de Alex Michaelides
La paciente silenciosa es la primera novela de Alex Michaelides (Chipre, 1977), escritor y estudioso de la literatura inglesa, pero también terapeuta que trabajó en una unidad de seguridad para jóvenes, experiencia que le inspiró esta extensa historia. El narrador es también un terapeuta forense adulto, que decide dar su apoyo clínico a Alicia Berenson, internada en un hospital psiquiátrico. Seis años antes, la exitosa pintora mató de cinco tiros en la cabeza a su marido. Desde entonces no habla.
Por la longitud, la ambición y el tono (incluso por la colección en que aparece: Literatura Internacional) se trata de un logrado ejemplo de "best seller de calidad". El testimonio progresivo de Theo Faber, su inserción entre los profesionales y pacientes, la aparición de un problema propio de traición en su matrimonio, va siendo acompañado por las páginas de un diario que Alicia le entrega cuando empieza a confiar en él.
La eficacia del conjunto depende de la cuidada estructura. Dividida en cinco partes, con capítulos breves y un estilo de novela a secas, en vez del tradicional de los policiales, La paciente silenciosa atrapa al lector. Los buenos y malos se entremezclan un poco al principio, pero pronto se van definiendo mejor. El tono de seguridad con que se citan psicólogos (Winnicot, Bion) o se reflexiona sobre el ambiente de la salud mental, con sus triquiñuelas (la posibilidad de cierre del hospital agrega tensión), cumple el propósito de desviar un poco la atención de los errores de Theo que, por momentos, tiene la torpeza de un mono con navaja. Es cierto: también él podría estar algo desquiciado. Las escenas de violencia, la deriva delirante se instalan, sin embargo, sobre un plan muy bien trazado.
El argumento de la novela de Michaelides incluye culpables sucesivos, descriptos con buen ojo y capacidad de síntesis. La familia disfuncional suele estar en el origen de todo. Las palabras disimulan con esmero un par de trampas en esta trama fluida, llena de pequeños y grandes secretos. Hay una mezcla de tiempos cronológicos implícita. La otra argucia, difícil pero muy lograda, tiene que ver con la propia voz narrativa. Los lectores feroces de novelas policiales reconocerán el giro del final, semejante al de una famosa, aunque hoy algo olvidada, novela de Agatha Christie (a la que en contratapa se cita como autora ejemplar). Decir más sería cometer pecado de spoiler.
LA PACIENTE SILENCIOSA
Por Alex Michaelides
Alfaguara. Trad.: Laura Manero. Giménez. 375 págs.E-book: $449