Un simple consejo para que crezca tu patrimonio
En este espacio solemos abordar temas relevantes a las finanzas personales apelando siempre a los cuatro pilares del dinero: Ingreso, Ahorro, Gasto e Inversión.
Hoy vamos a concentrarnos en los dos últimos, las erogaciones y las inversiones, con el objetivo de llegar a un simple consejo que haga crecer tu patrimonio.
El primer paso consiste en realizar una distinción que toda persona debería conocer desde la educación temprana, aunque sabemos que eso no ocurre: hay activos que se aprecian con el tiempo y otros que se deprecian.
¿Cómo nos damos cuenta si un activo se aprecia o deprecia con el tiempo en una economía inflacionaria como la nuestra? Básicamente, midiendo su precio en moneda dura: el valor de un activo se deprecia cuando, tiempo después de adquirido, solo lo podemos vender o canjear por menos dólares o euros de los que destinamos para comprarlo, y viceversa.
Así las cosas, cuando compramos activos que se aprecian con el tiempo, estamos invirtiendo nuestro dinero; mientras que, cuando adquirimos activos que se deprecian, lo estamos gastando.
Sigamos con algunos ejemplos.
Activos que se deprecian con el tiempo
Si parte de tu dinero tiene como destino alguno de los activos que figuran más abajo, estás agregando a tu patrimonio componentes que mermarán su valor total con el correr del tiempo. Esto no tiene nada de bueno ni de malo. Tampoco estamos sugiriendo aquí que dichos activos no debieran ser adquiridos. Lo que sí es importante remarcar que se debe buscar un equilibrio entre unos y otros (activos que se deprecian y que se aprecian con el tiempo) para crear una base patrimonial sólida.
El problema no solo pasa por lo que tenés hoy como parte de tu patrimonio, sino que también conviene que revises por dónde pasa tu motivación. Si, por lo general, te satisface adquirir aquellos activos que se deprecian con el tiempo, el pronóstico no es muy alentador, por lo que habrá que trabajar sobre tus deseos consumistas.
Vamos con los ejemplos:
Autos y motos: Son los casos clásicos. Por más de que muchas personas crean erróneamente que un auto es una inversión porque sube de precio en la Argentina incluso después de usado, lo cierto es que ese aumento se da en pesos, pero no en dólares. De hecho, en los últimos años la caída en moneda dura de las motos y los autos usados fue muy importante no solo por su desgaste natural, sino también porque el poder adquisitivo de los consumidores cayó tanto que obligó al mercado a bajar los precios para poder realizar ventas. Invito a realizar el siguiente cálculo a quien tenga dudas: cuánto pagó por su auto o moto en dólares de ese momento y cuál es ahora el precio real de reventa (no el deseado). Haciendo este ejercicio, podrá percibir la caída medida en valor real y no nominal. Por supuesto, hay excepciones a la regla: los vehículos adquiridos para trabajar, que, si bien se deprecian en dólares, son una herramienta para generar ingresos por otra vía.
Ropa y calzado: Mucha gente destina gran parte de su presupuesto a prendas que jamás utilizará pensando que luego se encarecerán. Lo cierto es que, una vez adquiridas, igualmente se deprecian. Y si se usan un poco, la caída del valor será mucho mayor. Prueben vender una prenda apenas usada en la feria americana del barrio y verán, siempre comparando en dólares los precios de compra y de venta, cuánto se desvalorizó.
Celulares, notebooks y consolas de videojuegos: En los dispositivos tecnológicos se puede observar con claridad la caída del valor al poco tiempo de haberlos adquirido. En muchas ocasiones, esa baja es violenta y se debe a un efecto adverso triple: a las dos razones mencionadas en ropa y calzado (desgaste del producto y caída del poder adquisitivo de los consumidores), se les suman las innovaciones tecnológicas que derivan en artículos cada vez mejores y a precios más económicos. Nuestra tecnología puede pasar a ser obsoleta de la noche a la mañana.
Plazos fijos: La inclusión de este ítem probablemente te sorprenda. Sin embargo, para muestra basta un botón: en la actualidad, los plazos fijos están rindiendo, con suerte, 37% anual en pesos, mientras que la inflación se encuentra muy por encima del 40%. El resultado es evidente: los plazos fijos implican una lenta agonía de nuestro capital. Le prestamos dinero al banco para que nos devuelva un monto que sirve para comprar cada vez menos cosas.
Activos que se aprecian con el tiempo
Si parte de tu dinero tiene como destino alguno de los activos que figuran más abajo, lo que estás haciendo es agregar a tu patrimonio componentes que aumentarán su valor total con el correr del tiempo. Su adquisición hará que tu riqueza real aumente en el largo plazo, quizá no a velocidades muy altas, pero sí en forma sólida y gradual.
Es la hora de repasarlos:
Acciones bursátiles: Por supuesto, no todas las acciones pueden ser consideradas activos que se aprecien en el tiempo. Los papeles argentinos generalmente están atados a la suerte del peso y las constantes crisis económicas y devaluaciones suele afectarlos, mientras que el índice Standard & Poor’s 500 de la Bolsa neoyorquina suele apreciarse con el tiempo en moneda dura. De hecho, en los últimos 10 años promedió una suba del 13,6% anual en dólares. Este promedio no implica que todos los años se revalorice en dólares ni que en el medio no haya sufrido caídas relevantes, pero esos movimientos no impactan demasiado en un inversor de largo plazo. Este activo se puede adquirir abriendo una cuenta en un broker online de EE.UU. (mínimo 3000 dólares) y comprando desde allí el ETF cuya sigla es SPY, que replica al principal índice bursátil de Wall Street, que a la vez reúne a las 500 empresas más grandes que cotizan en las Bolsas NYSE y Nasdaq. Con la compra de un índice, el inversor evita quedar pegado al riesgo de una empresa puntual.
Criptoactivos: Las noticias sobre el bitcoin y el resto de los criptoactivos producen muchas veces confusión entre los lectores. Su volatilidad (la violencia con que suben y bajan los precios) lleva a mucha gente a pensar que solo hay especulación y no existe valor detrás de ellos. Sin embargo, la capacidad del bitcoin y otras criptomonedas de sostenerse en el tiempo habla de un trasfondo tan innovador como interesante. También, de precios de muchos activos que en el largo plazo muestran subas extraordinarias. En el caso del bitcoin, el rendimiento promedio anual en la última década fue de 230%. Sí, hablamos de rendimiento anual, no total. Semejante cifra lo convierte en el activo de mejor performance del mundo en los últimos 10 años. Más allá de que una cosa es lo que ya sucedió y otra es lo que sucederá, cuando hablamos del bitcoin vemos un criptoactivo que se aprecia en el tiempo y que, incorporado a nuestra cartera en proporciones prudentes, puede hacer crecer nuestro patrimonio de manera significativa.
Bonos y acciones preferidas en dólares: Los bonos y acciones preferidas en dólares representan una excelente alternativa para aquellos/as inversores/as conservadores/as, dado su rendimiento más su apreciación en pesos (por estar denominados y pagar intereses en moneda dura). En esta columna escrita hace un poco más de un año te dejo algunos tips para tener en cuenta.
Inmuebles, terrenos, cocheras: Las propiedades por suerte sabemos que se aprecian con el tiempo medidas en dólares, caso contrario el incentivo para comprarlas sería prácticamente nulo teniendo en cuenta la baja rentabilidad actual de los alquileres a nivel local. Si bien hay que tener en cuenta aquí los gastos derivados de las propiedades (manutención, impuestos, arreglos, etc…) en el tiempo la ecuación sigue siendo favorable gracias al aumento de la población y los limitación de espacios.
Conclusión
Si nunca nadie te lo había dicho antes, ahora lo sabés y no tenés más excusas: hay activos que pueden aumentar el valor de tu patrimonio y otros que, indefectiblemente, lo reducirán con el paso de los años, por lo que está en tus manos cambiar o mejorar tu historial para que tu salud financiera solo tenga un presente y un futuro cada vez mejores.
Hay activos que deben aumentar su participación en tu patrimonio y otros que deberás disminuir, siempre y cuando desees ver crecer tu riqueza (sí, no hace falta ser millonario para hablar de riqueza).
¿Tenés que ser economista o experto/a en finanzas para lograrlo? No. Basta con encauzar la proa hacia la dirección correcta y tener presente esta lista cada vez que estemos analizando un gasto o una inversión.
Una advertencia final: difícilmente veas los resultados en poco tiempo, pero el cambio de patrones de gasto o consumo en función de lo visto aquí indudablemente será muy positivo para tus finanzas personales y patrimoniales en el mediano y largo plazo. Antes de que quieras darte cuenta, la realidad te sorprenderá positivamente.
¿Cómo está distribuido tu patrimonio hoy? ¿La mayoría de tus activos se aprecia o se deprecia con el tiempo? ¡Te leo en los comentarios!