Un prestigioso y esencial asesoramiento técnico
El Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional (CMF), dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), por intermedio del Centro de Asistencia Judicial Federal, es un organismo esencial para dotar al servicio de justicia del asesoramiento técnico médico-legal que requiere una proporción muy significativa de causas judiciales.
La medicina legal “tiende puentes entre la Medicina y el Derecho” y en esa línea de pensamiento el gran maestro de esta disciplina, el doctor Nerio Rojas la definió hace 100 años como “la aplicación de los conocimientos médicos a los problemas judiciales”. Hoy su estructura es obviamente más amplia, dado que son múltiples las disciplinas científicas forenses que interactúan para dar respuesta a los requerimientos de la Justicia.
El CMF es una de las áreas del Estado que requiere mayor expertise de sus integrantes. Además del título universitario de grado, sus profesionales cuentan con al menos dos carreras universitarias de posgrado (especialistas en una rama de la medicina y especialistas en medicina legal), contando además con doctorados, maestrías y, en muchos casos, una destacada actividad docente universitaria. Se accede al cargo de perito del CMF a través de un riguroso y exigente concurso público de antecedentes y oposición.
La dilatada y sobresaliente historia de 128 años del CMF merece ser reseñada. Según nos ilustra Juan Carlos Romi (“Historia del Cuerpo Médico Forense”), los primeros antecedentes sobre pericias médico legales oficiales estuvieron a cargo sucesivamente del Tribunal del Protomedicato, del Tribunal de Medicina, de los Médicos de Policía, el Consejo de Higiene Pública y, por último, del Departamento Nacional de Higiene. Durante el gobierno de Martin Rodríguez, su secretario de gobierno Rivadavia creó en 1822 el cargo de médico de policía, para que efectuara las pericias médico-legales.
En 1860, por resolución del gobierno del presidente Santiago Derqui, la Facultad de Medicina pasó a asesorar a los jueces. Luego de la federalización de la República se reorganizaron los Tribunales de la Capital y se creó el cargo de médico de Tribunales (1881). Esto respondió a la necesidad de que la función del médico de Tribunales fuera distinta a la del médico de Policía. El presidente Julio A. Roca y el ministro de Justicia Eduardo Wilde designaron en 1882 al primer médico de Tribunales, nombramiento que recayó en el doctor Julián Fernández. Este era nieto de los doctores Juan Antonio Fernández y Cosme Argerich, catedráticos fundadores de la Universidad de Buenos Aires. Como un hecho anecdótico, se sabe que el doctor Julián Fernández asistió al presidente Roca en el atentado que éste sufrió el 10 de mayo de 1886, cuando se dirigía a la inauguración del período de sesiones del Congreso Nacional.
El 3 de julio de 1896, durante la presidencia de José Evaristo Uriburu, se aumentó a seis el número de médicos de tribunales y se crea el Cuerpo Médico Forense (CMF). El ministro de Justicia era el doctor Antonio Bermejo, luego ministro de la Corte Suprema entre 1903 y 1905. Luego de tres locaciones efímeras, en 1911 el CMF tuvo su sede en el subsuelo del Palacio de Justicia. Finalmente, en 2007 y por gestión del entonces decano Víctor Poggi, se trasladó a su edificio actual. La Morgue Judicial funciona desde 1908 en un edificio que comparte actualmente con la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA (luego del traslado de la Facultad de Medicina en 1948).
En una primera etapa, el CMF dependió de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, hasta 1950, cuando pasó a depender de la Corte Suprema de Justicia. En 1961, la Cámara retomó su superintendencia, pero en la década del 90 el CMF vuelve a depender de la CSJN, y actualmente continúa bajo su órbita.
A partir de la creación de los Tribunales Orales se impuso a los médicos peritos del CMF la tarea de exponer e ilustrar durante los debates sobre lo manifestado en las pericias practicadas. Surgió entonces, ante la complejidad de los avances de la medicina en general y de la medicina legal en particular, la necesidad de que los peritos forenses sean divididos en especialidades, para que cada forense se encargara de intervenir solamente en los casos acordes a su formación médica.
Esto determinó una nueva estructura funcional, y el CMF en su sede central se dividió en los siguientes compartimentos: Departamento de Generalistas y especialidades clínicas y quirúrgicas (evaluación de los aspectos físicos de los peritados); Departamento de Salud Mental (infantojuvenil y adultos), integrado por peritos psiquiatras y psicólogos forenses; Laboratorio de Genética Forense; Departamento de Odontología Forense, y Departamento de Docencia, Investigación y Bioética. Junto a los peritos forenses trabajan médicos especialistas en diferentes disciplinas para realizar pericias muy específicas. La Morgue Judicial está integrada por un equipo multidisciplinario : los peritos tanatólogos (autopsias) y peritos especializados en diagnóstico por imágenes, estudios histopatológicos, antropología forense, toxicología y química legal. Cuenta, además, con un importante Museo.
Sus calificadas evaluaciones han sido requeridas en ocasión de las principales catástrofes. Recientemente, destacados profesionales de la Morgue Judicial participaron en el Centro Nacional de Medicina y Ciencias Forenses del Estado de Israel de un proceso de capacitación para realizar autopsias virtuales.
El Laboratorio de Genética Forense dispone de tecnología acorde a la incesante y exigente demanda de dicha especialidad. La CSJN, a través del Centro de Asistencia Judicial Federal, suscribió un convenio de colaboración con la Fundación Manuel Sadosky –dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Nación– para que el CMF utilice el software GENis, una herramienta informática que sirve para contrastar perfiles de ADN provenientes de muestras biológicas. El Departamento de Docencia, Investigación y Bioética coordina y planifica las actividades académicas, el desarrollo de protocolos y la publicación de la revista Cuadernos argentinos de ciencias forenses, órgano de difusión científica de la institución.
En tiempos de evaluación de la tarea desarrollada en múltiples áreas del Estado, es importante tomar conciencia sobre la excelencia de organismos como el CMF. Decisiones judiciales basadas en sus informes periciales atañen a la libertad de los justiciables (causas por lesiones), permiten acceder a prestaciones de la seguridad social (retiros por invalidez), dictaminar sobre amparos de salud en los que se reclama por prestaciones como provisión de drogas o cobertura de intervenciones quirúrgicas, sobre el estado de salud en individuos privados de su libertad, causas vinculadas a violencia doméstica y de género, causas vinculadas a la responsabilidad profesional médica; determinar la capacidad para estar en juicio, la causa de muerte (autopsias judiciales); identificar restos humanos; establecer vínculos biológicos (paternidad, sucesiones); hacer análisis de rastros e indicios desde la perspectiva criminalística, etc. Estas, entre otras, forman parte de una inconmensurable constelación de situaciones en las que el asesoramiento del CMF a los jueces reviste una trascendencia de primera magnitud.
Estadísticas actualizadas del CMF demuestran con elocuencia la impactante labor que allí se realiza: más de 40.000 exámenes periciales anuales, 1.138 evaluaciones anuales en Cámara Gesell (2023) y 3.554 autopsias (2023). Es un gran desafío y una enorme responsabilidad integrar el CMF, además de un motivo de genuino orgullo. Pero lo más trascendente para la sociedad en general y para la justicia en particular es contar con sus calificados servicios a la hora de dar una respuesta técnica objetiva, imparcial y de alta confiabilidad.
Profesor consulto de la cátedra de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la UBA, Hospital de Clínicas (UBA); doctor en Medicina (UBA). CMF (CSJN)