Un plan de gobierno para 2023, una necesidad de hoy
El país está viviendo una de las crisis más grandes de toda su historia. Los políticos que nos gobiernan no ponen en práctica idea alguna para frenar la inflación, bajar el índice de pobreza, generar empleo genuino, ampliar las exportaciones, reducir el déficit fiscal, entre otros aspectos de consideración.
Carlos Melconián anunció que, junto a Enrique Szewach y a un equipo de profesionales de la Fundación Mediterránea, está trabajando en un plan de gobierno integral y federal que contempla el desarrollo de las economías regionales. Asimismo, Martín Redrado, cabeza de la Fundación Capital, plantea una solución aún más agresiva, abrir el país en seis regiones, con el propósito de lograr unidades territoriales económicamente viables. Sabemos que también hay fundaciones políticas que se encuentran trabajando en lo mismo.
Coincidimos con esas propuestas en la necesidad de apuntar al federalismo, la sostenibilidad y el consenso, a los efectos de lograr un cambio radical en el rumbo del país en el período 2023/2031.
Un plan federal, porque lo que se decide desde los escritorios del poder central influye de manera directa en los territorios, provincias y municipios, donde los accionistas de la “empresa argentina” desarrollan sus actividades. Estudian, trabajan, sociabilizan, y quieren hacerlo en un ámbito que les permita crecer en la escala social con esfuerzo y dignidad.
Un plan sostenible, porque debe apuntar a medidas que permitan una mejora paulatina pero constante, en contraposición a aquellas que con fines netamente electoralistas logran resultados positivos en el corto plazo, pero en el mediano largo plazo nos hunden cada vez más.
Un plan consensuado, porque el camino no es sencillo, requiere del esfuerzo de todos, fundamentalmente de aquellas corporaciones que de alguna manera se benefician con este sistema sostenido por el impuesto inflacionario, que castiga principalmente a los que menos tienen. Un sistema que elevó el índice de pobreza del 4% a más del 40% en poco más de 50 años.
Cierto es que los líderes de esas corporaciones están muy lejos de llegar a ese punto, es más, es muy posible que nunca lo hagan, porque estarán en el peor de los casos en ese 5% de la población que se adueña de la vida del resto. Los modelos cubano, venezolano, nicaragüense, entre otros, así lo demuestran. Modelos que están lejos de los valores republicanos y democráticos y donde las libertades individuales brillan por su ausencia.
Desde nuestra agrupación pensamos que el objetivo declamado del " Estado presente”, a nuestro entender groseramente presente, debe ser reemplazado por Estado eficiente y desarrollo de la actividad privada. Donde los economistas trabajen en el plan económico (macro) fijando objetivos agresivos y las provincias observen sus territorios con la visión de una unidad de negocio social, para hacer foco en los dos objetivos básicos propuestos, poniendo un límite a los objetivos de la macro, en función de metas (micro ) desafiantes pero posibles. El análisis sistémico fijará la velocidad del cambio. Los especialistas deberán trabajar en la formulación de las reformas clave para torcer el rumbo y comenzar a transitar un camino virtuoso. Las reformas judicial, laboral, impositiva, educativa, previsional, del Estado Nacional, provincial y entes municipales, en su conjunto, son imprescindibles. Esta situación la originó la política y es la política quien debe brindar la solución. Aquellos que crean que pueden llegar a dirigir los destinos del país a partir de 2023 deben estar preparados desde ahora con un plan de gobierno adecuado para lograr en forma inmediata las reformas que se necesitan para los cambios de rumbo programados.
La Argentina y su pueblo ya no aguanta más improvisaciones Los ciudadanos esperamos que , en esta oportunidad, esté a la altura de las circunstancias.
Miembros de República Unida