Un país que no arranca
El paro y el PJ no ayudan, los modos de Milei tampoco
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“El paro en enero es un error que solo sirve para victimizar a Milei, hay que ser pacientes, en dos o tres meses, cuando los sectores medios no puedan pagar los servicios, la escuela privada, la prepaga ni el supermercado, ahí van a pedir ellos que salgamos todos a la calle”.
Así mide alguien cercano a Cristina Kirchner el paro realizado ayer por las centrales obreras. Algo de razón encierran esas palabras, si bien el ajuste que está llevando adelante el gobierno libertario era esperable y hasta necesario, la insensibilidad con la que parece manejar algunos temas, como el de los jubilados, da escalofríos. La fórmula establecida por Alberto Fernández y aún vigente les hizo perder a los jubilados un 53% del valor de las prestaciones. Y el gobierno anuncia que recién en abril comenzará a ajustar por inflación promedio. No se le puede pedir un esfuerzo más al sector previsional, pero para este gobierno, como lo fue para el del Frente de Todos, los números mandan. Claro que para el massismo eran números electorales y para los libertarios fiscales. De todos modos, los dos ajustaron a los jubilados. Como denunció la Coalición Cívica: “ajustan a los jubilados, pero mantienen el régimen fiscal de privilegios y corporativos para Tierra del Fuego”, casualmente con familiares del ministro de Economía como beneficiarios. Imperdonable.
El paro marca un récord: por primera vez se le realiza una huelga general a un presidente que no lleva dos meses en el poder. Es un acto de desesperación del peronismo, desunido, perdido, mareado por haber quedado pegado a la suerte del peor gobierno de la democracia, incluso con el candidato más irresponsable que pudo tener a mano. Los burócratas del sindicalismo argentino son una clara demostración de la falta de representatividad del movimiento obrero. Hace décadas que dejaron de representar a los trabajadores para pasar a ser parte del poder político del peronismo y, obviamente, de sus intereses corporativos. Ayer Pablo Moyano sugirió “tirar al Riachuelo” al ministro de Economía. Estaban presentes en el acto las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, pero esta dirigencia gremial ya no cree ni se compromete con postulados históricos. Son eso, y de tal manera, el mejor rival que podía tener el presidente Milei enfrente. Sobre todo él, que los conoce muy bien porque supo estar de los dos lados del mostrador. Todos recordamos que en 2018 participó del paro y la movilización convocados por Hugo Moyano contra el gobierno de Mauricio Macri, eran épocas donde prometía en público que se cortaría un brazo antes de crear o subir impuestos. Por suerte para su salud fueron solo metáforas exageradas y no promesas cumplibles.
De todos modos, el gobierno da muestras de querer llevarse todo por delante. Dar vuelta la economía es una cosa, pero las instituciones republicanas con acuerdos bajo la mesa, tiene otro costo y otro valor. En su idea de desprestigiar al Congreso coloca a todos en la misma bolsa, incluso a aquellos que están dispuestos a darle la gobernabilidad que el PJ le va a negar. Insinuó que están en “busca de sobornos”, pero es extraño que el mismo Presidente que llevó a juicio a periodistas no denuncie en la justica a legisladores que podrían incurrir en un delito. Es preocupante que funcionarios de primer nivel sigan hablando de pertenecer a “las fuerzas del cielo”, algo así suena más a un culto de una iglesia neopentecostal que a un partido político moderno y liberal. Es posible que el resultado de esa estrategia no exenta de soberbia la veamos en la sesión de la Ley Ómnibus, en la que encontrará reparos en aquellos que no van a otorgarle ningún visto bueno a todo aquello que se salga de las normas constitucionales. Y aquí la sorpresa: tendrá votos kirchneristas, conseguidos al viejo modo kirchnerista. Miremos los votos de los diputados del PJ tucumano, ahí puede haber una historia para contar.
También mucho se habla en estas horas del “amateurismo” del gobierno de Milei. Se toma como ejemplo la manera que se llevaron a cabo las negociaciones en la Cámara de Diputados con los sectores dialoguistas: cambiaron mucho la letra de la Ley Ómnibus, se perdieron objetivos, pero aun así en el recinto podrían no pasar ni el ajuste previsional ni el aumento a las retenciones, los dos puntos centrales para las cuentas del oficialismo. No es la ley que el gobierno pretendía y está en duda la sesión. Además, la justicia declaró “inválidos seis artículos del súper DNU”. Pero donde más se señala la falta de tacto es cuando el Gobierno comete errores estratégicos: “hay que ser muy verde para anunciar un proyecto que dan marcha atrás al piso del impuesto a las Ganancias que el FDT, Milei y Victoria Villarruel votaron en septiembre, incluso con alguna intención de hacerlo retroactivo a septiembre, todo eso a 24 horas de un paro general de trabajadores. “Es una invitación al paro”, dijo un viejo dirigente radical.
Claro, los que cambiaron antes cambian ahora. Son los mismos protagonistas, pero ahora desde otro lugar de poder. Cada vez que se escudriña dentro del gabinete de Milei nos encontramos con muchos funcionarios de primer nivel que piensan, defienden o defendieron causas kirchneristas. Nada más lejos del cambio que dicen proponer que un ministro de Justicia que cree que Nisman se suicidó o dijo que no había pruebas para condenar a Cristina Kirchner en la causa Vialidad. Para colmo, Mariano Cúneo Libarona sumó otro desacierto, al hablar en su cuenta de X del “fallecimiento” de Uma Aguilera, la hija del custodio de Patricia Bullrich brutalmente asesinada. Muchos le recordaron, y no de buena manera, que se trataba de un homicidio. Mucho más grave fue el silencio sobre este crimen del gobernador Axel Kicillof, que no dio la cara y recién apareció en la marcha de la CGT acompañado por intendentes del PJ. ¿Entenderán los funcionarios el valor que tienen las palabras y los gestos en momentos tan sensibles? Parece que no.
Pero vamos más allá. La actual secretaria de Minería, Flavia Royón, dejó el área de Energía para asumir en Minería en el cambio de gobierno. Para los mal pensados el litio tiene mucho más que ver en su designación que su capacidad. Ella formó parte de un acuerdo del gobierno de Milei con el gobernador salteño, el massista Gustavo Sáenz, para seguir en el Poder Ejecutivo. Se apuntó a que retenga Energía y sume Minería, pero finalmente quedó solo con esta área. Sería prudente poner el foco en el desarrollo de ese mineral y en qué manos privadas quedaría en la medida que se vaya expandiendo su explotación. Royón ya dio cuenta de su nuevo alineamiento, mientras sus excompañeros del Frente de Todos y el Frente Renovador rechazan la Ley Ómnibus con firmeza para ella en esta mega ley “Hay una ventana de oportunidad para aprovechar, porque el mundo demanda minerales críticos y Argentina los tiene”, le dijo días atrás a la agencia Bloomberg. La adaptación desde el populismo de izquierda al populismo de derecha parece ser más sencilla de lo que se presume. Si lo sabrá Daniel Scioli, que pasó a formar parte del círculo de confianza de la familia de Jair Bolsonaro.
El paro de ayer dejó la sensación de que ante el adversario más descalificado, el Gobierno muestra su peor cara, la de no entender cómo se construye poder en democracia, que no es solo a través de la recolección de votos en una elección -eso lo hizo bien- sino sostenerlos y transformarlos en políticas de estado que mejoren la vida de los argentinos, atendiendo a los más necesitados y tocando privilegios de la verdadera casta, como le gusta señalar al Gobierno hasta el hartazgo. Esta materia está en recuperatorio. Aún falta para el examen de marzo. Ojalá estudien.