Un mal sueño que se lleva vidas
La somnolencia es la causante del 25% de los hechos viales a nivel global
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Una de las claves para disminuir drásticamente la cantidad de víctimas de hechos viales reside en la toma de conciencia, por parte de los conductores, de las condiciones óptimas en que se debe manejar un vehículo. En este sentido, una de las principales causas de hechos viales corresponde a la somnolencia. Si tenemos en cuenta que el año pasado en nuestro país fallecieron 6184 personas como consecuencia de hechos viales y otras 120.000 resultaron heridas, la necesidad de “educar” sobre este aspecto en la conducción es esencial.
Durante la mañana del 20 febrero, en la ciudad de Bariloche, se produjo un hecho vial que acabó con la vida de tres personas y una cuarta aún permanece internada en gravísimo estado. A la altura del barrio El PIlar, sobre la Ruta Nacional 40, un automóvil Volkswagen Suran conducido Gonzalo Beltran (23 años), militar y deportista, cruzó de carril imprevistamente impactando frontalmente a una camioneta Renault Kangoo y provocando el fallecimiento del matrimonio conformado por Gustavo Ariel Luis Ybañez (51), y su esposa, Mariana Elisa Herrera (47). El matrimonio estaba acompañado por Juan Carlos Ybañez (36), hermano del conductor, quien aún continúa internado en estado reservado en el Hospital Dr. Ramón Carrillo, de Bariloche. Tras este hecho, Magalí y Facundo Ybañez, quiénes tristemente perdieron a ambos padres en el siniestro, reclaman justicia.
El conductor de la Suran también resultó fallecido tras el hecho vial. El estudio de los peritos señala que no se registraron huellas de frenada en el lugar del hecho. La interpretación y análisis de los hechos indica que el motivo de la tragedia sería el “estado de somnolencia” de Beltrán.
En concreto, el conductor responsable de la tragedia, al momento del hecho vial, acababa de trabajar en una guardia con una acumulación de muchas horas sin dormir.
La somnolencia es un trastorno del sueño y quien la padece siente una fuerte necesidad de dormir. Claramente, representa un riesgo grave al conducir ya que disminuye extremadamente las capacidades de atención. Entre las consecuencias de la somnolencia podemos destacar los microsueños. Esto es, segundos en los que el conductor cae ligeramente dormido y, consecuentemente, pierde toda referencia de lo que sucede a su alrededor. Lo que lo hace especialmente peligroso es que el conductor suele no percibir lo que le está sucediendo.
Al sufrir de sueño, el conductor también pierde capacidad de reacción. Esto es riesgoso al impedirle al conductor no poder responder en tiempo y forma ante cualquier imprevisto en el tráfico.
Adicionalmente, al ser menor la concentración, se cometen más errores en el manejo. Esto tiene que ver con que el conductor comienza a realizar maniobras de forma automática, siguiendo más el hábito que las necesidades reales. Asimismo, la visión se ve afectada y la percepción alterada. Incluso, se puede llegar a sufrir alucinaciones.
Por otro lado, una mala calidad del sueño implica que, por más que se duerma una adecuada cantidad de horas, el individuo no descansa adecuadamente.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño se caracteriza por la repetida interrupción de la respiración durante el sueño. De hecho, el 67% de las personas que consultan por somnolencia sufre apneas. Se estima que un 5% de la población mundial sufre este síndrome.
La apnea del sueño es el desorden que más frecuentemente se asocia con los siniestros viales causados por somnolencia. Según estudios realizados en Francia, mientras 0,4 por cada 100 personas de la población general padecen hechos de tránsito, el número de pacientes con apneas involucrado en este tipo de siniestros asciende a 8 por cada 100.
Los grupos de personas con mayor riesgo de hechos de tránsito incluye a los jóvenes de 18 a 29 años; los trabajadores de turnos rotativos; quienes consumen drogas o alcohol; personas con alteraciones del sueño; y a los conductores profesionales. Sumado a esto, quienes sufren de apneas no tratadas tienen 7 veces más probabilidades de sufrir hechos viales.
El conducir implica una enorme responsabilidad. Requiere de concentración y un estado de alerta y atención permanentes. Y la grave falta que representa conducir en estado de somnolencia no debe ser desestimada.
En este punto, nos consultamos acerca de la rigurosidad con la que se otorgan los registros de conducir en nuestro país. Como sucede con el caso de quien sufre apneas, consideramos que sería muy productivo el incluir estudio psicofísico previo al otorgamiento del registro de conducir.
En línea con esta recomendación también se encuentra la notoria ausencia de campañas de educación vial que hagan foco en los altos riesgos que conlleva el conducir en estado de somnolencia, sin el descanso necesario, o producto de un trastorno del sueño como el que mencionamos con anterioridad.
En este sentido, pensemos que basta con una leve cabeceada de unos pocos segundos de duración para incrementar exponencialmente el riesgo de siniestro. Por ejemplo, a 120 km/h una cabeceada de 3 segundos hará que el vehículo recorra casi 100 metros sin conductor. Y la distancia aumenta a casi 200 metros si se trata de un micro-sueño de seis segundos.
En un congreso internacional realizado por la Alianza Global de ONGs en Seguridad Vial en El Salvador se expuso lo importante que es abarcar a la seguridad vial de manera holística, tomando en cuenta cada componente de la seguridad vial. La educación y campañas son importantes para poder salvar vidas.
La tragedia ocurrida en Bariloche es el claro y triste ejemplo sobre la problemática de los hechos de tránsito. Este suceso se llevó las vidas tanto de las víctimas inocentes, como del victimario. Los siniestros viales constituyen una verdadera epidemia social en la Argentina.
Que el sueño no se lleve tu vida, ni la vida de los demás.
Berstein, abogado especialista en hechos viales y Asesor legal de la Asociación Madres del Dolor; Perrone, fundadora de la Asociación Madres del Dolor