Un envolvente aroma a cambios
El teniente del ejército imperial nipón Hiroo Onoda fue enviado en 1944 a la isla filipina de Lubang, donde permaneció escondido los 29 años posteriores, sin saber que el conflicto bélico había terminado.
Por momentos, extrapolando aquella circunstancia que quedó grabada para siempre como ejemplo de extravío, veo exégetas de Hiroo Onoda en la política local, sin el heroísmo del soldado japonés, claro.
Lo pienso cuando sectores de la dirigencia vernácula insisten en relatos cada vez más desajustados de la realidad, que esconden sin lograrlo, el evidente olor a naftalina de sus ideas viejas, ensayando superficiales poses pseudoprogres de libertad sexual, consumo libre de marihuana, uso abusivo - casi fanático - del idioma “inclusivo” o la permanente manipulación sesgada de los derechos humanos y de reconocimientos hipócritas a supuestos liderazgos originarios en el sur del país, que ponen en ascuas a pobladores pacíficos y trabajadores.
A partir del 17A, en agosto de 2020, cuando le dije claramente a Alberto Fernández: “Señor Presidente, mire y comprenda que hay un pueblo reclamando”, comprendí que estar allí, en la calle, no era un asunto de ser duros o blandos frente al gobierno, que el tema es ir generando una representación que identifique las causas que la sociedad -el pueblo argentino- va construyendo, fue cuando comencé a sentir el olor a cambio de época, a un fin de ciclo.
Lo fuí confirmando en la valiente actitud de las mujeres de Clorinda, cuando me invitaron a compartir su emblema de lucha contra el feudo de Insfrán, vistiéndome de presidiaria junto a ellas. Con los padres organizados que torcieron el brazo obtuso del Ministerio de Educación, o en los cacerolazos contra la absurda liberación de presos comunes y de los otros, los presos de la corrupción K.
El 12 de septiembre, en las PASO, el pueblo profundizó mis sensaciones. Creo firmemente que el 14 de noviembre comenzaremos a dar vuelta la página triste del populismo, hacia la confirmación de nuestras ganas de vivir en la cultura del mérito, del trabajo y del estudio como formas de superación.
Hay en marcha, con la fuerza del cambio, un camino que inicia.
En definitiva, hacer un país donde los Hiroo Onoda vernáculos, perdidos en las selva del relato K, sea sólo historia.
Esta primavera trae un envolvente aroma a cambios.
Los dirigentes debemos entender este perfume, sin confusiones.
Presidenta Pro nacional