Reseñas: El nuevo mundo de Alexander von Humboldt, de Andrea Wulf
Hay libros que se disfrutan, libros que se celebran y libros que se agradecen. En esta última categoría superlativa se encuentra La invención de la naturaleza. El nuevo mundo de Alexander von Humboldt, de Andrea Wulf, periodista y profesora de historia del diseño en el Royal College of Arts de Londres. Si bien en años recientes comenzó a revalorizarse la obra del geógrafo y naturalista alemán, faltaba un trabajo integral que situara su legado en relación con preocupaciones actuales.
El primer acierto de Wulf es haber elegido el género biográfico: la vida de Humboldt (1769-1859) se expande por casi un siglo en que Europa y el mundo se reconfiguraron. Seguir sus desplazamientos, sus ideas políticas y aportes científicos implica recorrer la historia mundial en el significativo período de las revoluciones, la industrialización, una nueva expansión imperial, el florecimiento de las ciencias experimentales y el surgimiento de la opinión pública mundial.
El segundo acierto, de manera complementaria, es que no se restringe a los límites de una vida. También sigue la influencia de la obra de Humboldt en seguidores tempranos, de Darwin a Ernst Haeckel, de John Muir a Simón Bolívar, de Thomas Jefferson a Goethe, de cuyo Fausto fue uno de los inspiradores.
Y el tercero y más importante es que relee el trabajo de Humboldt en clave contemporánea, desde la perspectiva de la crisis ambiental. En dos aspectos fundamentales: su capacidad para entender la unidad y fragilidad de la naturaleza, y para alertar sobre los primeros impactos humanos de magnitud, como la deforestación.
Imposible resumir una vida tan plena. Nació en Prusia, en una familia de la alta burguesía. A la sombra de su hermano mayor, el también famoso lingüista Wilhelm, Alexander estaba destinado a la vida de funcionario. Estudió en la Escuela de Minas de Freiberg y, tras algunas excursiones en Europa, pudo emprender la exploración que le abriría las puertas de las academias, los salones y las cortes.
Entre 1799 y 1804 recorrió la actual Venezuela, Colombia, Ecuador, Cuba, México y Estados Unidos en un rastrillaje que abarcó las diversas ramas de las ciencias experimentales. Acompañado por el botánico francés Aimé Bonpland que, tras muchos avatares, se establecería en la Argentina, identificó dos mil especies de plantas, descubrió el Ecuador magnético, describió la conexión entre la cuenca del Orinoco y la del Amazonas, ascendió al volcán Chimborazo, por entonces considerado el pico más alto del mundo. Realizó descripciones arqueológicas en México, departió con el presidente de Estados Unidos Thomas Jefferson, se horrorizó ante la esclavitud.
Su fama se estableció con una obra inmensa divulgada en París: sólo el Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente tiene 34 volúmenes. Una versión breve, Narrativa personal, fue fuente e inspiración para Darwin, que la llevó en su viaje en el Beagle. Su actividad incansable en las distintas ramas del conocimiento lo convirtió en una de las personas más famosas y consultadas de Europa: llegó a recibir 5000 cartas por año. Aun así no pudo concretar su expedición al Himalaya, por la oposición de las autoridades británicas, que temían la mirada escrutadora de un liberal favorable a las revoluciones americanas. Sí pudo recorrer Rusia y realizó comparaciones con la flora americana que confirmaron su visión de la unidad de la naturaleza. En su obra final, Kosmos, llegó a sintetizar el saber de la época.
Su agonía a los 89 años, fue seguida día a día por los diarios y, a diez años de su muerte, en el que sería su centésimo aniversario, se lo recordó en Moscú y Buenos Aires, París y Pittsburgh. Pero luego llegó el siglo XX, Alemania cayó en desgracia, las ciencias se fragmentaron y su nombre pasó a segundo plano.
Wulf sitúa a Humboldt en la historia de la ciencia, la historia política y cultural, la de las costumbres. ¿Algo más? Ah, sí, parece que era gay. Gastó su fortuna y dedicó horas interminables a su pasión por el conocimiento, fue generoso con sus colegas, asombró con su saber omnímodo y cambió el modo de pensar la naturaleza. El libro de Andrea Wulf resulta la ocasión ideal para conocerlo.
El nuevo mundo de Alexander von Humboldt
Andrea Wulf
Taurus
Trad: M.L.R.Tapia
578 págs. $ 499