Un boicot riesgoso
Desde su circunstancial función como presidente de la República, el vicepresidente Carlos Ruckauf invitó a los espectadores a no concurrir a las salas cinematográficas en las que, a partir del jueves, será exhibida la muy publicitada película Evita protagonizada por Madonna bajo la dirección de Alan Parker.
Por supuesto, el llamado no se funda en consideraciones artísticas sino en razones políticas. Ruckauf no comparte el enfoque del personaje que el film calca de la ópera-rock del mismo nombre que ya ha dado varias veces la vuelta al mundo. Se trata, por supuesto, de una fantasiosa visión de una época argentina y de algunos de sus protagonistas, que nunca tuvo pretensiones de rigor histórico ni de manifiesto político, sino el sentido de una propuesta estética cuyo verdadero valor deberán juzgar, precisamente, el público y la crítica.
La literatura, el teatro y el cine han buscado habitualmente en las figuras más notorias de la historia material para sus creaciones, ya sea tomando algún rasgo saliente de su personalidad, como punto de partida para retratar una época o como centro de algún episodio que por algún motivo atrae la atención del autor. Así, por libros, películas y escenarios han desfilado desde Jesucristo hasta Napoleón y desde Cristóbal Colón hasta Moisés, pasando por Juana de Arco, John Kennedy o Maximiliano de México, con los criterios estéticos más dispares.
Que desde la cúspide del poder político se haga una invitación como la de Ruckauf, confundiendo probablemente la función de Estado con la actividad partidista, tiene sus riesgos. En primer término, de allí a la censura puede haber un paso muy corto. Además, alguien podría confundir el pacífico ejercicio del muy legítimo derecho a testimoniar su rechazo absteniéndose de ir al cine y ver el film, con una incitación a formas más estentóreas y menos civilizadas de protesta.
Queda en pie, como valor positivo, que a pesar de actitudes como este boicot que conlleva, por cierto, algo de intolerancia, la película haya sido filmada con entera libertad en nuestro país, y pueda llegar a las pantallas con la misma libertad.