Ulises decide quedarse
Esta no es una buena vida, pero siempre llegará un pobre millonario con su historia de padecimientos para divertirnos un poco. Hoy les toca su turno a los pasajeros del crucero de lujo Odyssey (anotad ese nombre), que llevan cuatro meses varados en el puerto de Belfast.
Sus organizadores ofrecían un viaje de 3 años y medio alrededor del mundo por 900.000 dólares. Partieron de Miami llenos de alegría, pero –al modo del relato de Homero– se detuvieron y se demoraron. En este caso no por cíclopes ni sirenas, sino por problemas con sus timones y su caja de cambios.
Los 200 pasajeros tuvieron todo el verano para hacerse amigos de la capital de Irlanda del Sur, su cerveza y su clima lluvioso. La semana pasada el Odyssey zarpó de nuevo… para regresar a Belfast por “problemas administrativos”. Los dioses griegos ya no existen, pero todavía tienen el poder de castigar con una maldición la hybris, la soberbia y la desmesura humanas: en este caso, haciéndoles el regalo de un viaje inmóvil a ninguna parte.ß
Algo más...
Durante las primeras semanas de estadía en Belfast la compañía naviera pagó los alojamientos de los pasajeros, que debían bajar a tierra durante la noche. Mientras tanto, los envió a conocer las islas Canarias y Groenlandia. En septiembre dejaron de hacerse cargo del costo del alojamiento.ß