UCR y PRO, los riesgos de pedir regalías por adelantado
La relación de la UCR con PRO en Juntos está signada por un nuevo clima político, gestado a partir del resultado en las PASO de la provincia de Buenos Aires. Facundo Manes es sindicado como el responsable del estado de efervescencia que atraviesa el radicalismo. Es un llamativo efecto paradójico. Manes fue derrotado en las primarias por Diego Santilli. Sin embargo, desde entonces es creciente el nivel de demanda planteada a Pro por sus socios electorales.
Algunos intendentes del conurbano califican de extorsivas las concesiones que exigen. Como el 25% de los cargos en el Ejecutivo. El equivalente a un tercio del gobierno municipal. Es probable que la perspectiva de una victoria el 14 de noviembre impida a quienes están involucrados en este tipo de debates detenerse a observar otros datos inquietantes. Sobre todo uno: el descrédito acumulado por Juntos y el Frente de Todos en los últimos 50 días.
En la provincia de Buenos Aires, el nivel de indecisos pasó del 11,5 al 16,1% entre el 15 de octubre y el 2 de noviembre. Un aumento del 50% que lo coloca apenas cuatro puntos por debajo del que había dos semanas después de las PASO (24%), donde votaron 3,5 millones menos de electores que en las de 2019. Esta es una de las conclusiones del trabajo que la consultora Tres Punto Zero, de Shila Vinker, finalizó esta semana.
Aunque es posible que con un optimismo difícil de compartir, los dirigentes se detengan en otra. Si bien el oficialismo (30,5%) supera a la oposición (21,4%) en votos que tendría asegurados, por primera vez Juntos (24,7%) supera al Frente de Todos (9,2%) en la expectativa de lograr el de los electores que todavía no lo decidieron. En la suma de esas proyecciones, ganaría la oposición por seis puntos: 46,1 a 39,7.
El dato a favor de la UCR es que Santilli retendría el 80% de los votos que Manes obtuvo en las primarias. Esa aparente contribución al potencial éxito los animaría a pedir regalías por adelantado. En especial, porque estiman que con Manes aportarían una solución al problema principal detectado por Tres Punto Zero. El desaliento ciudadano por la falta de un líder para abordar la demanda que los aflige: inseguridad y desempleo.
Un mensaje al proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta. Y a la sociedad entablada con Martín Lousteau para apuntalarla en la UCR. La renovación del Comité Nacional en diciembre cobra otra trascendencia con esta situación. Su titular suscribe las alianzas con otras fuerzas en nombre del partido. La fortaleza conferida a quien ocupa el cargo no puede ser ignorada por ningún candidato presidencial. Incluido el jefe del gobierno porteño.
Esta escena comenzó a representarse la semana pasada en el acto para recordar otro aniversario de la victoria de Raúl Alfonsín en las elecciones de 1983. Convocado por la UCR bonaerense hubo dos únicos oradores: Maxi Abad, su titular, y Manes. Tan llamativo como que las ovaciones las recogió Abad y no Manes, resultó que el neurocientífico desaproveche la oportunidad de sobresalir como opositor. Omitió cualquier referencia a Cristina Fernández de Kirchner.
¿Tributo a la cálida amistad que mantendría con Wado de Pedro? Conjeturas. Igual que el malestar de la mesa chica de la UCR con Rodríguez Larreta, a quien acusan de reunir delegados para que Lousteau le dispute el Comité Nacional a Gerardo Morales. Cada provincia aporta cuatro. El gobernador de Jujuy asegura tener más del 60%. A los radicales les molesta que Rodríguez Larreta invite a Lousteau a recorrer las provincias con la excusa de respaldar candidatos de Juntos. La razón del senador nacional para faltar al acto de Ferro.
Morales recorrerá desde mañana el noroeste con ese aparente idéntico pretexto. El radicalismo acusa a Rodríguez Larreta de entrometerse en su vida interna. Pro invierte ese argumento. Es la UCR a través de Morales la que intenta incidir en el inevitable cambio de mando en el gobierno porteño en 2023. Lousteau no tiene decidido competir por el Comité Nacional. Alfredo Cornejo abrió una negociación que consistiría en que él sustituya a Luis Naidenoff como jefe del interbloque de Juntos en el Senado.
Morales se opone a ese canje. Naidenoff es su delegado. Más complejo es realizarlo en Diputados. Lousteau no tiene un candidato propio. Tampoco Rodríguez Larreta. Elisa Carrió vetó a Cristian Ritondo por la estrecha relación con el presidente de la Cámara, Sergio Massa. El jefe de gobierno porteño elude cualquier posibilidad de quedar asociado a su viejo amigo. Casi una ingratitud, si es cierto que Massa habría colaborado en la organización de su viaje a Estados Unidos.
Es probable que Mario Negri, aliado de Morales, siga al frente del interbloque opositor pese a la derrota que sufrió en las PASO de Córdoba con Rodrigo de Loredo y Luis Juez. Lousteau tampoco tiene resuelto si será candidato presidencial. Depende de cómo evolucione la posibilidad de suceder a Rodríguez Larreta en la ciudad. María Eugenia Vidal atraviesa una disyuntiva similar. La diferencia es que cualquiera que sea su decisión, quedará supeditada al resultado que obtenga en esta elección.
Debería igualar los 50 puntos de 2017. En 2019, la fórmula Rodríguez Larreta- Santilli obtuvo el 55 %. El anuncio de la candidatura a gobernador de Ritondo está sesgado por la necesidad de marcar territorio. No cederá sin nada a cambio el espacio que Rodríguez Larreta reserva a Santilli. Un proyecto que desde el día 21 tendrá otro obstáculo. Jorge Macri sustituirá a Bruno Screnci en el Ministerio de Gobierno. Screnci responde a Santilli.
Jorge Macri (Vicente López) representa el interés de los intendentes por disputar la candidatura a gobernador. Además de él, pretenden lo mismo Julio Garro (La Plata) y Néstor Grindetti (Lanús). La impugnación por ser porteño de Macri a Santilli para incursionar en la provincia es concebida por quienes repitieron esa consigna como la oportunidad para diluir su valor e imponer otro. Como siempre, la unidad por encima de todo.
Patricia Bullrich es otro asunto que debe atender Rodríguez Larreta. Sobre todo por su inédita acogida en el conurbano. Hace 15 días llegó tres horas más tarde de lo previsto a los actos que había convocado en Lomas de Zamora y Almirante Brown. Al público no le importó esperarla. Algunos dirigentes critican a Rodríguez Larreta por no aceptarla como candidata a diputada nacional por la ciudad y encomendarle, a cambio, que recorra el país como presidente de Pro.
Una ocasión que aprovecharía para instalarse como candidata presidencial. Algunos encuestadores le reconocen un atributo en apariencias infrecuente: interpretar la insatisfacción de la sociedad. Bullrich es aliada de Jorge Macri. Y de su primo y expresidente, Mauricio. Los intendentes cercanos a Rodríguez Larreta confían en que la imagen negativa de ambos resuelva lo que ellos no pueden. La adhesión que recogen entre el núcleo de votos más fiel a Pro.
Hay un grupo que tiene una mirada positiva del conflicto con la UCR. Especulan que terminarán aceptando que Rodríguez Larreta es el mejor candidato. Así traducen el mensaje enviado horas antes del acto en Ferro por Morales. Rodeado por el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, Ernesto Sanz, Ricardo Gil Lavedra, el ex vicegobernador Daniel Salvador, Naidenoff y Negri, tuiteó una foto con la leyenda “Reunión de dirigentes radicales de todo el país”. En apariencias, no alcanza con la Capital para ser presidente.
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