Trump-Milei: el cielo por delante
Pobrecita Kamala, la barrieron. K mala –una redundancia– no me parecía gran candidata, pero, claro, al lado del otro personaje… No la tenía fácil: la fórmula Trump-Milei se mostró desde el principio muy competitiva, no solo entre los coiffeurs. Un triángulo de acero, en realidad, porque debemos incluir el aporte sustancial de Elon Musk, amigo de ambos, dueño de Tesla, de SpaceX y, ahora, un poquito dueño del mundo. Se habla de las millonarias donaciones de Musk a la campaña; se equivocan, fue una inversión: el miércoles, por el triunfo, su fortuna se había incrementado en 20.000 millones de dólares. Hoy es de 285.000 millones: el hombre más rico del planeta. La de Trump, 5600 millones. ¿Milei? No tiene gran cosa, pero se puso las pilas: el año pasado, en plena campaña, aumentó su patrimonio 500% (de 21 millones de pesos a 125,6 millones). Elon, Donald, barbas en remojo. Ruge el León.
Quiero decir: a ese club celestial de hipermagnates e hiperpoderosos acaba de subirse la Argentina gracias al olfato infalible de Javi. Aunque Cris, con una riqueza más cercana a la de Musk, ha elogiado la genética peroncha de Trump, la selfie se la hubiese pedido a Kamala. Alberto le hubiese pedido el teléfono. A Massita lo imagino en una foto en medio de los dos, hecha por IA. Javi apostó donde tenía que apostar. Seguramente le molesta que Trump sea nacionalista y proteccionista, pero básicamente lo ve como el principal accionista del Fondo Monetario. En TikTok le grabó una felicitación de lo más prolija y formal, que de pronto al final cambia de registro. Pega el grito: “¡Viva la libertad, carajo!”. ¡Qué lindo sos, Pelu! Un artista cómo domina el lenguaje de las redes. El mensaje está en español y lleva un texto con la traducción al inglés, salvo ese grito. Me enternece que con un intérprete tan desinhibido se hayan inhibido con “carajo”.
La semana próxima Javi le podrá repetir personalmente, en Florida, su generoso ofrecimiento: que “cuente con la Argentina para que Estados Unidos vuelva a ser grande”. Qué alivio para Donald. Seguramente le va a preguntar: “¿Me decís en serio que puedo contar con ustedes?”. Y Javi no va a saber si el gringo le está tomando el pelo. ¡Con el pelo no, Donald! De qué te las das, si no le ganaste a nadie. Acaso Trump se interese realmente en esa ayuda, que podría abarcar diversas áreas e incluir a algunos de nuestros mejores hombres: Hugo Moyano en transportes, Kichi en estatizaciones, Pablo Biró en mercado aerocomercial, Lijo para administración de justicia, Cherñajovsky y Nicky Caputo para frenar importaciones chinas, Scioli para lo que necesiten.
Son muchos los temas en que a los dos próceres de la nueva derecha no les costará ponerse de acuerdo: populismo, redes, marketing, purgas, portación de armas, corrupción (coinciden en ser indulgentes), democracia (coinciden en que no es un dogma de fe), desfachatez, locuras, relatividad de la palabra. Según The Washington Post, en su primer mandato Trump tiró 30.573 mentiras o falsedades. Olvidate, Javi: imposible seguirle el ritmo. En otros campos, compiten. Por ejemplo, Melania vs. Yuyito, o cuál de los dos le debe más a la televisión, o quién odia más a los medios. Sobre esto me gustaría decir algo. Trump se propone terminar con el periodismo y los periodistas (eso, al menos, dice nuestra experta Gail Scriven en sus notas), cuando, la verdad, debería estar de punta con los encuestadores, todos los cuales nos estuvieron limando con las elecciones “más reñidas de la historia”. Duro con ellos, Donald. Ensobrados. Ratas. Basuras. A nuestro Presi le pasa algo parecido: ataca en forma obsesiva a los medios que van del centro a la derecha, y solo muy cada tanto se ocupa de los de izquierda. Milei, me la dejaste picando: ¡zurdo!
Casi que me arrepiento de lo que acabo de decir, porque nunca es conveniente enfrentarse con tipos tocados por la varita mágica de la fortuna; digo, de la suerte. Al Pelu la vida le sonríe: en el campo llovió en el momento justo y en el lugar indicado; la Fed bajó las tasas, lo cual podría impulsar la llegada de inversiones; la reducción de los sobrecargos (tasas) del FMI a los países endeudados nos hizo ahorrar 3200 millones de dólares, y ahora ganó Trump. Comparemos con el desdichado kickboxer Fernández, que tuvo pandemia, sequía, guerra y Cristina, entre otras mujeres que le complicaron la vida. A Javi, la victoria arrolladora de Trump le abre perspectivas insospechadas. Cuando llegue a visitarlo a su casa de Palm Beach podrá descubrir un gran interés por América Latina: “¿Hay otra América más allá de esta América, Javier? ¿Es verdad que se comen a las mascotas? Habrás leído que me propongo llegar a un acuerdo con el gobierno de Maduro. ¿Me das una mano?”. También lo sondeará sobre China: “Voy a una guerra comercial total. ¿Cuento con vos para enfrentar a esos comunistas degenerados?”.
Javi, en una respuesta tranqui y extensa, a todo decile que sí. En español.ß