Tres a uno
"Está bien. Nosotros tenemos un De la Rúa, pero les recuerdo que los peronistas tienen tres: Adolfo Rodríguez Saá, Ramón Puerta y Eduardo Duhalde."
(Del gobernador de Río Negro, Pablo Verani, integrante de la Unión Cívica Radical.)
Depende de cómo se tome. Con lo que se adelanta la impresión de que el gobernador Verani no ha sido muy claro en su singular comparación. Porque si se estaba en un trance futbolero, es claro que los peronistas ganan 3 a 1; pero hay muchos otros juegos -como el dominó o el chinchón, por ejemplo-, en los que pierde el que mayor cantidad de puntos acumula.
Es idea general que la política sería uno de éstos y en ese sentido cabe entender que, en efecto, Verani se mofa de sus tradicionales contrincantes, gente tan torpe que habrían repetido tres veces la misma jugada errada, si bien por uno de esos imponderables del azar he aquí que el tanteador luminoso, o el casillero principal, o lo que fuere, lo tienen esos chambones, con excepción de "la banca", pues ésa, evidentemente, no la tienen.
Pero si, como sostienen otros, la política no es un futbol transpirado y jadeante, ni un dominó en el que hay que robar interminablemente, sino una especie de ajedrez, que se define por la posición alcanzada, ¿en ese caso, cómo interpretar el concepto, impreciso y a la vez tajante, que expresó el rionegrino? Lo que de entrada parecería desplante, petulancia de plateísta, desafío suburbano del tipo de "donde quiera y cuando quiera", se nos convierte de pronto en reconocimiento humilde que sólo alardea de honestidad. Veamos que la cosa debe andar por ahí, porque si describimos a alguien caviloso, ensimismado, prudente, despacioso, impenetrable, tanto podemos estar hablando de un maestro ajedrecista o de De la Rúa, que a lo mejor, en el fondo, lo que hizo fue jugar una partida demasiado complicada para nosotros. Pero en fin, perdió. ¿Qué iba a hacer? Era un torneo bravo en el que predominaron la apertura de Puerta, el gambito de Rodríguez Saá, la cabeza de Duhalde.