Terror, misterio y raros deseos
Sobre La maestra rural de Luciano Lamberti
Desde la primera página, La maestra rural aclara qué clase de novela es: un personaje desesperado expresa la certeza paranoica de que vienen por él. En su confesión despliega un abanico de guiños: una descripción típica de la literatura gótica del siglo XIX; la viscosidad incierta de una "cosa negra resbalosa" propia de Lovecraft; el reemplazo de su padre por un imitador, que remite a La invasión de los ladrones de cuerpos y sus versiones. Así anuncia que esto debe leerse como una historia de terror, pero una que no va a demorarse demasiado en describir primero la normalidad, en sembrar indicios sutiles para luego dar el golpe de efecto. El género declarado es una herramienta para hacer otra cosa, un punto de partida.
La primera novela de Luciano Lamberti (San Francisco, Córdoba, 1978) funciona como síntesis superadora de sus libros de cuentos anteriores. En El asesino de chanchos (2010) creó su visión de las clases bajas suburbanas y rurales con un realismo crudo que mantuvo a raya el influjo carveriano de mucha narrativa argentina actual. También lejos del miserabilismo, sus personajes marginales vivían la tragedia como una condición constitutiva pero también como la posibilidad de una paradójica libertad. En El loro que podía adivinar el futuro (2014) recorría versiones del "cuento extraño" hasta encontrar su propia forma del género fantástico: absurda, humorística e inquietante a la vez. La maestra rural mezcla los dos universos para crear un artefacto distinto, en el que lo monstruoso, sin dejar de ser aterrador, se convierte en una fuerza del deseo que puede salvar a sus personajes de la planicie cotidiana que habitan.
La novela está estructurada de manera coral y Lamberti apela a sus mejores habilidades para dar a cada personaje su tono y sus flexiones orales. Cada capítulo resuelve en pocas páginas una definición completa de quiénes son. El eje del relato es el diario, fechado desde los años 70 hasta el 2001, de Angélica Gólik, una maestra rural y poeta que vive en un pueblo de Córdoba. Gordita, miope y bigotuda, amante de la poesía de Gabriela Mistral, esposa de un hombre al que no ama y de un hijo con retraso mental, Gólik es una freak y, como tal, es dueña de una lucidez atípica. El diario se detiene, en principio, en el deseo y la dificultad de escribir poesía, un tema que luego desaparece y deja lugar al relato de lo que le sucede a su hijo. Otros describen su obra: son poemas fascinantes e hipnóticos, que parecen moverse como un organismo en la página y producir efectos físicos en los lectores. El resto de los personajes, más que hacer avanzar la narración, aportan datos para develar un misterio. Son testimonios de un caso, profecías de un cambio inminente en la humanidad. La insulsa vecina de Angélica, su cuñada, un médico forense asexual, el coordinador abúlico del taller literario al que asiste la poeta, locos varios y un lector apasionado de sus libros que se obsesiona con ella hasta desencadenar la tragedia final. Todos ellos son convocados por una "llamada" tras la que se oculta la secta de los Sefraditas, hipótesis extraterrestres y mitologías antiguas.
Con su recorrido de tres décadas, la novela no descarta una lectura histórica en la que aparece Perón, un combatiente de Malvinas y otras referencias pero –no es un dato menor– Lamberti maneja la información con cierto desdén y hasta se permite un desaparecido no político. Los escenarios de la novela son otros y el privilegiado es el pequeño ambiente de la poesía "provincial" y los talleres literarios. Como la potencia arrolladora de los poemas de Angélica, las claves que les llegan a los personajes despiertan un deseo irresistible de búsqueda, que los espanta y seduce por igual.
Revelar más arruinaría el suspenso. Baste decir que, tras una bizarrísima escena de escritura, la novela finaliza con una utopía sensorial y erótica que la transforma en un alegato profundamente antihumanista, a favor de la naturaleza monstruosa del deseo en la que nace la poesía.
LA MAESTRA RURAL
Por Luciano Lamberti
Random House
288 páginas
$ 229