Teatros
La poca empatía de los políticos con la cultura se nota en los teatros oficiales que se cierran con la excusa de restaurarlos y que, pasa el tiempo, y nunca más se reabren.
Es el caso del Presidente Alvear, sobre la avenida Corrientes, cerrado en 2014 con la promesa de reabrir después de ocho meses de obra. Pasaron ocho años (no meses) y nada. Sigue paralizado. No debe ser por falta de presupuesto porque en ese lapso esa arteria tan transitada tuvo una onerosa transformación para hacerla peatonal los fines de semana.
En La Plata, las cosas están peor todavía: la sala principal del Teatro Argentino sigue cerrada desde 2017 y, después de tres años inactiva, acaba de reabrir la sala Astor Piazzolla.
Mirta Renedo abrió en Facebook la página Intentar Teatro del Bosque Patrimonio Platense. Ella, junto a unas 4500 personas, bregan para que se reinicien las obras de este emblema de la capital bonaerense. ¿Qué frena todo? Que la provincia (en manos del Frente de Todos) y la municipalidad platense (a cargo de Juntos por el Cambio) tironean de esas instalaciones adjudicándose ser los dueños. Mientras tanto, lo poco que se había avanzado para restaurar ese lugar se deteriora sin remedio.