Taxista solidario se busca
Días pasados me contactó una pasajera que habitualmente viaja en mi taxi y me relató la siguiente historia vivida por una familiar suya, con el propósito de ver si yo puedo ubicar o localizar por este medio al taxista que gentilmente la ayudó y colaboró con ella en todo momento.
La historia fue así:
Cierta mañana, la señora Agustina salía con su esposo. Estaba un poco dolorida porque tenía contracciones, si bien aún faltaban dos semanas para el nacimiento de Lucía.
Dificultosamente llegó a la puerta del edificio, pero los dolores se hicieron insoportables. Se sentó en el umbral, y finalmente se recostó y quedó tendida sobre la vereda.
Su marido la atendía mientras buscaba ayuda para llevarla hasta el sanatorio más cercano. Fue en ese momento cuando apareció el taxista que paró para llevarlos al sanatorio. Se acercó y los ayudó, e incluso sacó el apoya- cabeza del asiento del acompañante con el fin de colocarlo en la nuca de Agustina para que pudiera relajarse y respirar mejor.
El hombre le tomaba la cabeza con un pañuelo mientras los dolores se hacían mas intensos y allí mismo comenzó el trabajo de parto.
Colaboraron con ellos algunas personas que también salían del edificio, un señor que resultó ser médico oftalmólogo, y un cabo de la Federal que se encontraba en las inmediaciones y que se ocupó de comunicarse con el servicio de ambulancias.
Ya estaba naciendo Lucía.
Pasado los primeros minutos y con Lucía ya nacida, Agustina fue trasladada por las personas que colaboraron al departamento de la planta baja. Sobre la cama del matrimonio que allí vive, se terminó con el trabajo de parto, y todo llegó a feliz término.
Finalmente llegó la ambulancia y Agustina fue internada en el Sanatorio cercano, encontrándose en óptimo estado de salud, tanto la madre como la criatura recién nacida.
Cuando todo terminó, el taxista que colaboró en todo momento ayudando a los noveles padres, se retiró y continuó con su trabajo habitual, estimo que con la alegría de haber brindado y ayudado desinteresadamente a su prójimo.
Esta familia desea contactarse con el señor que hizo un alto en su tarea cotidiana y agradecerle como corresponde su generosa y loable actitud.
Lamentablemente en las circunstancias que ocurrieron los hechos, tanto la señora Agustina como su esposo y quienes estaban allí no pudieron reparar en detalles sobre el vehículo, patente, licencia o nombre como para localizarlo.
Es de esperar que él o algún conocido suyo, lea la presente nota en lanación.com y se ponga en contacto con este trabajador del volante y que este a su vez se contacte conmigo a mi casilla de e-mail, cware42@gmail.com o a cware42@yahoo.com.ar y yo le habré de hacer el puente con esta familia.
Será hasta nuestro próximo encuentro.
¿QUÉ LUGAR DE LA CIUDAD ES?; DEJE SU RESPUESTA. EL LUNES PRÓXIMO, SE REVELARÁ LA INCÓGNITA
LA RESPUESTA DE LA SEMANA PASADA
Felicito a todos los que escribieron detallando que la foto publicada el lunes pasado; correspondía al Monumento del poeta Rubén Darío, que se encuentra ubicado sobre la avenida del Libertador y Austria. Originalmente estaba emplazado en la vereda opuesta, donde hoy se halla la Biblioteca Nacional, pero al tener que ubicar allí el monumento a María Eva Duarte de Perón, para conmemorar el lugar donde murió y donde se encontraba la antigua Residencia Presidencial, conocida en aquellos años como Palacio Unzué, el monumento a Rubén Darío fue cruzado de vereda.
El Observador Ciudadano
Cotidianamente veo en nuestra ciudad la suciedad de sus calles, causada por la poca educación de sus habitantes y la mala limpieza que realizan los llamados "barrenderos".
En general, los habitantes de Buenos Aires arrojan papeles, botellas plásticas vacías, latas de cerveza u otro tipo de bebidas presentadas en este tipo de envases, tanto cuando van caminando, como desde los vehículos que los transportan. Cualquiera de estas personas, cuando han tenido oportunidad de viajar al exterior, en la ciudad en que se encuentren, respetan las normas y no tiran un solo papel sobre las veredas o las aceras. Si allá se atienen a los reglamentos, ¿por qué no lo hacen aquí, para tener cada día una ciudad mas limpia?. Seguramente habría que instruir a la Guardia Urbana para que eduque a los transeúntes sucios que caminan por nuestra ciudad.
En cuanto a los "barrenderos" merecen un capítulo aparte; estos trabajadores se desplazan con un carrito, cepillo y pala, van empujando con el cepillo las hojas o basuras que los desaprensivos ciudadanos arrojan a la calle. Resulta que los residuos se acumulan delante del cepillo y cuando hay mucha cantidad en lugar de hacer pequeños montículos, separados del cordón para después recogerlos con la pala para depositarlos en la bolsa plástica que llevan en el carrito, siguen empujando hasta la próxima esquina, mientras que en el trayecto la basura acumulada delante del cepillo va saliendo por los costados y eso queda allí. Es necesario tomar medidas urgentes para tener una ciudad limpia y cuidada como a todos nos gustaría tener.
Sobre el autor:
Carlos Guarella hace 15 años que es taxista y remisero. Su profesión original es Dibujante, Ilustrador y Diseñador Gráfico. Además es historietista y estudió con maestros del dibujo como Alberto Breccia y Hugo Pratt. También es Maestro Mayor de Obras. Trabajó muchos años como diseñador para importantes laboratorios medicinales, desarrollando literaturas, folletería y packaging. Integró la Asociación Argentina de Promotores Publicitarios y fue editor y director de la revista "Horas de Radio", un mensuario de 10.000 ejemplares que se vendía en todos los kioscos de Capital y GBA. Fue productor y conductor de varios programas radiales en distintas emisoras y columnista. Sus placeres: manejar automóviles; dibujar, escribir y la hacer radio. Tiene 66 años y el auto que maneja en la actualidad es un Chevrolet Corsa Wagon. Trabaja al volante 12 horas diarias. cware42@gmail.com