Susana Giménez, Graciela Borges y Mario Pergolini en el foco de Gabriel Rocca
Saber mirar es un arte. Gatillar una cámara de fotos puede ser una actividad lúdica o turística. Pero también puede significar mucho más. Cuando ese instante perpetuado en una foto logra reflejar una realidad distinta, mucho más que una imagen convencional, acaso el alma de la persona retratada, estamos en presencia del arte auténtico. Desde hace 35 años,Gabriel Rocca tiene ese don. Creador de algunos de los retratos más icónicos de las figuras de la cultura popular del país, su prestigio ha alcanzado la justicia del tributo.
La Usina del Arte, con la muestra "Rocca en La Usina - Retrato Argentino", nos invita a admirar una restrospectiva de cien referentes del rock, la moda, el cine, la tevé y el deporte que son parte de nuestra idiosincrasia. ¿Quién no conoce a Charly García, Graciela Borges, Diego Armando Maradona, Ricardo Darín o Juana Viale? Miles de fotografías de ellos invaden nuestros dispositivos y circulan por las páginas de diarios y revistas con tanta habitualidad que ningún rasgo de ellos podría sorprendernos. Sin embargo, al observar los retratos de Rocca, en color o en blanco y negro, redescubrimos a estos íconos como si los miráramos por primera vez. El ojo de Rocca tiene la capacidad de captar aquello que no vemos con frecuencia. No debe resultar sencilla la tarea de Rocca. Se requiere de técnica, oficio y talento. Puedo dar fe que tampoco es fácil para el retratado.
Me fotografió infinidad de veces, para campañas, retratos, experimentación. Sentía algo de miedo cada vez que tenía que ponerme en frente de él, me intimidaba. Sabía que para lograr una imagen que le gustara había que traspasar esos temores genuinos, íntimos, propios, silenciosos.Saber adaptarse hasta soltar la inspiración. Cuando pasaba el vendaval de ese encuentro en el set y mirábamos el resultado, me quedaba impresionada de lo que había logrado. Le costaba que me entregara a la creatividad absoluta, pero lo conseguía. Fueron muchos años de trabajo, varias ocasiones, encuentros en su estudio, con Andrés Pastor como su aliado, también un artista en bambalinas, que completaba su trabajo con contención, con buenas ideas. Gabriel Rocca es un torbellino que supo encontrar su propio espíritu a partir del hacer constante y del riesgo. Es un rocker de la fotografía y lo seguirá siendo.
El rock, justamente, fue su primer amor, a principios de los años 80, cuando cubría recitales y salía de gira con los músicos, cámara en mano. Charly, Luis Alberto Spinetta, Luca Prodan y Gustavo Cerati, entre tantos otros, confiaban en su ojo mágico. El espíritu de ese mundo lo marcó para siempre. La moda también formó parte de su universo más cercano. Un espacio de innovación. Transformó cada disparo en un hecho artístico y se convirtió en el fotógrafo más buscado. Una marca registrada. Entonces, a medida que creaba nuevas piezas y adquiría visibilidad, las personalidades más populares del país se animaron a entregarse a su lente y esos retratos únicos hicieron historia. Susana Giménez, Graciela Borges y Mario Pergolini, por nombrar sólo a algunas de las figuras más destacadas del país, lo reconocieron cómo un cómplice que a través de la lente podía captar la esencia, el rasgo que aparecía a partir de una conversación, de la interacción de dos fuerzas dispuestas a correr los límites. Libertad creativa. Gaby conoce la forma de lograr que cruces la frontera con el fin de plasmar la imagen que cautiva. Que te atraviesa como un coup de foudre. Amor a primera vista. Así se expresó Graciela Borges: "Después de muchos años, después de mucho andar, Gabriel Rocca es y será el fotógrafo de mi vida. Las cámaras de cine siempre fueron mi lugar natural, solo él logró poner mi alma en la mirada de una foto. Su energía es infinita, te convence, te conmueve y logra todo lo que desea".
Los retratos de Moria Casán, Gabriela Sabatini, Leticia Brédice, Leonardo Sbaraglia, Adolfito Cambiaso, El Potro Rodrigo, Inés Estévez, Valeria Mazza, Marcelo Tinelli, Natalia Oreiro, Araceli González, Jorge Lanata, Cecilia Roth, Nicolás Repetto y Antonio Gasalla son otros de los expuestos en la retrospectiva de la Usina. Cuando los miro y admiro no dejo de pensar en el momento de la interacción en soledad entre el afamado fotógrafo y cada uno de ellos. La exigencia, la búsqueda, la incomodidad inicial, la confianza que se impone, el respeto, la complicidad, el dejarse llevar. Hasta llegar al definitivo y mágico click. El milagro de la eternización.