Sumar conciencia contra la violencia de género
Necesitamos preocuparnos.
En los primeros meses del año, hemos visto cómo las vidas de muchas mujeres jóvenes han terminado de manera trágica y violenta. Casos como el de Agustina, la médica de 26 años apuñalada en pleno Puerto Madero por su novio, o los de Daiana, Ángeles y Chiara, víctimas todavía menores de edad, lamentablemente se han convertido en noticias comunes. No podemos permitirnos perder ni a una más.
La Casa del Encuentro, ONG que se dedica a promover los derechos de las mujeres y erradicar la violencia de género, ha generado importantes trabajos académicos sobre el femicidio en nuestro país. Entre otros, la organización publica un informe anual que, debido a la falta de estadísticas oficiales, representa un singular y notable esfuerzo en la Argentina para conocer y tratar el problema. De este registro surge un dato importante: se cometieron 277 femicidios en el país el año pasado, cifra que equivale a una muerte por violencia sexista cada 31 horas.
A raíz de la reciente ola de violencia, se ha realizado una convocatoria por las redes sociales a una marcha para el 3 de junio a las 17 en el Congreso Nacional, con la consigna #NiUnaMenos. La convocatoria reclama que se haga realidad la implementación de la ley 26.485 de protección integral a las mujeres, pero además de esa ley, se necesita atender a las cuestiones de fondo. Estos crímenes que ocurren de manera constante en nuestro país, que tienen como víctimas a mujeres y solamente por el hecho de ser mujeres, deben ser considerados con mayor seriedad. Deben ser tratados como la expresión de problemas más complejos, como el reflejo de la cada vez mayor naturalización de la violencia en la sociedad.
El femicidio no es un simple asesinato. No es un término neutral, como tampoco debe ser su tratamiento. El femicidio tiene un fuerte componente de posesión, y expresa el deseo de ejercer dominación sobre la mujer. En la mayoría de los casos la víctima conoce a su asesino. Estas características hacen a la necesidad de un enfoque estructural y completo para tratar la violencia de género, en un nivel político, social y cultural.
La violencia de género es una realidad muy incómoda. Comprender su alcance e implicancias a veces requiere, tanto de los hombres como de las mujeres, dejar de lado un complejo sistema de creencias y empezar a analizar con más profundidad los comportamientos propios de uno y la sociedad que los genera. Por esta razón, hay que garantizar un tratamiento responsable de los casos de violencia de género en los medios de comunicación. Se debe prestar atención al hecho de que en muchos casos la violencia contra la mujer se intenta justificar por el comportamiento de la víctima. Una negación de este tipo es muy peligrosa, ya que no permite atender las causas reales de la agresión.
Una chica joven no es asesinada por cómo se viste, por conocer a un hombre mayor o por caminar por la calle sola de noche. Una mujer no es asesinada por su novio o su marido por infidelidad, pasión o celos. Es asesinada porque existe una persona violenta que quiere matarla. Es asesinada porque una sociedad enferma no condena la violencia.
La generalización del femicidio es signo de fuerte malestar social. La proliferación de casos en los últimos meses puede ser vista como un síntoma muy preocupante de la naturalización de la violencia, que en la sociedad argentina ha llegado a tal nivel que actualmente estamos matando a nuestros niños y mujeres. Este tipo de crueldad hacia los sectores más vulnerables de la sociedad merece mayor atención de la que está recibiendo actualmente. Se necesitan organismos públicos dedicados a la problemática y políticas de Estado para reeducar a la sociedad. El respeto, la no violencia y la protección de los sectores vulnerables son valores socioculturales que necesitamos rescatar urgentemente.
Hay que prestar mayor atención al modo de generar contenidos que despierten la conciencia de la población sobre la desigualdad y la violencia de género. Se debe generar un enfoque responsable y designar organismos públicos que impulsen el estudio y el tratamiento del tema. El correcto monitoreo y la amplia difusión del problema son requisitos imprescindibles para su erradicación.
Las mujeres necesitan campañas de concientización social que ayuden a frenar la violencia. La marcha del 3 de junio con su eslogan #NiUnaMenos contribuirá a ese objetivo. Las mujeres necesitan educación, protección y apoyo. Necesitan respeto. Necesitan que nos preocupemos.
El autor es abogado