Sugerencias para salir de la crisis
Hasta ahora, se lograron avances en el control monetario y fiscal: en el frente fiscal, la reducción del déficit se debió más a la “licuadora” de la inflación que a la “motosierra”, que requiere más tiempo y apoyo político. Por ahora, “no hay plata” está funcionando. También se pudo controlar la evolución del tipo de cambio de los dólares financieros gracias a la restricción monetaria. La inflación está bajando con un alto costo recesivo. Es probable que en unos meses baje a un dígito mensual, pero se necesita un plan que baje la inflación a un dígito anual.
Estas medidas fueron para apagar el incendio. Para encarar un plan de estabilidad sustentable política y socialmente se necesita, además, cumplir con varios requisitos. Equilibrio entre los distintos sectores de la economía en el punto de partida: el sector público (gasto público), los asalariados, los productores agropecuarios y las empresas. Hasta ahora se mejoró la rentabilidad de las empresas con la liberalización de precios de bienes y servicios, y la del sector agropecuario por la devaluación, aunque queda pendiente la disminución de las retenciones. El sector público está en vías de recuperar sus ingresos por la disminución de los subsidios energéticos y al transporte. El sector claramente rezagado es el asalariado, que viene arrastrando una caída de sus ingresos reales desde hace varios años, de más de 40%, déficit que será muy difícil de recuperar en el corto plazo por más aumento de productividad que haya por la reactivación de la economía.
La corrección de estos desequilibrios debe darse en un contexto de crecimiento económico, de lo contrario es muy difícil evitar las presiones sectoriales. Se espera que la reactivación se produzca en el segundo semestre del año, pero para que sea consistente es necesario que baje la inflación para que suban los salarios reales y pueda aumentar el consumo, y que haya dólares suficientes para importar. Sin acceso al crédito internacional es difícil que las empresas puedan concretar proyectos de inversión.
Es necesario abrir la economía debido a la escasa competencia existente en el mercado interno. Cuando las empresas ven que se están recuperando las ventas, vuelven a subir los precios en lugar de aumentar el volumen para mejorar su rentabilidad. La apertura requiere que el tipo de cambio sea competitivo para evitar que el atraso cambiario mande a la quiebra a las empresas, como ocurrió varias veces en el pasado. “Atrasar” el tipo dólar para controlar la inflación no es viable en el largo plazo. Con un tipo de cambio alto se pueden bajar los aranceles de importación y otras barreras paraarancelarias. Pero para abrir la economía se necesitan dólares. La escasez de reservas condiciona la liberación del “cepo cambiario”. Si bien los dólares de la cosecha ayudarán a revertir la situación, un nuevo acuerdo con el FMI aceleraría el proceso. Hace falta acompañar estas medidas con una reforma laboral y una reforma impositiva.