Soledad Villamil encuentra su propia voz en “Ni antes Ni después”
Desde que la vi actuar por primera vez en el film Un muro de Silencio de Lita Stantic, Soledad Villamil me transmitió verdad, esa cualidad que los actores bus-can a cada instante en su interpretación, aunque no siempre encuentran; la ver-dad que nos hace decir como espectadores: a tal actor o actriz le creo, me olvido de la ficción y la historia me atrapa.
Más tarde, con la misma entrega sostenida, se convirtió en una actriz consagrada cuando ganó un Goya por su trabajo en la ganadora del Oscar, el Secreto de sus ojos. Antes, había desplegado su arte interpretativo en El mismo amor, la misma lluvia, Un oso rojo, La vida según Muriel, entre otras películas. Y también se había destacado en TV en Vulnerables, Culpables, Locas de amor y La casa del mar. Si bien la actuación fue y es su gran amor, en simultáneo y desde sus juegos de niña junto al piano de su padre, empezó a cantar.
El punto de partida, que la llevó a buscar su propia identidad como cantante, fue un espectáculo teatral autogestionado llamado Glorias Porteñas, en el cual se probó detrás del personaje de una cancionista de los años 30 que interpretaba los tangos y las milongas de ese tiempo. El éxito de esa primera parada le permitió seguir cerca de la música y, en 2007, editó su primer disco, Soledad Villamil Canta; a este álbum le siguió Morir de amor, ganador en 2009 del premio Carlos Gardel de Oro y Disco de Oro con más de 20.000 copias vendidas, y Canción de viaje en el 2012.
Su cuarto disco, de producción propia, Ni antes, Ni después -título que alude al momento exacto para animarse a la composición- nos trae once de los doce temas escritos por Soledad, canciones que cuentan historias. Cada una es un cuento, un paisaje marcado por diferentes ritmos y climas musicales. “Necesitaba seguir abriendo puertas, había algo que empujaba de adentro y me decía: vamos con las canciones propias”, confiesa la cantante y ahora también autora.
Entre las imágenes que aparecen en el disco está la de La niña africana que cruza el mar en una barca desde África a Europa, dejando su tierra y quien sabe cuánto más atrás; y, sin embargo, expresa en su mirada la inocencia y asombro por lo que va a venir: "Niña africana del sol, mira la arena que brilla, brilla también el color de su camisa amarilla”.
Grabado en vivo en el teatro Margarita Xirgu, con la producción y dirección de su marido Federico Olivera, el CD (que viene acompañado de un DVD), contiene un tema inédito, No trates de, escrito por el querido cantautor uruguayo Jorge Drexler, quien le dio, según Villamil, el tono final al disco. Hablar en primera persona, con voz propia, manteniendo cierta distancia de la industria, buscando en cada melodía y estrofa aquello que configura una identidad, son valores que Villamil comparte con Drexler.
Con Federico Olivera, su pareja desde hace más de 15 años, compuso Pasan, en la que se escucha: “…pasan los días, pasan las semanas, pasa la vida frente a mi ventana, pasan los trenes, pasan los aviones…, las guerras, las demoliciones; pasan los gobiernos, pasan las teorías, pasan la moda y la tecnología…, y mientras tanto vamos a seguir acá, viendo la vida pasar”. Villamil describe esta canción como “La vorágine de las cosas que van cada vez a más velocidad, el vértigo y los pequeños momentos en los que puedo observar ese remolino de vertiginosidad”. De alguna manera, este tema me ha hecho recordar a aquel clásico que Enrique Pinti canta en Salsa Criolla: “Pasan las crisis, pasan las guerras, pasa la prensa sensacionalista, las prohibiciones, las listas negras. Quedan los artistas”.
Vale la pena escuchar el cuarto disco de Soledad Villamil, encuentra sonidos que son parte de un mundo propio, se convierte en compositora, descubre su identidad, su manera de hacer canciones y de cantarlas, sintetiza sus ideas y sus inquietudes. Villamil atraviesa un momento de inflexión sin dejar de lado el rol que eligió hace más de veinte años cuando decidió ser una especie de mensajera, la que tiene algo para contar: “Tiene mucho que ver con mi destino y con lo que elegí hacer”. Y agrega: “Me siento muy afortunada de hacer lo que hago, por eso siempre pienso que siga así, este es mi sueño”. Quedan los artistas.