Sir Elton, coleccionista. El álbum del siglo XX
La Tate exhibe en Londres unas doscientas de las ocho mil fotografías que el músico inglés conserva en una casa de Atlanta
De entrecasa, en equipo de gimnasia, sir Elton John habla en un video de cuatro minutos sobre su colección de fotografía modernista, acaso su mayor contribución a la cultura contemporánea desde que grabara para la eternidad baladas de la complejidad dramática de Goodbye Yellow Brick Road (1972), instalada hoy en la caja negra del clasicismo pop.
Elton John está en Atlanta, Estados Unidos, en la casa que compró sólo para alojar las ocho mil fotografías de su propiedad. Dice que su pasión por estas piezas de arte del siglo XX fue inducida por un galerista de Los Ángeles y que el comienzo de la colección coincide con el de su "sobriedad" en el albor de la década de 1990, tras veinte largos años bajo el velo del alcohol y la cocaína.
El video forma parte de la muestra The Radical Eye (El ojo radical: fotografía modernista en la colección de sir Elton John), que la Tate Modern de Londres aloja hasta el 7 de mayo en la switch house, parte de la reciente ampliación. Una selección notable de casi doscientas fotografías vintage, realizadas entre 1917 y 1950, del acervo que atesora el artista. Y que la mismísima Tate, que empezó una colección sistemática de fotografía recién en 2009, ni siquiera podría soñar con tener.
Detrás del hombre en equipo de gimnasia se dejan ver paredes abarrotadas de fotos, más cerca del museo decimonónico que del white cube contemporáneo. En sus marcos originales (tan exagerados como los anteojos que el pianista supo lucir en los años 70), las piezas de la colección de Elton John permiten apreciar la fotografía como un medio explorado por artistas en sistemas sociales y estéticos antagónicos. El mundo americano y el soviético, la escuela de París y la Bauhaus. Bienvenidos a la mejor casa de fotografía del mundo.
Man Ray (1890-1976)
Con veinticinco fotografías expuestas, el dadá-surrealista resulta central en el relato de El ojo radical (eslogan que también habla por su aproximación a los objetos), personificando el símbolo de la cámara como instrumento perfecto de la vanguardia. Lágrimas de vidrio (1932), adquirida por Elton John a precio récord en 1993, es icónica. No solo hipnotiza a quienes visitan la Tate Modern sino que además avanzó sobre todo Londres con afiches en la vía pública, el subte y los trenes.
La colección Elton John lo muestra experimental (el estreno del fotomontaje circa 1945) pero también como retratista de la vanguardia. En la segunda sala ("Retratos") vemos como Man Ray vio a André Breton, Pablo Picasso, Dora Maar, Igor Stravinsky, Erik Satie y también a sí mismo en el Autorretrato en bata (París, 1929). Vale la pena recorrer El ojo radical aunque sólo sea para ver la selección de Man Ray.
Irving Penn (1917-2009)
Lo primero que vemos al ingresar en la muestra es un retrato de Elton John firmado por Irving Penn en 1997. La longevidad de Penn permitió al rockstar-coleccionista formar parte de la galería de personajes de la cultura popular que ocupan la pared completa de otra de las salas. Contrapuesta a la serie de Man Ray, la de Irving Penn lleva a la fotografia del círculo de vanguardia a un retrato íntimo de la cultura popular con fotos de Spencer Tracy, Gypsy Rose Lee, Joe Louis, Noel Coward y un Salvador Dalí ya incorporado al espectáculo. Todos posan en el mismo, extraño lugar. Un rincón esquinado del estudio de Penn en el que sus modelos esperan agazapados el disparo de la cámara, como el boxeador el tañido de la campana. Estamos en 1948.
André Kertész (1894-1985)
Nadador bajo el agua, Esztergom, Hungría, 30 de junio de 1917 se lee en la ficha de la imagen más antigua de la muestra. Y, también, una de las más intrigantes. Como si la fotografía pudiera predecir, cincuenta años antes, las pinturas de piletas californianas de David Hockney (que se pueden ver al mismo tiempo en Tate Britain, al otro lado del Támesis), Kerstész captó la danza de los reflejos del agua en una pileta de natación de Budapest. Elton John considera esa escena acuática la pieza más importante de su colección. Se hizo de una copia contemporánea, primero, para después conseguir la impresión original del fotógrafo, la misma que aquí se exhibe en la sección "Cuerpos".
Dorothea Lange (1895-1965)
Su Madre migrante (1936), arrancada a la larga Depresión norteamericana es la imagen emblemática de la fotografía documental, imperecedera en el gesto y la composición. Florence Owens Thompson es el nombre de la protagonista de la fotografía, a quien Lange descubrió mientras cumplía un encargo de la Farm Security Administration del gobierno de Estados Unidos. Su rostro exhausto, curtida piel de pueblo, acapara ahora la atención de Elton John, que la salvaguarda en Atlanta y habla de ella como si tuviera vida. "Nunca me canso de esta imagen -confiesa-. Siento que la mirada de esta mujer está cambiando todo el tiempo."
László Moholy-Nagy (1895-1946)
Una perspectiva desde lo alto de la torre de radio de Berlín, captada en 1928 pero impresa recién en 1941, es la primera pieza que podemos ver en El ojo radical. La exposición debe su nombre, de algún modo, a las teorías que este artista húngaro desarrolló en la escuela Bauhaus. "Tenemos un instrumento extraordinario para la reproducción. Pero la fotografía es mucho más que eso?", recuerda una cita suya en la primer sección de la muestra.
Aquí queda claro que Elton John y Newell Harbin, director de la colección, pensaron en la fotografía como en el lenguaje artístico más pertinente a la cultura del siglo XX. Sólo comparable con la influencia de la música pop en la segunda mitad de ese mismo lapso. Fenómeno del que Elton John ha sido parte y que le ha reportado la fortuna suficiente como para, entre otras cosas, armar semejante álbum de fotos.