Sin información este confinamiento es arbitrario
Cuenta un viejo chiste la historia de un borracho buscando, de noche, en la vereda, las llaves de su casa. Alguien se le acerca con afán de ayudarlo y le pregunta: ¿las perdió por acá? No creo, me parece que fue en la esquina, es la respuesta. ¿Y por qué las busca aquí?, es la obvia repregunta. Porque en esta zona hay más luz.
Sin el ánimo de tomar en broma algo tan serio como la pandemia del Covid-19, recordé ese chiste al ver lo que está sucediendo con la aplicación del confinamiento estricto en la zona del AMBA: se confina "dónde hay más luz".
Quizás sea prematuro, pero no se nos ha brindado información contundente de que la mezcla de confinamiento exagerado en CABA, confinamiento "dónde se puede" en GBA, y cierto control sobre el transporte público interurbano, resulta claramente superior que la mezcla, liberación con protocolos donde se pueda y confinamiento donde se pueda que regía en el AMBA en la fase anterior al 1º de julio, respecto de contagios, letalidad y, en particular, ritmo de uso de las terapias intensivas e infraestructura hospitalaria.
Se habla de una reducción en el transporte interurbano y de circulación de personas en torno al 20%, pero no se ha informado lo único relevante que justifica la actual situación, cuántos días se han ganado frente a una eventual saturación de las Unidades de Terapia Intensiva (UTI).
En otras palabras, si la saturación previa al 1º de julio se alcanzaba, por ejemplo, en 10 días y ahora se alcanza en 50, habrá valido la pena pagar los costos psicológicos, sociales, sanitarios de otras patologías y económicos de entrar a la mezcla de cuarenta mencionada. Si, en cambio, todo este esfuerzo sólo nos hubiera permitido ganar 1 día, o ninguno, insistir en este confinamiento no tendría sentido.
Sin información clara, transparente y confiable, la población tiene todo el derecho de considerar esta mezcla de confinamiento, tan arbitraria como cualquier otra.
Y si es tan buena, o tan mala como cualquier otra en materia sanitaria, en todo lo demás esta es peor. Por lo tanto, sin información que lo desestime, deberíamos pasar, rápidamente, a la liberación con protocolos estrictos en las actividades que se pueda, y diagramar con tecnología, un esquema de transporte público con más frecuencias y menos hacinamiento. Usar toda la flota de transporte privado ocioso, para transportar, con protocolos estrictos, a los trabajadores "irremplazables": los de la salud, y los de las fuerzas de seguridad, para minimizar su contagio, y para el resto, aumentar frecuencias y evaluar reabrir actividades con distintos horarios. Avanzar con los testeos activos y masivos, aislar individualmente cuando se pueda, y "cerrar" al estilo de las villas de Quilmes cuando no se pueda.
En síntesis, hasta acá, sin información transparente sobre tiempo ganado en la utilización de las UTIS, tenemos derecho a pensar que esta mezcla de confinamiento entre CABA y GBA es tan arbitraria como cualquier otra, sin ventajas sanitarias evidentes y con costos económicos enormes.
Respecto del manejo de la macro, el problema central es que tanto el presente como el futuro, dadas las proyecciones oficiales de déficit fiscal para los próximos años, se juega contra el balance del Banco Central, incluyendo, por supuesto, el eventual arreglo de la deuda en moneda extranjera. Suponer que una década de estanflación y décadas de decadencia se arreglan con estímulos a la demanda agregada vía expansión del gasto público y el mínimo mercado de capitales local en pesos y con emisión, directa o indirecta (liberación de Leliqs contra aumento de la demanda de dinero), no es sólo peligroso, es casi suicida y esto sí que no es chiste.
Exdirector del BCRA