Simone Biles se erige entre las grandes y nos ayuda a parar
“Simone Biles es blanda. Ella abandona” son algunas de las críticas que recibió esta semana la atleta estadounidense, tras retirarse de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y priorizar su salud mental.
Sin embargo, estas críticas fueron rápidamente opacadas con mensajes de apoyo como los que recibió de numerosos atletas internacionales, incluyendo campeones olímpicos, como la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el nadador estadounidense Michael Phelps.
Definitivamente, el abandono de Biles ha sido el tema más comentado en los últimos días y como diría el refrán chino, “toda crisis es oportunidad”. Y esta nos ha brindado la posibilidad de poner a la salud mental en boca de todos y recordarnos lo importante y esencial que es que cuidemos de ella.
Porque es una problemática que no solo afecta a deportistas amateurs o de elite, sino que lo sufren chicos, jóvenes y adultos de distintas disciplinas, profesiones e intereses. Es un problema que nos afecta a todos y es por eso, que debemos darle central atención.
Cada día vemos como aumentan los trastornos de ansiedad, angustia y depresión entre las personas de todo el mundo. De hecho, hoy, una de cada cinco personas sufre ansiedad o depresión a nivel mundial. Y la pandemia ha hecho de las suyas, reforzando aún más estos números que siguen en aumento.
Un estudio realizado a fines del año pasado por el Instituto Danés de Investigación sobre la Felicidad, señala que el coronavirus ha disparado los casos de ansiedad en forma exponencial, al punto de que por cada 100 contagios de Covid habría unas 7200 personas a las que el contexto pandémico les disparó ansiedad por el temor a enfermarse gravemente, quedarse sin trabajo o perder un familiar.
El problema tampoco es ajeno a nuestro país, ya que una investigación realizada por Unicef, que abarcó más de 8400 jóvenes de entre 13 y 29 años en nueve países latinoamericanos -incluida la Argentina-, reveló por ejemplo que casi uno de cada tres de ellos siente ansiedad producto de la pandemia y que su principal disparador sería la incertidumbre económica en medio del aislamiento social.
Como experta en comunicación y coach ontológica he podido observar episodios de ansiedad, angustia y no puedo dejar de ligarlo, en muchos casos, a la falta de una comunicación efectiva, tanto con ellos mismos o con los demás y a una sensación de soledad, por más que estén rodeados de mucha gente.
Resulta paradójico decir esto, cuando vivimos en una sociedad cada vez más globalizada y aparentemente, cada vez más comunicada, gracias a las herramientas que nos ofrece la tecnología, que nos permite comunicarnos en cualquier momento y desde cualquier lugar con otro, en tan sólo segundos. Sin embargo, que podamos comunicarnos no significa que realmente lo estemos haciendo. Porque, seamos honestos, ¿cuántas veces hablamos sin escuchar?
Esta falta de comunicación se ve agravada por la ansiedad que nos genera la cultura del “show off”, dónde todo pasa por Instagram, Tik Tok, Facebook, y sino pareciera que no existió. Donde la catarata de imágenes “felices”, “graciosas” o incluso “reflexiones”, nos someten a muchos a un estado de ansiedad constante que no nos alcanza el día para hacer todo lo que este, aquel o tal otro mostró en sus redes. Siempre sentimos que estamos un paso atrás.
Asimismo, los que parecieran llevar la delantera tampoco están exentos de esta sensación de ansiedad y angustia. Porque no pueden abandonar el podio. No vaya a ser cosa que alguien venga por detrás y se los saque.
Ante esta realidad social, Simone se rige entre las grandes, con un enorme gesto de valentía, humildad y grandeza. Mostrándose vulnerable y cansada de cumplir con las expectativas que la sociedad expresa, y nos devuelve con este gesto, la esperanza que muchos creíamos perdida. Y nos alienta a pensar, que todavía podemos. Podemos comprometernos con nuestro autoconocimiento y dejar de cumplir con las expectativas ajenas para priorizar aquello que si elegimos.
Por eso, los invito a que nos pongamos en primer lugar, cuidemos nuestra salud mental, y decidamos cuándo parar.
Experta en Comunicación y coach ontológica