Siete mitos y realidades de la inversión en bitcoin
La columna tiene como objetivo aportar más información para quienes buscan una mirada más objetiva de un tema que fue, es y seguramente será demasiado controversial como para confiar en lo primero que escuchemos o leamos
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Pasa en prácticamente cualquier campo que queramos analizar: lo “nuevo” plantea desconfianza, recelo y suspicacias. Ahora imagínense si a esto le agregamos que la novedad viene a competir con el statu quo financiero, reyes indiscutibles de las economías globales.
Es el caso del bitcoin y de las DeFi (finanzas descentralizadas), que desde su nacimiento en el año 2009 y a pesar de todos los ataques sufridos, ha ido desde un valor de cero al de más de 1.5 trillones de dólares. En el medio de ese periplo de multimillonario, “la narrativa” acerca del Bitcoin y sus características distó mucho de ser “amigable” y dudo que algún día lo sea, habida cuenta del conflicto de intereses existentes en función de los cambios y la desintermediación financiera que las criptomonedas propician desde su nacimiento.
En la columna de hoy analizaremos 7 mitos y realidades de la inversión en Bitcoin y demás criptoactivos, con el objetivo de aportar más información para aquellos/as que buscan una mirada más objetiva de un tema que fue, es y seguramente será demasiado controversial como para confiar en lo primero que escuchemos o leamos.
1) Solo los narcos y los terroristas usan bitcoin. Esta afirmación se viene escuchando desde los comienzos tempranos de la criptomoneda más famosa, cuando en el año 2013 fue desbaratado el site de la “dark web” Silk Road, comandado por Ross Ulbricht, quien se encuentra desde entonces en prisión cumpliendo cadena perpetua por blanqueo de capitales, hackeo de ordenadores y conspiración por tráfico de narcóticos. La relación con el bitcoin tiene que ver simplemente con que era el medio preferido para abonar la compra de sustancias ilegales dado el anonimato que ofrece la criptomoneda. La realidad marca que desde entonces no volvió a haber otro caso similar, y que de todas maneras y como afirman sus defensores, los dólares en efectivo son el principal medio de pago para actividades delictivas y a nadie se le ocurriría pensar en prohibir la divisa americana por su mala utilización.
2) Comprar es fácil, pero volver a cash es muy difícil. Existe una noción totalmente equivocada de que “entrar es fácil, pero volver a hacerte de tus pesos/dólares es otra historia”. Como lo demostré en mi columna “¿es tan difícil volver a cash después de invertir en Bitcoin? Semanas atrás, volver a hacerse de los pesos o dólares luego de finalizada la inversión es igual o más sencillo que comprar. Desde los mismos exchanges, plataformas multimonedas o incluso P2P (persona a persona), las posibilidades abundan y se amplían con el paso del tiempo, permitiendo (en función del ciclo del criptomercado) obtener incluso un “premio” al momento de venta, como se ve en la actualidad e incluso luego de la última caída de precios en aquellos/as que publican órdenes de venta de stablecoins (monedas estables) como USDT o USDC a 1 dólar + 2 o 3%.
3) El Bitcoin subió mucho ya, hay que buscar criptomonedas que valgan menos de 10 dólares. Si el Bitcoin ha subido mucho o poco al día de hoy es algo que recién sabremos en un tiempo prudencial (6 meses a 1 año), cuando comparemos el precio de aquel entonces con el del presente. En lo particular, que “el Bitcoin ya subió mucho” lo vengo escuchando desde que alcanzó por primera vez el valor de 1000 dólares, allá por noviembre de 2013 (actualmente cotiza entre los 38.000 y los 41.000 dólares, habiendo alcanzado un máximo histórico de 64.854 en abril de este año). Por otro lado, que un criptoactivo tenga un valor de menos de 10 dólares o incluso de menos de 1 dólar no garantiza en absoluto que irá a subir de aquí en más. Que esté “caro” o “barato” no tiene que ver con que su valor en el mercado sea superior o inferior a un nivel de precios dado, sino más bien con cómo está estructurado el proyecto, quiénes son los fundadores y la comunidad que está detrás del mismo y cuál es la tecnología y metodología que utiliza para mejorar el nicho de industria en el cuál aspira a desenvolverse.
4) Dada la volatilidad que tiene el bitcoin, lo mejor es vender cuando sube mucho y comprar en las caídas. Seguramente que la estrategia más rentable sería vender en los máximos de los picos alcistas para recomprar en los mínimos posteriores a la caída, pero el “pequeño” inconveniente es que nadie te avisa cuándo estamos en un máximo y conviene salirse o cuándo estamos en un piso y conviene reingresar, y son miles de millones de dólares los que se pierden en el intento. Por ello, la estrategia más efectiva para la inversión en Bitcoin es el famoso buy and hold (comprar y esperar), dado que de esta manera se pueden aprovechar al máximo las subas de largo plazo teniendo que soportar para ello las caídas de corto sin caer en la desesperación que deriva en la venta de la posición. Alguna vez ví una tabla de estadísticas de precio del Bitcoin que mostraba cómo la mayor parte de la suba anual que podía llegar a tener se explicaba por el fuerte avance de precios de una decena de días en el año, en donde la criptomoneda tenía bruscas trepadas de valor en muy poco tiempo. El realizar “trading” buscando atrapar mínimos y máximos aumenta los riesgos de estar fuera del mercado en alguno de los días mencionados, quedando con ello al margen de los beneficios de la suba.
5) El Bitcoin es muy riesgoso como para agregarlo a tu porfolio de inversiones. El Bitcoin es un activo que prácticamente no correlaciona con el mercado accionario ni con la economía en general, lo cual quiere decir que su dinámica de precios se muestra como independiente de los ciclos de suba o alzas bursátiles o económicos. En finanzas se dice que su beta (el coeficiente de correlación con respecto al índice bursátil americano Standard and Poor´s 500) es cercano a cero, por la escasa correlación mencionada. Como sabe todo porfolio manager de inversiones, los activos con beta cercano a cero no solo no agregan riesgo a un portafolio bien diversificado sino más que bien que lo disminuyen, al hacer caer el beta total de la cartera que es justamente la sumatoria agregada de los betas de cada uno de los activos que componen la misma.
Conclusión: agregar Bitcoin en pequeñas cantidades (no superiores al 5% del total del portafolio de inversión) no solo no agrega riesgo a la inversión total sino que lo reducen.
6) El Bitcoin es para millonarios…¡¿quién tiene 40 mil dólares para comprar uno?!. Este es uno de los mitos que menos tiempo nos va a llevar desmitificar: el Bitcoin es divisible casi infinitesimalmente, por lo cual un/a inversor/a no está obligado/a para nada a comprar un mínimo de 1 BTC sino que puede ingresar con el monto que quiera. Por ejemplo, al momento de escribir esta nota 100 dólares estadounidense equivalen a 0,0026 centavos de Bitcoin, y ese podría ser el monto inicial para una inversión individual sin ningún tipo de problema o impedimentos.
7) Las caídas que tienen son muy violentas…¡en cuestión de horas podes perderlo todo! El viejo truco de colocar en una misma frase una cuestión real (las caídas del bitcoin son muy violentas) con una falacia (en cuestión de horas podés perderlo todo). El Bitcoin tuvo en su historia 26 caídas diarias de más del -30% en un solo día, lo cual nos da una pauta de que efectivamente, cuando se mueve en dirección sur no hay quien lo frene. Sin embargo, salvo que el inversor esté “apalancado” (haya pedido dinero prestado para invertir) no tiene por qué realizar esa pérdida, y, como lo muestra la historia de este criptoactivo, cada una de las caídas mencionadas fue seguida por recuperaciones aún más vigorosas que recuperaron lo perdido y agregaron ganancias a la posición. Por ende, la única forma de perder dinero con Bitcoin es tener que realizar pérdidas en un activo que tiene una clara tendencia alcista de largo plazo, lo cual no parece, a la luz de los hechos, una buena decisión de inversión.