Shen Zheng Wu: "En 10 años, China podría ser una democracia"
Las restricciones a la libertad de expresión en China están siendo aplastadas bajo el peso de la modernización: los afiliados al PC son 70 millones, pero los usuarios de Internet son 130 millones. Shen Zheng Wu, una de las máximas autoridades intelectuales sobre el sistema legal chino, explica por qué este proceso no puede ser detenido
LAOSHAN, China.- Corría el año 1978 en la provincia de Jilin, norte de China. Un día, el estudiante de leyes Shen Zheng Wu tuvo una clase que cambió su vida para siempre. Era una lección práctica para entender cómo funciona el sistema penal chino. Fue llevado al patio y le mostraron la ejecución por fusilamiento de ocho jóvenes de veinte años. Conmocionado, ese día Zheng Wu decidió que abandonaría el estudio del derecho criminal y sólo se dedicaría a entender el sistema legal del país.
El entonces joven estudiante tiene hoy 50 años, es el director del East Asia Law Research Center y una de las máximas autoridades intelectuales sobre el sistema legal chino. Recibió a LA NACION en la Ocean University, de la provincia de Shandong, una de las universidades más prestigiosas del país, en medio del paisaje bucólico de la cadena montañosa de LaoShan, las montañas sagradas del taoísmo.
Durante la entrevista, de casi tres horas, Zheng Wu habló con soltura sobre temas delicados como la democracia, la pena de muerte y la propiedad privada. Las restricciones a la libertad de expresión en China están siendo aplastadas por el propio peso de la modernización: los afiliados al Partido Comunista son 70 millones, pero los usuarios de Internet suman 130 millones.
Sin embargo, en China, país que nunca vivió bajo un regimen similar a una democracia occidental, la prioridad de las personas no es votar; la demanda actual es un sistema legal confiable, que regule de manera justa las relaciones humanas en un país que, si bien todavía tiene un componente rural mayoritario, tiene también 350 millones de usuarios de telefonía celular y dos terceras partes de la economía en manos de la iniciativa privada y ya no del Estado.
Leyes feudales dinásticas o regulaciones comunistas maoístas ya no encajan tan fácilmente en el país que se convirtió en la vanguardia de la economía de mercado capitalista.
Pero no es posible analizar ningún asunto chino sin tomar distancia de los condicionamientos de la propia cultura occidental. China tiene 4000 años de historia y una serie de referencias filosóficas propias -desde el confucionismo y el taoísmo hasta el budismo y el comunismo a la china-, que crearon una forma particular de ver el mundo. Un ejemplo simple: "hou" en mandarín quiere decir atrás, pero "hou tian" quiere decir "pasado mañana". ¿Cómo lo que está atrás puede ser el futuro? Un amigo chino lo explicó así: lo que está adelante es el pasado, porque uno puede ver cómo fue; lo que está atrás nuestro es el futuro, porque es lo desconocido, lo que no podemos ver. Y hasta tiene sentido.
-Da la impresión de que, a medida que pasan los años, las garantías y derechos civiles de los chinos van en aumento. ¿Es así?
-Sí, sin dudas aumentaron las garantías y derechos civiles de las personas. Pero hay que pensar que el derecho civil chino tiene una historia de sólo 30 años, ya que recién en 1978 la ley comenzó a recuperar su ejercicio normal. Hasta la década del 70 estudiábamos leyes con materiales rusos de la década del 50, que hablaban de lucha de clases y proletariado. Y lo que se estudiaba era "derecho público", no había leyes que trataran los derechos individuales. Hasta algún tiempo atrás, era la empresa (estatal) la que respondía por tu vida y tus derechos.
-¿Y cómo se regulaban las relaciones?
-Con la policía o con las regulaciones del Estado. No había derecho privado. En 1982 había apenas 300 estudiantes de derecho civil en el país. Pero en los últimos años la gente comenzó a darse cuenta de que sus derechos individuales son importantes y que es necesario tener garantías. Recién en 1979 un Código Penal fue aprobado en el Congreso, y en 1996 fue aprobada la primera protección para los individuos, con lo que se llama "procedimiento general de la ley civil". Comenzamos a sacar el foco del derecho público para ponerlo en el derecho privado. Y este año fue aprobada la ley de propiedad privada.
-El eje del confucionismo es la idea de obediencia a los superiores, el respeto a las jerarquías. ¿Eso no crea una dificultad cultural para avanzar hacia un derecho en el que todos son iguales?
-Sí, y ésa es una discusión importante. Algunas ideas tradicionales chinas tienen efectos negativos en el desarrollo del derecho, la cultura y de una sociedad moderna en China. Para los chinos, la base de la sociedad no es el individuo, sino el grupo, la familia. Confucio dijo: "Primero tienes que ser capaz de hacer una familia armoniosa; luego, saber administrar el país, y por último gobernar el mundo". Es una visión filosófica muy diferente de la occidental y cristiana, donde el individuo tiene un peso importante.
-Se suele decir que China es mitad feudal, mitad capitalista. ¿Es así?
-Concuerdo, mitad feudal y mitad capitalista. Aquí en Shandong, tierra de Confucio, hay muchas ideas tradicionales que vienen del año 500 (d.C), aproximadamente, y muchos templos de adoración a la idea china de Dios, Tian. Si un occidental visita esos lugares puede sentir una cierta opresión, porque no hay nada relacionado a la libertad individual. Todo lo que llega aquí -hasta el comunismo- es afectado por las ideas tradicionales. Estamos pasando por un momento de transformación de una sociedad tradicional cerrada y agrícola a una economía de mercado. Pero ahora los dos sistemas conviven.
-¿La modernización es por ahora para los 400 millones que viven en áreas urbanas, mientras que los otros 900 millones que viven en áreas rurales permanecen en el sistema feudal?
-Es más o menos así, sí. Hay dos sociedades en la China, dos sistemas económicos y hasta la aplicación de las leyes depende del lugar. Porque el sistema legal es el mismo, pero la aplicación va a depender de la autoridad ejecutiva de cada provincia, cada distrito. Por eso también el desarrollo económico es desigual. O para decirlo de otra forma: el 78 por ciento de la población vive en el este del país (la franja costera donde están Shanghai, Pekín, Hong Kong, etcétera), donde hay una modernización de las leyes y el sistema legal. Pero, en el resto del país, el sistema está muy atrasado.
-¿La aprobación de la ley de propiedad privada es un gran paso?
-No, no creo que sea algo filosóficamente muy importante. Por primera vez en 4000 años tenemos una ley de propiedad privada, y es apenas para tranquilizar a los extranjeros. Para los chinos, no hay necesidad de una ley de propiedad privada, porque ése es un concepto que nunca existió. De cualquier forma, no hay una propiedad legal de la tierra, que continúa en manos del Estado. Si yo compro una casa, tengo la propiedad de la casa, pero no de la tierra en que la casa está. Lo que tenemos es un período de uso, de 50 o 70 años, y con la nueva ley quedó permitido renovar indefinidamente ese período de uso. Quizá la importancia de la ley sea crear una conciencia de propiedad en la gente, pero la ley fue más para impresionar a los inversores extranjeros.
-¿Cómo se llegó a esa necesidad? ¿Hay algún riesgo de retroceso?
-Le cuento una historia. En 1978, el premier Deng Xiaoping visitó Japón y fue a la planta de Panasonic y Toyota. Deng invitió a las dos compañías a invertir en China. Las autoridades de Toyota dijeron que no vendrían porque no había gente en China que pudiera comprar un auto. A su vez, el presidente de Panasonic dijo que ellos podrían venir, pero comentó: "¿Cómo voy a invertir en un lugar donde no hay garantías para la propiedad?". Deng les dijo que no se preocuparan, y al año siguiente fue aprobada en China la ley para la inversión extranjera. Es decir, en China tenemos que agradecer el comienzo de la seguridad jurídica a Panasonic (risas).
-Usted decía que la ley de propiedad privada fue aprobada por presión del capital extranjero. ¿Esa presión, al final, no es positiva al generar avances en dirección a un "iluminismo" asiático?
-Sí, lo es. Junto con la llegada del capital extranjero llegan algunos factores positivos, como cierta legalidad. Nos gusta que eso ocurra, porque nos permite aprender y reforzar nuestro sistema legal. Algunas leyes recientes, como la ley de propiedad intelectual y la ley antipiratería, fueron aprobadas por presión exterior.
-¿En la decisión de que la Corte Suprema pase a analizar cada sentencia de muerte, por ejemplo, puede verse también un efecto positivo de la influencia extranjera? (Se estima que unas 8000 personas son ejecutadas por año en China.)
-Sí, aparentemente las opiniones internacionales están teniendo algún efecto en las autoridades chinas. Antes, por ejemplo, los delitos que implicaran un robo o estafa de más de 5 millones de yuans (unos 650.000 dólares) ya eran pasibles de pena de muerte. Eso ya no está siendo tan común. Pero la pena de muerte está en la cultura china. Confucio decía: "Tiempos de caos necesitan castigos severos" (Luan Shi Yong Zhong Xing). Ahora no son tiempos de caos, pero es difícil que la pena de muerte desaparezca por completo.
-¿Con la apertura de China al mundo y la llegada de influencias extranjeras diversas, no hay temor a la pérdida de la cultura tradicional que es la base de la sociedad china?
-La preservación de la cultura tradicional no depende de estar abierto o cerrado al mundo, sino de la forma en que el desarrollo ocurre. Miremos a Taiwan: ellos están abiertos a las influencias extranjeras hace mucho más tiempo y sin embargo conservan la cultura tradicional china mucho mejor que en el continente.
-Deng Xiaoping dijo alguna vez que China estaría preparada para la democracia aproximadamente en 2050. ¿Qué piensa sobre eso?
-Deng Xiaoping no era un hombre de democracia, entonces no tendría en cuenta esa opinión. Pero efectivamente, si el proceso de democracia ocurre demasiado rápido, todo el sistema va a colapsar. Al mismo tiempo, si las autoridades chinas son suficientemente sabias, en diez años deberíamos tener algo parecido a una democracia occidental. Sería normal que una democracia en lo económico condujera a una democratización del sistema político.
-¿Parecido en qué sentido?
-Parecido, pero nunca igual. Fíjese Japón o Corea del Sur, dos países tomados como ejemplos. En esos países una sociedad de jerarquías se mantiene, y no hay exactamente una democracia como se la imagina en Occidente. En Corea del Sur, que es tomada como ejemplo, tampoco hay una democracia real. Pero si China continúa desarrollándose y ningún accidente ocurre en el camino, vamos a ver muchos avances en los próximos diez años. La democracia económica puede ayudarnos a conseguir democracia política. Nosotros no tenemos experiencia en democracia, pero sabemos de qué se trata. Si nos dan tiempo caminaremos en esa dirección, porque la democracia es la tendencia más fuerte.