Shakespeare y el drama de los nepo-babys
El asunto toma una profundidad inesperada con la reciente edición de las memorias del hijo menor de Lady Di y el rey Carlos III
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El nepotismo se discute fuerte en Los Ángeles, por estas semanas y durante la temporada de premios de Hollywood. Actores y actrices, modelos, cantantes y celebridades en general quedaron expuestas en su árbol genealógico de padres, madres y hasta abuelos: la influencia de ser “hijos de”, el privilegio de tener ciertos parientes, desplazado de la actividad pública a la función privada, se traduce en ventajas en tiempos en los que gozar de fama, aunque sea heredada, vale.
La discusión no es nueva, pero a fines del año pasado escaló tras la publicación de un informe detallado en la New York Magazine (“Tiene los ojitos de su madre. ¡Y su mismo manager!”), una verdadera y exhaustiva taxonomía de las relaciones intergeneracionales. El asunto obligó a tomar partido en el mundo de la moda y sobretodo en el de las grandes producciones: Maya Hawke (papá Ethan, mamá Uma Thurman), Zoe Kravitz, (papá Lenny, mamá Lisa Bonet) y muchas figuras ascendentes sub 30 quedaron señaladas. La modelo italiana Vittoria Ceretti, tras aclarar que tiene amigos “nepo”, pidió que reconozcan la diferencia de esfuerzo de quienes no provienen de una situación tan acomodada y ni tienen vínculos en la industria. Lily-Rose Depp (papá Johnny, mamá Vanessa Paradis) se vio obligada a contestar.
Tras una guía definitiva del nepo-verso, el fenómeno se consagró ya en los primeros días de este año, cuando Haylie Baldwyn Bieber (hija del clan y esposa del cantante Justin) salió a pasear orgullosa con una remera con esa inscripción: “Nepo baby”. Por otra parte, la muerte y vida trágicas de Lisa Marie Presley, única hija de Elvis, volvió el tema a las primeras planas.
Sin embargo, el asunto toma una profundidad inesperada con la reciente edición de las memorias del príncipe Harry, duque de Sussex. En primer lugar, el nepotismo es el modo plebeyo de comportarse como una familia real, con atributos y privilegios heredados, costumbres aristocráticas. Y en este caso, su reverso, es la transcripción detallada de las vicisitudes del hijo de la realeza que decide contar sus peripecias y reflexionar sobre sus vínculos desde su exilio de Windsor para radicarse justamente en Santa Bárbara, Los Ángeles.
El libro Spare. En las sombras (10 de enero de 2023), repasa en fases los momentos de la vida del príncipe (la noticia de la muerte prematura de su madre Lady Di, anunciada por Charles en Balmoral), la relación con su familia y su esposa Meghan Markle y también su turbulenta relación con los medios británicos y globales, obsesionados con la descendencia de la fallecida reina Elizabeth.
En la inminente reseña de la revista The New Yorker, Rebecca Mead puntualiza en dos importantes aspectos del libro que vendió un millón y medio de copias en su primer día en los anaqueles, y batió los récord de ventas de no-ficción: la destacada tarea de J.R. Moehringer, el escritor fantasma detrás del texto, con el arduo rol de conectar a Harry con una prosa literaria y atractiva. Pero, sobretodo, descubrir en Shakespeare aquella tradición británica por fuera de la realeza en la que hacer descansar a Harry y sus recuerdos, aunque él jamás haya sido un lector. “Son nuestra herencia compartida”, dice Harry, cuyo padre, ahora rey, es un promotor del gran bardo de los Midlands medievales. Mas allá del amor romántico y los celos, las traiciones palaciegas y las relaciones de padres e hijos son el otro gran legado de la literatura shakespereana. Reportero ganador del Pullitzer, y autor de Open, la genial biografía del tenista André Agassi, Moehringer desarrolla su habilidad a lo largo de las páginas hasta consagrar con precisa y adecuada ironía una frase en palabras de Harry que describe con sutileza el aspecto conflictivo de los verdaderos nepo-babys hace 500 años: “Traté de cambiar”, recuerda sobre su rechazo a los libros. “Abrí Hamlet. Hmm.. ¿Príncipe solitario, obsesionado con uno de sus padres muertos, ve al padre restante enamorarse del usurpador del lugar de uno de sus padres muertos . . ? Lo cerré de golpe. No gracias”.