Serás lo que debas ser, o serás peronista
Quiero llevar tranquilidad a los votantes de Juntos por el Cambio: no hay riesgo alguno de que esa alianza se rompa; ya se rompió, y así, rota, seguirá funcionando. ¿Suena contradictorio? “La verdad tiene una única cara: la de la contradicción violenta”, dijo el antropólogo y pensador francés Georges Bataille, del que he leído una sola cosa: esa frase. JxC empezó a estallar cuando supo, el 14 de noviembre de 2021, que iba a volver al poder. Desde entonces, cari fratelli, asistimos a una lucha despiadada y al mismo tiempo superentretenida para ver quién se queda con la torta. Y así están, a los tortazos.
La otra gran novedad política, muy vinculada a aquella y de la que los analistas no se están ocupando debidamente, es que Milei se cortó el pelo. Digamos, lo va emprolijando de a poco, arrancándose las mechas que avanzaban más libremente; apenas las patillas mantienen su aspecto original, hasta que, como las de Menem camino a la Casa Rosada, caigan vencidas en manos de un coiffeur. La conclusión es obvia: el tipo se ve cada vez más cerca de robarle la torta al macrismo; si va a convertirse en casta, tiene que lucir más pipí cucú.
Volvamos a los muchachos de JxC. En la Argentina hay dos tipos de políticos: los peronistas y los antiperonistas, y los antiperonistas en el fondo de sus almas quieren hacer peronismo sin que nos demos cuenta, sin que se note mucho. Como que admiran el pragmatismo, la plasticidad, la infinita gama de recursos de los herederos del General para conquistar y retener el poder; admiran a esa gente que, sumisa, cada mañana se pregunta después de cepillarse los dientes: ¿de qué me tendré que disfrazar hoy? “La política es una sociedad indestructible entre dinero y poder”. No lo dijo Bataille: se me acaba de ocurrir, inspirado en la impronta que supieron legar Perón, Menem, Néstor, Cristina… Rodríguez Larreta se portó como un buen peronista al convocar al peronista Schiaretti para derrotar a la experonista Patricia Bullrich. La jugada no le salió bien, pero sospecho que va a insistir. En Juntos estarán orgullosos de que su interna se parezca a los combates cuerpo a cuerpo de Todos al Frente, la coalición oficialista. Como acaba de decir Ernesto Tenembaum, Cristina y Alberto no se detestan más que Macri y Larreta; en el odiómetro estarían palo y palo.
La impertinente Pola Oloixarac escribió en la nacion que Milei es, en verdad, parte de la interna peronista. Lo llama “el caniche troll” del PJ. Y antes había dicho que La Libertad Avanza funciona como colectora del kirchnerismo. Eso: una impertinente.
Es hora de ir clarificando el panorama, porque por momentos resulta muy confuso. De Macri sabemos que su principal creación política es Larreta; que históricamente sintió un fuerte rechazo por Luis Juez (ni siquiera le parece gracioso), y que llegó a constituir con Schiaretti un vínculo político más sólido que el que tiene con sus propios aliados. Bueno, Macri pasa hoy sus horas trabajando en contra de Larreta y de Schiaretti, y apostando por Juez. Uh, prometí aclarar las cosas y las estoy complicando más. A ver, lo voy hacer hablar a Macri: “Te explico: Horacio y Gerardo Morales son Massa, y Schiaretti ahora también es Massa”. ¿Horacio es Massa? ¿Schiaretti es Massa? ¿Macri con Juez y contra Schiaretti? Lo único que falta, para que la realidad se vuelva violentamente contradictoria, es que Juez, apoyado por Macri, pierda la elección para gobernador de Córdoba, provincia recontra macrista; que Massa enfrente en octubre a la fórmula Larreta-Schiaretti, dos massistas, y que a Larreta, “el peor de la casta”, le crezcan el pelo y las patillas.
Por suerte, en Todos al Frente las cosas son bastante más sencillas. Cristina lo quiere a Wado de candidato, aunque sabe que en buena parte del país decís “Wado” y la gente cree que es una marca de fideos; es difícil encarar una campaña siendo un desconocido: “Hola, mucho gusto, me llamo Wado de Pedro…”. Eventualmente Cris puede bendecir a Massita, que tiene el problema opuesto: lo conocen muy bien. También podría optar por Kichi, un tipo famoso, simpático, gran inspirador de memes, el primer emoji que llega a gobernador. Como vemos, una variada oferta electoral, a la que se le suman Scioli y Agustín Rossi, que parecen medio grises, sin grandes posibilidades, pero cuidado, mucho cuidado: los rema Alberto.
Sí, Alberto, sujeto extraño, hijo de un tuit de Cristina, que ahora no quiere tuits, ni dedazo, ni a Cristina, para que no vuelva a surgir un Alberto. Quiere PASO, quiere dividir el voto peronista, quiere terminar con el kirchnerismo. ¡Cómo lo quiero, profesor!
Lo amo, porque además esta semana la Junta Electoral bonaerense autorizó a su partido a participar en las elecciones para gobernador. ¿Cómo se llama el sello del Presidente, fundado en 2012? Parte (Partido del Trabajo y la Equidad). Parte. Siempre supo que estaba de paso. ß