Señor Trump, no construya ese muro
Desde enero de 2014 han muerto y desaparecido casi treinta mil personas mientras intentaban alcanzar otros países a través de las principales rutas migratorias del mundo, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En 2018 más de 2200 migrantes perdieron la vida en el mar Mediterráneo, lo que representa la mitad de todos los migrantes fallecidos este año en el mundo, mientras que en la frontera entre México y Estados Unidos se registraron casi 400 muertes.
El mundo cuenta en la actualidad con el mayor número de migrantes irregulares de la historia. A la grave situación humanitaria que se vive desde hace años en el Mediterráneo, producto de los migrantes africanos que intentan llegar a Europa, y que llevó al papa Francisco a hablar de este mar como un "cementerio de migrantes", y la situación en Medio Oriente, también ha retomado un gran dramatismo el estado de la migración en América latina.
Se calcula que tres millones de personas abandonaron Venezuela en los últimos dos años y las detenciones de migrantes hondureños, salvadoreños y guatemaltecos en la frontera mexicana con los Estados Unidos se han quintuplicado en los últimos cinco años. En 2016, unos 240.000 inmigrantes latinos fueron expulsados de los EE.UU. Hasta el inicio de la presidencia de Donald Trump, cada año ingresaban allí unos 120.000 mexicanos. Además, anualmente, entre 400.000 y 500.000 migrantes indocumentados, en su mayoría centroamericanos, atraviesan México con destino a los Estados Unidos.
Precisamente, en 2018, esta masiva migración centroamericana llegó a las primeras planas de todos los medios por la caravana de 7000 personas, en su mayoría hondureños, que ingresó a territorio mexicano con la esperanza de llegar a suelo estadounidense. Iniciaron su travesía escapando del hambre, de la pobreza extrema y de la violencia de las pandillas y el crimen organizado. La respuesta del presidente Trump fue amenazar con represalias económicas a México y los países de origen de los migrantes si permitían que esa caravana llegara a la frontera con los Estados Unidos. Y en diciembre fue un paso más allá al abandonar el Pacto Migratorio de las Naciones Unidas y cerrar parte de la Administración Federal norteamericana para presionar al Congreso para que incorpore la partida de 5000 millones de dólares para la construcción del muro fronterizo con México.
Pero la política de muros y represión no hace otra cosa que agudizar la xenofobia y la hostilidad contra los migrantes y contradecir la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. A pesar de esto, solo cinco países en el mundo reconocen explícitamente la migración como un derecho humano, y la Argentina es uno de ellos. La migración es un fenómeno social y económico que resulta trascendental para el comercio global y el desarrollo económico de las naciones y, en consecuencia, debe ser abordado con mucha seriedad y responsabilidad. En los Estados Unidos, los migrantes aportan una alta proporción a los empleos en el sector doméstico y de la construcción. Solo los migrantes mexicanos representan el 5% de la población ocupada y aportan el 4% del PBI de dicha economía. También la agricultura y las industrias de alta tecnología dependen mucho de los migrantes.
Para lograr la inclusión es indispensable contar con la participación de todos los actores, además de los Estados, como las ONG, las comunidades religiosas, los medios de prensa y las empresas. Para ello las compañías deben incorporar en sus programas de responsabiliodad social empresarial respuestas serias y sustentables para la inclusión de los migrantes. Algunas declaraciones al respecto fueron, por ejemplo, las de Mark Zuckerberg, de Facebook, quien recordó que Estados Unidos es una nación de inmigrantes y exhortó a Trump a mantener abiertas las fronteras. En igual sentido se manifestaron Bill Gates, Warren Buffett y otros emprendedores de Silicon Valley.
Una compañía de telecomunicaciones mexicana implementó la campaña promocional "Por una frontera sin barreras", dando a sus usuarios llamadas telefónicas ilimitadas sin costo de México a Estados Unidos y viceversa, invitando también a las demás empresas de telecomunicaciones mexicanas a sumarse bajo la consigna de que "mientras algunos idean cómo levantar muros, nosotros acercaremos familias".
Como en su momento Ronald Reagan le dijera al entonces líder soviético, con referencia al Muro de Berlín, "Mister Gorbachev, tear down this wall", hoy también la comunidad toda le pide a Trump que no construya su muro.
Coordinador ejecutivo, Centro de Responsabilidad Social y Capital Social (UBA)