Se revela la historia secreta de "La Resistance"
La apertura de los llamados "archivos de misiones" en la Segunda Guerra Mundial develan el papel real de la acción subterránea en los países ocupados. Según los nuevos datos, esos grupos fueron responsables de la muerte de cinco millones de personas
BOSTON.- Dos hombres recibieron la misión de matar al oficial nazi encargado de las fuerzas que imponían un régimen brutal sobre su país. Lo localizaron, lo mataron y huyeron. El Reich respondió con la matanza de todo hombre, adolescente y -sólo para darle el último toque de brutalidad- todo perro en una aldea condenada a morir por ese solo acto de desafío. Las mujeres y niños fueron enviados a campos de concentración. Pocos sobrevivieron. La aldea en sí fue dinamitada e incendiada, y eventualmente quedó borrada de la vista por el anonimato de un vasto campo de trigo. La comunidad fue Lídice y el país, Checoslovaquia; el asesinato fue obra de la mítica Resistencia, el laberíntico mundo de movimientos de guerra clandestina que corría bajo la superficie de los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial.
Objeto de innumerables conceptos y obras románticas, "La Resistance" involucraba a algo más que valientes franceses cubiertos con gorros negros que colocaban trampas explosivas, como parte de una cruzada quijotesca contra sus malvados opresores. El vulnerable vientre de la Resistencia frecuentemente era bastante atroz. Como Lídice aprendió en junio de 1942, el enemigo generalmente ajustaba cuentas asegurándose de que su venganza le diera una gran ventaja numérica para sus tropas.
Los nazis mataron a cientos como castigo por el asesinato del jefe de la SS, Reynhard "el Verdugo" Heydrich, a quien Hitler reemplazó con un oficial igualmente brutal e implacable. Para los oprimidos, sin embargo, la muerte del odiado Heydrich, cuya agonía se prolongó en forma exquisita para sus víctimas durante varios días, mientras sus heridas se gangrenaban, fue un momento de placer oscuro, primitivo, que dio nuevos alientos a su moral.
"Cincuenta años después, sí, es fácil decir que no valió la pena por el número de compatriotas muertos -dice la ex combatiente por la libertad Vera Laska, sobreviviente de Auschwitz y ahora historiadora del Regis College en Weston-. Pero en aquel entonces hubo una enorme alegría moral entre la gente por la muerte de ese bastardo."
Represalias documentadas
El frío cálculo que Hitler e Hirohito utilizaron para castigar a las poblaciones por los actos de resistencia de unos cuantos es una de las historias de guerra más ricamente documentadas, que se encuentran sepultadas entre los 3 millones de documentos de inteligencia que fueron dados a conocer al público por los archivos nacionales, dentro de los términos de la ley de Crímenes de Guerra Nazis de 1998.
Los registros añaden incontables detalles al importante, y quizás esencial papel que tuvo la Resistencia no sólo en el resultado de la Segunda Guerra Mundial, sino también en el fin del colonialismo europeo, el inicio de la Guerra Fría y, en última instancia, el desplome de la Unión Soviética hace una década, que se cumple en diciembre próximo.
Estos archivos también crean una especie de diario estremecedor y muy real acerca de cómo los aliados compitieron por el control sobre una gran variedad de facciones guerrilleras frecuentemente rivales, cada una de las cuales estaba en busca del poder que llenaría el vacío de la posguerra, plantando las semillas de conflictos futuros, desde Birmania hasta los Balcanes. Nombres como Gandhi, Mao, Tito, De Gaulle y Ho Chi Minh se repiten en los archivos secretos no como personajes históricos, sino como protagonistas en la Resistencia en una lucha en la que se jugaba el destino del mundo. "Usted no me parece muy violento", dijo, con una sonrisa burlona, el Mahatma Gandhi, cuya revolución no violenta finalmente expulsaría a los británicos de la India, a un espía estadounidense que vistió un uniforme militar en una reunión con el líder pacifista después de la guerra.
Ese impacto de la Resistencia -ya fueran los 80.000 partisanos que expulsaron a los miembros del Eje de Yugoslavia, o un eslovaco solitario que ponía laxativos en la taza de café de un nazi- es uno de los aspectos más efímeros de la Segunda Guerra Mundial. Generalmente es recordado con veneración, nación por nación, individuo por individuo, sobreviviente por sobreviviente, en recuerdos llenos de lágrimas y en monumentos fúnebres en los que se enlista a los habitantes locales muertos en combate contra la opresión, incluso en los casos en que la mayoría de ellos fueran víctimas de represalias de los oficiales del Eje en venganza por ataques de los guerrilleros.
Las víctimas
Los nuevos registros recrean cómo esas campañas subterráneas eran vistas por los servicios de inteligencia de los aliados a medida que la guerra se iba desarrollando. Ponen nombres y rostros a una categoría de baja bélica que, según algunos cálculos, fue responsable por la muerte de cinco millones de los cincuenta millones de personas que se perdieron durante la guerra.
"Estos datos de inteligencia llevan al lector hasta el nivel de la aldea - dice Timothy Naftali, historiador de una comisión designada por el presidente Clinton en 1999 para supervisar la mayor liberación de documentos secretos en la historia de Estados Unidos-. Nadie se ha sentado a evaluar los efectos netos de esas operaciones de la Resistencia. No sé de ningún libro que separe los mitos de la realidad. Y eso es asombroso. Se trata de preguntas importantes." Los archivos, particularmente el medio millón de los llamados "archivos de misión" que la CIA ha revelado durante el año último, detallan cientos de misiones detrás de las líneas enemigas, realizadas por el organismo predecesor de la CIA, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, en sus siglas en inglés).
La OSS tenía como objetivo no sólo recabar datos de inteligencia y establecer comunicaciones por radio antes de las invasiones importantes, sino además ayudar, armar y explotar a docenas de grupos de resistencia, incluso cuando pudiera significar arrebatar el control de ellos de manos de sus aliados, los británicos. Y los combatientes por la libertad no siempre llegaban libres de costo.
Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos echaban mano de un presupuesto al parecer inagotable para pagar a agentes locales con bicicletas en Holanda, oro en Tailandia, lápiz labial en China y opio en Birmania. La OSS incluso tenía que suplicar favores al establecimiento militar estadounidense, que frecuentemente resentía la amplia autoridad de la agencia.
"Solicito respetuosamente que una reserva de puros y whisky operacional sea proporcionado", escribió un líder de la OSS, tratando de salvar los obstáculos del laberinto burocrático militar, con el fin de lanzar una operación destinada a organizar un movimiento de resistencia en la Corea ocupada por los japoneses.
El general William "Wild Will" Donovan, jefe de la OSS, dio a sus subordinados una amplia libertad de acción y criterio para armar, infiltrar, explotar e, incluso, inventar la existencia de grupos de resistencia. Pocos se mostraron tan entusiastas en cuanto a socavar al Eje desde adentro como Allen Dulles, que estableció su cuartel general en Suiza y se enfocó en los movimientos clandestinos de resistencia que, en su opinión, los británicos estaban controlando celosamente, sin explotar plenamente su potencial.
Dulles le informó por cable a Donovan, en mayo de 1943, que su colega en los servicios de inteligencia británicos "se muestra renuente a ceder un monopolio del que hasta ahora ha disfrutado".
{p01f1.jpg|1940. Miembros de la Resistencia recorren las calles de Reims|Hulton Getty / Keystone}Dulles no tardó mucho en empezar a enviar por paracaídas a sus propios agentes -frecuentemente expatriados reclutados en países ocupados- detrás de las líneas enemigas y equipados con transmisores de radio, efectivo y armas. Dulles también arrebató a sus propios colegas el control del Escuadrón F de la OSS, que operaba en la tentadora región rural de Saboya, en el sudeste francés, cerca de las fronteras italiana y suiza. Era un lugar de paisajes llenos de lagos con abundante neblina y escondidos entre montañas rematadas por conos de nieve.
"Es una región que durante más de cuatro años estuvo repleta de patriotas y colaboracionistas, de agentes nazis y aliados, con personajes extraños y misteriosos que se filtraban de un lado a otro entre las zonas fronterizas insuficientemente patrulladas -escribió el teniente de la Armada de Estados Unidos W. L. Wiley, oficial ejecutivo del escuadrón, en un informe de 1945-. Los alemanes nunca pudieron, pese a realizar esfuerzos tremendos en términos de hombres y equipos, destruir la organización de Saboya."
Wiley escribió que la resistencia en Saboya era vital para unificar la resistencia en Francia, debido a su proximidad con la neutral Suiza, que era utilizada como base para comunicar mensajes a diversos grupos guerrilleros, desde los nacionalistas de Charles de Gaulle hasta la creciente facción de los comunistas franceses. Cientos de páginas de registros muestran cómo Dulles utilizó este reducto de la resistencia para pasar agentes de un lado a otro a través de Suiza, para infiltrar a los propios grupos partisanos, y para realizar campañas de propaganda de la propia OSS.
Dulles reclutó docenas de soldados alemanes e italianos para infiltrar a sus viejos ejércitos y agencias policíacas, generar descontento y asesinar a comandantes germanos. La Operación Parma, por ejemplo, estaba destinada a infiltrar agentes italianos en una escuela de espías en el norte de Italia, después realizar una incursión en la propia escuela, secuestrar al comandante nazi y "apoderarse de todos los documentos. Dejar detrás de ellos una nota en la que se leyera: "Muerte a todos los alemanes".
Los registros recientemente dados a conocer también incluyen un inusual punto de vista germano de la resistencia, cortesía del maestro del espionaje aliado Fritz Kolbe, un funcionario en la Oficina de Relaciones Exteriores de Alemania que estaba encargado de transmitir los comunicados y boletines entre la cúpula más alta del Tercer Reich.
La cólera de Hitler
Un informe de la Francia ocupada por los alemanes mostraba que los ataques "terroristas" en noviembre de 1943 habían aumentado marcadamente en comparación con el año previo. Tan sólo el sabotaje a vías férreas se elevó de 24 a nada menos que 300, y los "asesinatos", que habían sido 15, aumentaron a casi 200. Pese a realizar cientos de arrestos, los alemanes se quejaban de que las cortes francesas eran lentas en cuanto a imponer sentencias de muerte, lo que llevó al gobierno espurio de Vichy a crear "Cortes itinerantes" de jueces dispuestos a colgar a los acusados y dar grandes promociones a los pro nazis en los departamentos de policía de Francia. Los despachos de Kolbe también reflejaban el progreso de Tito en los Balcanes, incluyendo su éxito en cuanto a evadir una ofensiva destinada a asestarle un golpe decisivo. "Se dijo a Hitler que la campaña que acaba de concluir capturaría o destruiría a tres divisiones de las fuerzas de Tito, pero lograron escapar."
Para finales de 1943, Tito había conquistado la mayor parte de Montenegro y cortado la mayoría de las carreteras cruciales a través de Albania. "Esto ha causado graves condiciones económicas en las regiones ocupadas por los nazis", señalaba el informe que mostraba a Hitler obsesionado con los ataques dentro de su imperio, incluso en momentos en que los aliados estaban destruyendo sus frentes oriental y occidental. El propio Hitler ordenó que todos los oficiales italianos que ayudaran a la Resistencia fueran "fusilados de inmediato". Una protesta estudiantil en Suecia lo llevó a exigir un recuento del sabotaje sueco en barcos germanos. Un subordinado no pudo encontrar tal evidencia. Hitler lo obligó a seguir buscando. Para la primavera siguiente, Hitler estaba escuchando que Hungría, en manos de los nazis, proveía información directamente a Washington, y para el verano, que "unidades enteras" del ejército italiano se estaban relacionando con la Resistencia.
Con De Gaulle encaminado hacia Washington para pedir el reconocimiento de su movimiento de resistencia en julio de 1944, Kolbe informó que los alemanes estaban preparándose a plantar un rumor de que De Gaulle era en realidad un emisario del gobierno títere nazi de Francia.
Rápida rendición
La rendición de Francia ante Alemania fue una de las más rápidas banderas blancas elevadas en la guerra. No obstante, pocas naciones se muestran tan orgullosas acerca de su resistencia. "No hubo muchos que resistieran en la Francia de 1940, pero, para 1944 o 1945, todos decían que habían estado en la Resistencia", dice el catedrático de la Universidad de Ohio, Norman Goda, otro experto en la comisión presidencial del panel para liberar documentos.
"Ese mismo mito ocurre con la resistencia judía. E igual ocurre en Italia hasta cierto grado. Crean lo que los historiadores llamamos un "pasado utilizable"." Wiley, el hombre de la OSS, señala en su informe que De Gaulle, molesto porque el presidente Roosevelt esperó hasta 1944 para reconocer a su movimiento de resistencia, específicamente agradeció a los británicos por abastecer de armas al movimiento "en momentos en que el material bélico norteamericano aportado por aire era más del doble que el inglés".
Dulles, que con el tiempo dirigiría la CIA más tiempo que nadie, construyó su reputación por la forma en que penetró al Tercer Reich a través de capa tras capa de conductos subterráneos, hasta llegar finalmente al comandante nazi en Roma y convencerlo de que entregara el norte de Italia. Tres días después, Hitler se suicidó. Lo cual, por supuesto, no quiere decir que Dulles, ayudado por la Resistencia, ganó la guerra.
"Fue una cosa un tanto llevada al romanticismo -dice James Critchfield, el coronel más joven en la Segunda Guerra Mundial que más tarde fue un alto funcionario de la CIA bajo el liderazgo de Dulles-. Creo que hubo elementos de la Resistencia que hicieron cosas notables. Pero no funcionaron en forma eficaz cuando se trataba de introducirlos en batallas convencionales. Morían muy rápidamente," Dijo, sin embargo, que los combatientes franceses eran guerrilleros "feroces y brutales", y esenciales como fuentes de inteligencia.