Scioli, feliz, y Macri, empantanado
Daniel Scioli está feliz. Su equipo de campaña cree que Mauricio Macri todavía no pudo asimilar el fuerte golpe que significó la denuncia contra Fernando Niembro y su posterior renuncia a la candidatura a primer diputado nacional. "Mauricio -me dijo uno de los que se vanaglorian de manejar números de encuestadoras nacionales- está igual que Daniel cuando se había empantanado con las inundaciones y su viaje a Italia. La diferencia es que a nosotros eso nos impidió capitalizar el efecto arrastre de la victoria en las PASO y a ellos, el Niembrogate los está afectando en la intención de voto."
El hombre asegura tener en su poder dos sondeos. Uno de Aresco y otro de Haime. Ambos, según él, se conocerán en las próximas horas. Afirma que, de acuerdo con esos estudios, Scioli habría crecido un punto "o un punto y medio", Macri habría descendido en la misma proporción y Sergio Massa habría subido otro punto y medio, "fundamentalmente a expensas de Macri". Agrega: "La diferencia se amplió a más de 10 puntos. Ahora sí estamos ganando en primera vuelta". La fuente que trabaja para el gobernador acepta que le será muy difícil a Scioli llegar a los 45 puntos, pero en cambio cree "muy probable ganar en primera vuelta. "41 a 30, y a menos de 30 también", pronosticó. El funcionario de Scioli considera que la suba de votos de Massa en forma simultánea con la leve caída de Macri se "podría llegar a convertir en tendencia". Imposible saber si la interpretación que acaba de suministrar se basa en estadísticas comprobables o es parte de una operación de prensa más.
Otras encuestadoras, como Poliarquía, Isonomía y Management & Fit, todavía no tienen resultados serios sobre el verdadero daño que el caso del periodista deportivo le estaría haciendo a Macri. El equipo de campaña del todavía jefe de gobierno de la ciudad acepta, por lo bajo, que se encuentran en el peor de los mundos. "Quisimos sacar el tema de la agenda pública, pero no se fue. Al aceptarle la renuncia a Fernando lo que hicimos fue intentar controlar el daño. Todavía no tenemos idea de cómo nos está afectando de verdad, pero estamos convencidos de que la persistencia del tema nos hace mal y de que el gesto de Niembro está siendo bien interpretado", evaluó un hombre de la mesa chica de Macri. A él le parece injusto que los medios de propaganda los ataquen y los periodistas y medios críticos se hagan eco de la denuncia. Intenté explicarle que los periodistas profesionales no elegimos a quién denunciar o qué mostrar. Sólo nos importa que los hechos sean verdaderos. Que ésa es la diferencia entre un medio serio y 6,7,8. "Tenés razón, pero así la pelea resulta muy despareja. Imposible de empatar en lo inmediato", aceptó.
Hay otro dato de la realidad que hizo al caso Niembro más atractivo y actual que cualquier otro suceso. El hecho de que haya sucedido en el seno de una organización política que no había sido acusada nunca antes de ser poco transparente. Un experto en comunicación que trabajó para la Alianza cuando Fernando de la Rúa era presidente y Carlos "Chacho" Álvarez, vicepresidente, me dijo que lo que pasó con Niembro le hizo acordar mucho a la época en que se denunciaron los sobornos del Senado. "Todo el mundo sabía y aceptaba que el de la Alianza no era un gobierno en el que había corrupción sistemática. La fantasía colectiva fue que el guardapolvo blanco se manchó con tinta negra y que, por eso, se notaba desde lejos", comparó. Para él, en términos de impacto ante la opinión pública, está sucediendo ahora algo parecido. "Nadie podría acusar al gobierno de la ciudad de fomentar la corrupción sistemática. Pero andamos ahora con el guardapolvo blanco manchado de tinta." ¿Y por qué los sistemáticos y supermillonarios escándalos de corrupción que acumulan el Gobierno y el Frente para la Victoria no parecen dañar tanto la fórmula Scioli-Zannini? ¿No son acaso más graves el caso Hotesur, el expediente Ciccone, la tragedia de Once y las causas contra Ricardo Jaime? "Es que ellos andan por la vida política con un mameluco de mecánico y por eso no llaman la atención. ¿Cuál sería la novedad si se les cayera en la ropa de trabajo una lata llena de aceite de motor?", interpretó.
Una profesional que trabaja en una de las consultoras que menos se equivocan diagnosticó: "Está claro que el voto de Scioli es menos inestable. Que no parecen sacudirlo demasiado los acontecimientos negativos, como el escándalo electoral en Tucumán o la foto del adolescente muerto en el Chaco". Agregó, que, por el contrario, cualquier noticia negativa que involucra a la oposición hace que el voto de Cambiemos y el de Massa puedan verse afectados. Los que asesoran a Macri aceleraron la presentación de propuestas generales porque creen que es el único camino para aumentar los votos que le faltan y poner un límite al posible crecimiento del líder del Frente Renovador. Además interpretaron que fue mejor todavía la promesa concreta de invertir 13 mil millones de pesos en obras para mejorar los barrios más humildes de la provincia de Buenos Aires. "Los que viven desde hace años en calles de tierras, sin agua potable, sin que una ambulancia pueda entrar a su barrio saben que nosotros, si Mauricio llega a la Presidencia y María Eugenia, a la gobernación, les vamos a poner asfalto y les vamos a mejorar la calidad de vida. En cambio, también intuyen que si gana Scioli, seguirán viviendo como hasta ahora. Y que si encima llega a ganar Aníbal (Fernández), van a vivir todavía peor, porque Daniel no va a mover un dedo ni va a autorizar un peso más de fondos públicos para que a los dos minutos el otro se dé vuelta y termine desafiando su autoridad", me explicó el hombre que lo convenció a Macri de hacer ese anuncio público con cifras precisas y medidas concretas.
El ex presidente de Boca también prometió terminar con la pobreza, atacar el narcotráfico hasta hacerlo desaparecer y ponerle punto final a la división de los argentinos generada desde el propio Estado. Lo que todavía no hizo es decir en concreto cómo lo hará. Massa, en ese terreno, le sacó ventaja y ahora Macri está pensando seriamente en seguirle los pasos. En el fondo, el todavía jefe de gobierno y el ex intendente de Tigre opinan casi lo mismo en la mayoría de las cuestiones importantes. "¿Por qué Sergio nos ataca tanto si las propuestas que planteamos tienen el mismo espíritu?", se preguntan los ideólogos de Pro. La respuesta está en el afán competitivo de Massa: todavía piensa que puede entrar al ballottage.