Facundo Manes versus Diego Santilli: el temor a lo desconocido
Cuáles son las principales virtudes de uno y otro candidato de cara a las PASO bonaerenses de Juntos por el Cambio, y los motivos de la cautela entre dirigentes del Pro
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Frente a la irrupción de Facundo Manes en la política y la lucha interna con él planteada para las primarias abiertas de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires, algunos dirigentes del Pro que sostienen la candidatura de Diego Santilli a diputado nacional se muestran más precavidos de lo que cabría esperar. Hay confianza, pero también cierto temor por lo nuevo, según la definición de un dirigente del riñón bonaerense del macrismo.
La pugna interna en Juntos por el Cambio en el más grande distrito del país será probablemente la pelea estelar de las PASO del 12 de septiembre por diferentes motivos. En primer lugar, porque, a diferencia del Frente de Todos, donde hay una única lista de precandidatos a diputado nacional, aquí habrá verdadera competencia. En segundo lugar, por las consecuencias que deparará su resultado con miras a las elecciones presidenciales de 2023 y a la definición de sus postulantes por parte de la mayor fuerza opositora.
Un traspié de la lista encabezada por Santilli ante la de Manes no solo obligaría al hasta ahora vicejefe de gobierno porteño a desandar sus pasos para llegar a la gobernación bonaerense dentro de dos años, sino que pondría en duda la hipotética postulación presidencial de Horacio Rodríguez Larreta. En aquel supuesto, al alcalde porteño le aparecerían de la noche a la mañana varios potenciales competidores dentro de Juntos por el Cambio dispuestos a desbancarlo de la candidatura presidencial: desde Patricia Bullrich hasta María Eugenia Vidal, en el Pro, y desde el propio Manes hasta varias figuras más en el radicalismo, como el jujeño Gerardo Morales, el mendocino Alfredo Cornejo y el porteño Martín Lousteau, en el caso de que este último no decida ir por la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Al margen de que las encuestas aún muy preliminares que manejan le otorgan alguna ventaja a Santilli, en el comando de campaña del Pro se advierte que los números no son tan indicativos de una superioridad manifiesta de aquel sobre Manes.
El neurocientífico cuenta con una ventaja que reconocen algunos dirigentes del Pro. Al no haber sido parte del gobierno de Mauricio Macri, no tendrá que dar explicaciones sobre el fracaso de la gestión económica de Cambiemos. Más aún, al no tener pasado en la función pública y ser un recién llegado a la política, también podría verse beneficiado ante el cuestionamiento general que sufre la dirigencia en buena parte de la opinión pública. En tal sentido, Manes podría jugar el papel del muchacho bueno que no está contaminado por el barro de la política.
El temor que inspira Manes en ciertos dirigentes del Pro es que, precisamente por tratarse de un personaje disruptivo, se ubicaría en condiciones ideales para captar al voto de los desencantados que, en 2019, le dieron la espalda a Mauricio Macri para confiar en Alberto Fernández y que hoy están desilusionados con el actual gobierno nacional.
“El votante que pasó de Macri a Fernández y que hoy está descontento con el gobierno de Fernández no tiene muchos más lugares hacia dónde ir”, razona un dirigente del Pro. Para que Santilli logre captar a ese contingente de electores tal vez deba sobreactuar sus diferencias con la gestión presidencial macrista, una estrategia que podría derivar al mismo tiempo en no pocos conflictos internos.
Los sondeos de opinión pública exhiben un mayor desconocimiento de la figura de Manes con respecto a la de Santilli. Pero ese nivel de desconocimiento podría representar, a la vez, un potencial crecimiento. “Al no tener prontuario ni pasado en gestiones anteriores, Manes puede jugar con una potencialidad gigante”, sostiene el analista Juan Germano, de la consultora Isonomía.
En sentido similar, Jorge Daniel Giacobbe, de Giacobbe & Asociados, considera que la cuarta parte del electorado que al menos hasta hace unos días no lo conocía, puede configurar un punto a favor del precandidato del radicalismo. Más que un problema, es una oportunidad para Manes.
En la nube de palabras con la que esta última consultora midió a Manes en la opinión pública, el término más citado para definirlo fue “desconocido”, seguido de “inteligente”, “oportunista” y “honesto”. Algo relevante es que la palabra “corrupto” no aparece mencionada.
La posibilidad de que Manes pueda introducir temáticas novedosas, casi impropias de una campaña electoral tradicional, tales como la educación, la ciencia, la tecnología y la modernidad, no deja de ser un dato desafiante como un misterio en términos de captación de votos. Sin embargo, hay quienes creen que esas cuestiones podrían acercarlo a un electorado joven.
En contrapartida, Santilli cuenta con una ventaja sobre Manes: puede exhibir una experiencia en la función pública de la que carece Manes, sumada al hecho de haber sido parte de un gobierno, como el porteño, que cuenta con un elevado concepto en la opinión pública. Es probable que ese valor agregado pueda ser más capitalizado en las áreas del Gran Buenos Aires lindantes con la Capital Federal y entre los bonaerenses que, por razones laborales, frecuentan más el territorio porteño.
Desde el punto de vista logístico, sobre 58 intendencias de la provincia de Buenos Aires que gobierna Juntos por el Cambio, 32 corresponden a la Unión Cívica Radical. Sin embargo, los municipios que controlan jefes comunales del Pro son en conjunto mucho más populosos, lo que terminaría favoreciendo a Santilli.
En el Gran Buenos Aires, predominan las intendencias controladas por dirigentes del Pro, como Vicente López, con Jorge Macri a la cabeza; Tres de Febrero, gobernada por Diego Valenzuela, y Lanús, dirigida por Néstor Grindetti, convertido en flamante jefe de campaña de Santilli. Por si esto fuera poco, el jefe comunal de San Isidro, Gustavo Posse, de extracción radical, también ha resuelto darle su apoyo a Santilli. En la víspera, Posse y Santilli compartieron un acto en Villa Adelina.
En el interior, donde predominan los municipios radicales, el Pro gobierna en tres de los más importantes distritos: Bahía Blanca (Héctor Gay), General Pueyrredón (Guillermo Montenegro) y La Plata (Julio Garro).
Pese a este aparente desbalance en favor de la lista de Santilli, hay un dato que podría no favorecerlo, de acuerdo con la óptica de algunos dirigentes de base provinciales. En muchos de los distritos manejados por intendentes del Pro, como Vicente López, Lanús y Tres de Febrero, habrá listas únicas de candidatos a concejal, lo cual podría provocar una menor movilización de la militancia. Algo similar ocurre en distritos del interior gobernados por intendentes del Pro, como Junín, Olavarría y 9 de Julio, donde las nóminas de candidatos a concejal fueron el fruto de consensos internos.
Así las cosas, la lucha interna para la que se aprestan Santilli y Manes estará signada tanto por el peso de aparatos partidarios no muy acostumbrados a este tipo de competencias en los últimos años, como por los factores que condicionen el ánimo de un contingente no menor de votantes independientes que podrían dirimir la elección primaria de la principal coalición opositora.