Rutas
En verano a los políticos les agarra un ataque por hacerse notar por las plazas turísticas más concurridas. Sin embargo, ni María Eugenia Vidal ni Axel Kicillof -sucesivos gobernadores de la provincia de Buenos Aires- consideraron imprescindible meterle mano en serio, y de manera integral, a la Ruta 2, habida cuenta que en estos meses no solo los bonaerenses sino que infinidad de forasteros de la Capital Federal y del interior del país, la transitan para ir y venir a la costa atlántica.
Cierto es que ambos repararon algunos tramos, pero la mayoría de su traza se mantiene áspera e irregular, con remiendos frecuentes, lo que depara un andar ruidoso y bamboleante, involuntaria antítesis de la Ruta 1 uruguaya -un placentero billar- que une Colonia y Montevideo con Punta del Este.
Aplausos para Vidal y Kicillof que entre los dos hicieron realidad la necesaria doble mano entre Conesa y General Madariaga. Ahora él critica que su antecesora solo hizo 17 kilómetros de la autopista que une Gesell con Mar Chiquita y anunció la licitación para construir otros 72. Resultan poco, es verdad, 17km en cuatro años, pero la mera enunciación para continuarla luego de tres años en el poder parece menos.