
Ritondo, Santilli y Milei: una boda color de rosa
El capital político acumulado por el gobierno con el control de la inflación y el superávit fiscal es amenazado por su dificultad para establecer acuerdos con las fuerzas representadas en el Parlamento. El aval de los Diputados al DNU que lo habilita a un acuerdo con el FMI fue respaldado por la mínima expresión de la mayoría simple necesaria: 129 votos a favor sobre un total de 257. Un resultado que volvió a desnudar las carencias de Martín Menem para conducir ese cuerpo.
El titular de la Cámara de Diputados y su primo Eduardo asesoran a Karina Milei, máxima responsable de la estrategia electoral de La Libertad Avanza. Pese a eso, la sesión arrojó un balance positivo para el oficialismo en una semana donde el Banco Central vendió casi mil millones de dólares para aquietar el mercado cambiario. Crispado, curiosamente, por el intento del ministro de Economía, Luis Caputo, de despejar dudas sobre el acuerdo con el Fondo.
Inmersa en esa paradoja desde el criptogate, ninguno de los atributos que la sociedad todavía reconoce en la administración libertaria le presta el mismo inestimable auxilio que el descreimiento en el resto del arco político. En aquel espacio, sin embargo, comienzan a expresarse los primeros síntomas de fatiga. El 31% de los encuestados en marzo por Equipo Mide aseguró no haber escuchado el discurso de Javier Milei en la apertura de la Asamblea Legislativa.
El 34% se expresó en desacuerdo con lo que dijo el Presidente y el 35 coincidió, según el estudio realizado por la consultora de Manuel Terrádez. Ese cambio significativo sobre la atención que concentra el discurso oficial es acompañado por otro. Tal vez más relevante porque involucra el estado de la oposición. Quienes creían que nadie la lideraba pasaron del 50 al 46% en los dos últimos meses. Para el 27%, Cristina estaría en condiciones de hacerlo. En enero, ese grupo orillaba los 20 puntos.
Este conjunto de urgencias configuró el escenario de la visita que Cristian Ritondo y Diego Santilli efectuaron el lunes a la Casa Rosada para reunirse con Karina Milei y los Menem. A 48 horas del cierre para inscribir alianzas electorales en la ciudad, esa foto debilitó la posición de Mauricio Macri para llegar a un acuerdo con el Presidente. Ritondo preside el Pro bonaerense.
El expresidente llegó a esa negociación sin la provincia de Buenos Aires. El lugar donde Cristina tiene su bastión electoral y podría derrotar a Milei. La reunión con la UCR bonaerense a la que convocó dos veces sin éxito Néstor Grindetti, les sirvió a Ritondo y a Santilli de excusa para sentirse desairados por Jorge Macri, a quien atribuyen el intento de seguir controlando el Pro bonaerense.
Grindetti viene de protagonizar lo que podría ser visto como una comedia de enredos si no se tratase de un dirigente experimentado. Amagó sumarse al gobierno nacional pero se arrepintió y continuó en el de la Ciudad. La UCR mantiene una aceitada relación con el exintendente de Lanús desde la campaña electoral. Su presidente, Miguel Fernández, fue su candidato a vicegobernador en Juntos.
El acercamiento del radicalismo a Jorge Macri a través de Grindetti no es producto de la casualidad. Cerca de Ritondo y Santilli le atribuyen al jefe del Gobierno porteño haber saboteado las negociaciones de su primo con La Libertad Avanza. La UCR desearía arribar a un acuerdo con Pro pero sin los libertarios. Tal vez sea una exageración. Pero lo cierto es que un acuerdo con La Libertad Avanza habría significado un fracaso por anticipado de la hipótesis en la que se sostiene su estrategia de campaña: adelantar las elecciones por la inviabilidad de entenderse con Karina Milei.
Quienes sostienen esta teoría, imaginan que solo una victoria de Pro en la Capital le impediría a Mauricio Macri profundizar la intervención que ya ejecuta en el gobierno. Su primo apela a recursos asombrosos para resistirla. La designación de Maximiliano Piñeiro en la Secretaría de Seguridad es uno de ellos. Piñeiro fue, ¿o es?, alguien de vínculos estrechos con Marcelo D’Alessandro, exministro de Seguridad de Horacio Rodríguez Larreta y parte de la tripulación de un controvertido viaje aéreo a Lago Escondido.
El actual, Horacio Giménez, fue elegido por Mauricio Macri. Y en contra de la sugerencia de Gabino Tapia. El ministro de Justicia propuso a su segundo, Francisco Quintana, que ocupa ese lugar por decisión del expresidente. Tapia es el riñón judicial del jefe del Gobierno porteño, donde llama la atención que Giménez mantenga en su cargo a Natalia Calviño. La titular de Recursos Humanos es la responsable administrativa de pases y ascensos en la Policía Metropolitana y llegó a ese cargo con D’Alessandro.
Las divergencias en el Estado sobre la Seguridad aparecen cuando se esboza una inquietante penetración del conurbano en la Ciudad. Patricia Bullrich se encargó de desmentir personalmente que el éxito del último operativo en el Congreso se deba a que fue organizado por la Policía Federal. Una patraña detrás de la que estarían Diego Kravetz y Santiago Caputo. Y que, en su versión completa, indicaría que el número dos de la SIDE y el asesor presidencial intervinieron para que sea supervisado por los uniformados.
El deseo de Kravetz de sustituir a Bullrich en el Ministerio de Seguridad goza de la publicidad suficiente para sembrar dudas sobre sus competencias para custodiar secretos. Tal vez se trate de un apego excesivo al consejo de sus asesores: salir de las sombras, un ámbito que lo alejaría de ser candidato a intendente en Lanús. Si fuese así, podría darle alivio a Sergio Neiffert, su superior. E, incluso, a Santiago Caputo. El mentor de Neiffert. En apariencias, ligados por lealtades inquebrantables que forjaron por un pasado común en Malvinas Argentinas. Seguramente una murmuración maliciosa, inspirada en lo poco que se sabe y por todo lo que se ignora de ese Lejano Oeste del conurbano.
Tal vez tenga el mismo origen la versión que coloca a Bullrich al tope de la lista de legisladores locales en la Ciudad por La Libertad Avanza. Buenos Aires Primero, la alianza con la que competirá Pro, tiene al MID entre sus integrantes. Ramiro Marra milita en la fuerza que preside Oscar Zago, el diputado que tiene a Marcela Pagano de aliada en la Cámara de Diputados. Pagano aguarda que Martin Menem la confirme al frente de la comisión bicameral de Juicio Político. ¿Macri piensa en Marra como candidato?
Como sea, los aliados de Ritondo y Santilli comparan el 18 de mayo con su batalla de Caseros para emanciparse de los Macri. Una comparación desventajosa para ellos en cualquier terreno. Esa confrontación sería proseguida de una integración de los presuntos rebeldes con los libertarios. “Una boda color de rosa” como bromeó uno de ellos, por el resultado que le asignó a la fusión del amarillo y el violeta que los identifica y que, paradójicamente, se neutralizan entre sí.
Los bloques de diputados de ambas fuerzas en la Legislatura bonaerense estuvieron en el recinto para la sesión pedida por La Libertad Avanza para suspender las PASO, que fracasó por falta de quórum. Carlos Bianco urgió a Alexis Guerrera la semana pasada para que resuelva el pedido de sesionar efectuado por Agustín Romo. Una singular coincidencia entre la izquierda y la derecha bonaerense.
Al ministro de Gobierno lo inquieta la posibilidad de que Axel Kicillof quede entrampado por las decisiones que está tomando para desdoblar las elecciones. El gobernador convocó a las PASO para el 13 de julio con el argumento de que no puede hacer otra cosa si la Legislatura no resuelve suspenderlas. La oposición podría acompañarlo. Pero le exige que difunda el calendario electoral completo.
Romo preside la bancada libertaria y no está dispuesto a que Kicillof les arrebate la agenda de reformas políticas. Guerra preside la Cámara por Unión por la Patria. Pero es La Cámpora quien controla sus bloques legislativos. No se toman resoluciones en la Legislatura sin su consentimiento. Si no se suspenden, las listas de las PASO deberán presentarse el 13 de mayo.
La organización de Máximo Kirchner inscribirá la alianza “Cristina conducción.” Un desafío abierto a Kicillof. Si la Legislatura no sesiona en abril, el gobernador no contaría con plazos para desdoblar. Es lo que pretende La Cámpora. Encerrarlo en su propio laberinto. Sergio Massa sabría obtener ventaja del status quo que proyecta al resto de la administración la parálisis de la disputa kirchnerista.
El líder del Frente Renovador tendría peso decisivo en el Tribunal de Casación bonaerense. El tribunal más importante después de la Corte, donde los desacuerdos legislativos mantienen sin cubrir cuatro vacantes sobre un total de siete miembros. La falta de acuerdo entre los tres vocales obliga a convocar a cuatro conjueces del Tribunal de Casación para que los fallos de la Corte sean avalados por mayoría.
Juristas avezados creen observar la repetición de una mecánica en los fallos de la Corte. Por lo general, Sergio Torres votaría en disidencia con los otros dos vocales: Hilda Kogan y Daniel Soria. Lo que obliga a convocar a la presidente de Casación, Maria Florencia Budiño, a su vice, Mario Kohan, y a otros dos jueces por sorteo. Roberto Maidana, Daniel Carral y Víctor Violini resultan generalmente los más elegidos por el incorruptible software del bolillero electrónico.
Budiño suele votar con Kogan y Soria. El resto de los jueces de Casación lo hacen con Torres. A través de Ezequiel Corteletti, Torres le habría sugerido a Sebastián Pareja “apurar” el trámite jubilatorio que ya tienen iniciados Kogan y Torres. La Corte está facultada para regular el ritmo de ese proceso.
Corteletti es relator de Torres en la Corte, adonde llegó por pedido de Horacio Rodríguez Larreta a Cristian Ritondo. Dos muy buenos amigos de Massa. Igual que Pareja, según fuentes de Pro vinculadas a Ritondo. Por decisión de Karina Milei, Pareja es el responsable de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires.
Soria dejará en abril la presidencia de la Corte a Kogan. Nadie espera que Kogan impulse una auditoría que revise y sistematice los fallos en los que participó el Tribunal de Casación. Podría tratarse de un prejuicio trivial: los almuerzos que Kogan compartiría con Karina Fernanda Diéguez, al menos una vez a la semana. Diéguez es la esposa de Torres.

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