Reunión de mujeres: una opción sanadora
Esa energía femenina amorosa, nos hidrata el corazón. Casi todas tenemos alguna herida a medio cicatrizar
Viernes a la noche, salida de chicas. Mis compañeras de Bendita, sumadas a amigas de amigas. En fin, un manojo de personajes para todos los gustos. De distintas edades, de distintas profesiones, bien distintas. La reunión era cerca del canal donde trabajamos. La mesa en un primer piso alejada de los demás comensales. Y allí el mejor pandemonio del mundo. Con unas caipiriñas, unas copas de vino y una botella de champagne nos fuimos poniendo en clima.
Fueron apareciendo las confesiones. Bajaron cartas de distinto calibre. Pero todas, absolutamente todas, tenían algo que contar. De lo general a lo particular. De pequeños comentarios de grandes personajes a grandes comentarios de sí mismas. Hablamos de novios, de maridos, de amores. Hablamos de ropa, de viajes. De hijos. Hablamos de compañeros de trabajo. Y de la tele. De la radio, de la vida. Anécdotas desconocidas de personajes muy conocidos. Historias de oficina. La característica del clima era la risa, el sentido del humor. Debía ser el toque de alcohol necesario para desinhibirse
Estas reuniones además de placenteras son sanadoras. Esa energía femenina amorosa, nos hidrata el corazón
¿Por qué se me ocurrió esta columna con esta descripción detallada de una reunión que puede parecer un básico de nuestras vidas? Porque estas reuniones además de placenteras son sanadoras. Esa energía femenina amorosa, nos hidrata el corazón. Casi todas tenemos alguna herida a medio cicatrizar. Casi todas la peleamos para estar bien. Mujeres independientes que reman todos los días para sostener una familia o sostenerse a sí mismas. Todas militamos para que ese montoncito de casilleros que constituye nuestro cotidiano funcione lo mejor posible. Por eso, me parece interesante no abonar la teoría tan masculina de "las brujas", porque no necesariamente somos complicadas y competitivas.
Entre las amigas circula un fluido de afecto y lealtad más que interesante. A algunos hombres les conviene pensarnos "brujas", desleales. Porque así ellos son los únicos salvadores, no delegan el lugar de protagonismo. Ahora que tanto se habla del nuevo Código Civil y de los contratos prematrimoniales, no sólo hay que hablar de dinero. Reivindiquemos un espacio propio y allí incluyamos "Salida con amigas" como ítem no negociable.
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